¿Nos estamos quedando sin trabajadores en el campo?, preguntó a tres expertos cubanos la conductora del programa televisivo Cuadrando la caja, del Canal Caribe, durante la emisión del domingo 17 de septiembre dedicada a tratar la migración hacia la ciudad, y retransmitida días
después de la semana que concluyó.
Sin dejar de reconocer cuán real y complejo resulta este tema en un país con serias dificultades económicas y sociales como el nuestro, se evidenció que, dentro del seguimiento del Estado y el Gobierno a la dinámica demográfica, tal asunto ocupa una alta prioridad por vincularse, en primer lugar, a la seguridad y soberanía alimentarias, y a otras ramas de la economía y la sociedad.
“No me gusta ser categórica ante esa pregunta pues no estamos de espalda al fenómeno, hay que convivir con él y proponer medidas que puedan gestionarlo, señaló la Máster en Ciencias Adriana Ballester Hernández, directora de Personal del Ministerio de la Agricultura, al argumentar que en este sector es en el que más cubanos trabajan, una cifra que rebasa las 994 mil personas, sin contar el apoyo familiar en muchos casos.
Prácticamente, el 60 % de los trabajadores del sistema agropecuario está vinculado de manera directa a la producción, entre cooperativistas, usufructuarios y tenentes de tierra. Existen motivaciones para permanecer en el campo, sobre todo en aquellos jóvenes descendientes de familias predominantemente rurales, con interés en laborar la tierra, según la funcionaria.
En opinión del Máster en Ciencias Juan Carlos Alfonso Fraga, vicejefe de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), la migración hacia la ciudad es un problema no solo para la economía sino para toda la sociedad, las familias y el país, incluyendo las que se dan entre provincias y municipios.
Es un tema decisivo en la dinámica demográfica de Cuba, que como se ha explicado decrece poblacionalmente y en algunos territorios incide. También constituye un problema universal, de la misma manera que se da la migración de la ciudad al campo, pero en mucha menor escala.
PECULIARIDADES DE LA MIGRACIÓN RURAL-URBANA EN CUBA
Alfonso Fraga aclara que en materia de migración interna es preferible hablar de las zonas rurales y las urbanas. En éstas últimas, el 56 % de la población vive en ciudad y el resto en pueblos y poblados.
Señala como peculiaridades de la migración rural- urbana ser mayoritariamente femenina (alrededor del 17% de toda la que se manifiesta en el país), y a su vez predominan las poblaciones en edades activas y reproductivas.
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En las zonas rurales vive apenas el 23 % de nuestra población, es decir, 2,3 millones de personas, mientras 8,7 millones residen en las urbanas, lo que demuestra una distribución desigual.
Hay provincias como Granma, eminentemente agrícola y con zonas montañosas, donde el 40 % de sus habitantes vive en zonas rurales, mientras La Habana es, por definición, totalmente urbana.
En las rurales hay más hombres que mujeres, además de resultar las zonas de mayor envejecimiento.
Eso va tipificando una situación para el empleo, la fuerza de trabajo, aclara el vice jefe de la ONEI.
Por otro lado, los hábitos de incorporación de la mujer al trabajo en la zona rural, de manera formal, es menos remunerado que en la urbana.
CAUSAS DE ESTA MIGRACIÓN NACIONAL
Con tales indicadores a modo de presentación, la directora de Personal del Ministerio de la Agricultura considera que, en lugar de atacar el fenómeno, se debería tratar de paliarlo y de adoptar medidas dirigidas a atenuar sus causas, porque la mayoría de las actividades productivas de la agricultura se hacen en las zonas rurales, y dentro de la economía cubana es un sector primario.
Ante la interrogante de qué factores incentivan a ese desplazamiento interno, la Máster en Ciencias María Ofelia Rodríguez, del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad de La Habana, aclara que tratan de identificar y de estudiar la dinámica demográfica partiendo de las causas que provocan la migración interna, en función de reducir estos flujos y de mitigar el despoblamiento de municipios y zonas rurales.
En las investigaciones y recorridos que realiza esa institución, como parte del monitoreo y seguimiento a la implementación de la Política (del Estado), en los diferentes territorios afloran, como uno de los principales factores, las condiciones de vida y de trabajo de las personas que tratan de moverse a lugares donde comparativamente encuentran mejores oportunidades o condiciones de vida y laboral.
¿Es que ya no se sienten atraídos por el trabajo en el campo los más vinculados a la producción agrícola?
En opinión de María Ofelia ahí hay varios factores también relacionados. No todas las actividades, ni siquiera dentro de la propia gama de las agropecuarias, tienen los mismos incentivos, no solo salariales o de pago por resultados. Está el tema de la comercialización de sus productos, las dificultades que afrontan, los problemas con los viales, con la transportación, que afectan el ámbito doméstico, el combustible para la cocción de los alimentos, etc.
