Vivir intensamente, diario de un seropositivo (+Infografía)

Quince años siempre ha sido un número de celebración, y eso Francisco Rodríguez lo sabe bien. Sobrepasado el temor del primer diagnóstico, conoce de sobra que una persona con VIH/SIDA puede vivir exactamente igual que