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Entonces, saltan las cuestiones de la organización social de las actividades y de la vida en esas comunidades, donde las relaciones de género tienden a ser incluso comparativamente más asimétricas, más desiguales. Ello incide en esa migración mayoritariamente femenina hacia las zonas urbanas.
Y por último está el acceso a los servicios de Salud, de Educación, que motivan también que muchas personas ante las dificultades con el transporte sientan la necesidad de acercar a sus hijos a las escuelas, acercarse a los hospitales, que se concentran fundamentalmente en zonas que no son los clásicos asentamientos rurales.
El vicejefe de la ONEI precisó que en el contexto de la región de América Latina, Cuba es el único país que tiene un sistema estadístico para medir las migraciones internas. Eso es parte de su organización social y de la importancia que se le da al tema estadístico.
TENER EN CUENTA LAS CARACTERÍSTICAS DE CADA REGIÓN DEL PAÍS
Alerta trabajar este asunto teniendo en cuenta las características poblacionales de cada zona del país.
En la oriental es donde más niños nacen, (proporcionalmente hablando en términos de tasas), donde hay crecimiento natural, es decir, nacen más personas que las que mueren. En la región central, considerando hasta Ciego de Ávila y desde Artemisa, sucede lo contrario. Hay un decrecimiento natural, mueren más personas que las que nacen pero se alimentan de la migración que viene de la zona oriental, y eso es interesante.
Ha sido así tendencialmente durante años, y eso establece lo que llamamos la migración del campo a la ciudad y establece diferenciales; por lo tanto, las políticas, las acciones que se tomen no pueden ser iguales en un lugar que en otro.
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Gracias al Plan Turquino, en sus más de tres décadas de creado, las transformaciones en las zonas montañosas e intrincadas de la geografía cubana se palpan en el mejoramiento de escuelas, centros asistenciales y en las bajas tasas de mortalidad infantil y materna
En territorios como Holguín el Gobierno está inmerso en rescatar la producción sostenible de importantes rubros explotables, como cacao, café y coco, de los que las montañas siempre han sido grandes generadoras.
OPINIONES DESDE LAS REDES
Desde las redes sociales el tema suscitó diversas opiniones como la de Ale Marrero, al señalar que mucha gente tiene que ver la emisión anterior del programa para que se quiten la idea que el salario es el principal motivo por el que no se trabaja. Si vamos hablar de emigración los números son preocupantes, pero se puede revertir con mayor productividad.
Por otro lado, el hecho de que los jóvenes no quieran ir al campo no es un fenómeno exclusivo en Cuba. En China el desempleo joven se encuentra al 20% ya que muchos prefieren quedarse en las ciudades con bajos salarios a ir al campo a trabajar o vivir en zonas más rurales.
Roberto Eduardo Soberats Pérez afirma que seguimos en lo mismo: muchas investigaciones y poco resultados. Hoy el pago a los trabajadores agrícolas debe ser diario y tiene que ser controlado. También se tiene que estimular al que de verdad produce y eliminar ya el voluntarismo institucional.
Otro cibernauta, Javier Ramos, señala como cierto que las personas que logran desarraigarse del lugar de donde viven en el campo es por mejoría de vida, porque se cansan al no existir una buena remuneración de las labores agrícolas.
No faltan los criterios de quienes aluden a la crítica situación energética con los molestos y continuos apagones en las zonas rurales, donde, en honor a la verdad, tampoco la distribución y comercialización de los alimentos no es igual a la que se da en la capital o en las cabeceras provinciales.
Otros comentarios se refieren a las inversiones que podrían ejecutarse en diversos territorios, incluso como parte del Plan Turquino, de gran importancia para el desarrollo de las zonas rurales y en especial montañosas, además de contribuir al empleo.
POLÍTICAS Y PROGRAMAS EN MARCHA
En Cuadrando la caja la directora de Personal del Ministerio de la Agricultura recordó que hay políticas aprobadas y otras en marcha. Se cuenta con el programa de entrega de tierra en usufructo que se ha desarrollado en el país desde hace ya unos años; eso ha llevado a tener ya más de 200 mil usufructuarios.
Pero además, ya son casi más de 400 mil tenentes de tierra, y dentro de esa política hay un segmento para otorgar tierras a los jóvenes que se licencian del Servicio Militar Activo con una prioridad determinada, porque sobre todo provienen de zonas rurales.
“También hay programas relacionados con la intersectorialidad. Con Educación tenemos las carreras de Veterinaria y la enseñanza técnica y profesional”, subraya la representante del MINAG.
¿Esa fuerza de trabajo calificada para trabajar y vincularse a la producción agrícola, dónde está?
Según María Ofelia, cada política que se implementa, cada estrategia de desarrollo territorial local del tipo que sea, y en este caso estamos hablado de la producción agrícola específicamente, requiere definir la población con la que se cuenta como sujeto y objeto, no solo como la que va a ser beneficiaria sino la que también debe tener un rol activo.
En ese sentido se requiere de una fuerza de trabajo donde haya obreros y técnicos profesionales, que no en pocas ocasiones se forman fuera de esas áreas rurales y en muchos casos bien distantes. Y eso propicia que pocos retornen también a los lugares de procedencia. Entonces también ahí debe haber, y hay, medidas encaminadas a potenciar la formación de tal personal calificado y técnico en sus zonas de origen.
La investigadora de la Universidad de La Habana insistió en el tema de la vivienda con respecto a las políticas para estimular la permanencia de los jóvenes que se dediquen a las actividades agrícolas.
En el país hay siete grupos de trabajo que son coordinados por determinados OACE y con el acompañamiento de instituciones académicas que atienden diferentes recomendaciones, en aras de hacer frente a los desafíos mencionados.
Hay uno que se dedica precisamente a migraciones internas y externas, otro a recursos laborales y un tercero también relacionado con las viviendas y los asentamientos humanos. En ese sentido, una de las medidas que se implementa es el otorgamiento de viviendas a jóvenes en estas zonas rurales, que puedan ser beneficiarios de esas tierras en usufructo.
A modo de resumen, no deja de ser una preocupación la migración hacia las zonas rurales no obstante los esfuerzos que hace el país por atenuarla. Son enormes y objetivas las dificultades económicas y sociales, y ello se evidencia con mayor impacto allí donde en gran medida se garantiza la producción de alimentos para el pueblo, sin olvidar que el envejecimiento de la población cubana en el campo, y por lógica de muchos productores, es hoy día otro desafío.
Quizás en próximas emisiones o espacios valdría la pena hablar de los resultados de las políticas trazadas, con los cuales responder a preguntas como ¿nos estamos quedando sin trabajadores en el campo?
Oscar Ramos Isla
30/9/23 13:17
El salario de los trabajadores agropecuarios de Cuba debe estimular el consumo, la producción y la acumulación de riqueza.
orlando blanco mustelier
26/9/23 13:18
Buenos días , estoy totalmente de acuerdo con todo lo escrito por Daniel Perez , es justo lo que esta sucediendo en todas las zonas rurales del Pais ,pretesele atencion a todo eso y veremos como mejoramos
Oscar Ramos Isla
25/9/23 20:24
El desarrollo agropecuario en Cuba debe contar con financiamiento, tecnología, infraestructura, logística, industrialización, insumos y materias primas para producir alimentos para el comercio y la gastronomía de Cuba.
Oscar Ramos Isla
25/9/23 20:12
El campesino de Cuba debe ser el máximo beneficiario de hacer producir la tierra en Cuba.
Daniel perez garcia
25/9/23 17:40
Lo primero es que las zonas rurales no tienen transporte público para ir a las cabeceras municipales, ni provinciales a resolver trámites que no están a nivel de localidad, el campesinado está cansado de enfrentar solo las indisciplinas sociales por animales sueltos de todo tipo y también la falta de respeto de amarrarlos sin permiso de los dueños en tierras ajenas, te los amarran en la cerca de tu casa, en medio de un camino por donde tu transites a riesgo de sufrir un accidente, en las cercas de las tierras de los guajiros, dentro de las tierras de los guajiros, sueltos masivamente, tienen más animales las personas que no tienen tierras que las que tienen y los cuidan a la bartola o lo que es lo mismo que como les da la gana ya los campesinos no pueden porque son minoría contra la mayoría de indisciplinados, hay más caballos, carneros, chivos y puercos de gente que no tienen tierra ni compromiso con el estado que los que tienen tierras, le arrasan con los cultivos de los campesinos y nunca pasa nada y cuando pasa es a duras penas y desgatandose el campesino detrás de las autoridades para que hagan su trabajo y terminan poniendose a favor del delincuente porque no quieren buscarse problemas, el robo está a pululu, el campesino no puede dormir, ni vivir con tanta falta de respeto, no te le puedes quejar a nadie de estos problemas, ni nadie te los resuelve: ni la policía que está para preservar el orden interior y la tranquilidad ciudadana, a la policía no puedes ir a nada porque tienen más derechos y valor los delincuentes y los vulgares que las personas integradas y honradas, los inspectores carecen de ética y de sentido de pertenencia por su trabajo, los funcionarios responsables por el trabajo de esos inspectores están peor que ellos, la corrupción, el irrespeto y los malos hábitos no tienen precedente alguno, a nadie le importa nada, las escuelas de nivel medio y superior muy lejos de las zonas rurales y sin transporte público para acceder a ellas, los servicios de mala calidad, poco desarrollo local, no hay respeto ni orden interior, los conflictos se resuelven a machete entre las personas por el poco trabajo preventivo de la policía y por la flojera de las leyes en fin un sin numero de cosas más. Minas de Matahambre en Pinar del Río y el interior de su municipio es el vivo ejemplo de lo que le cuento y no exagero en nada crealo que es así. Aunque no me publique ya respondí la mayor parte de su publicación . Gracias
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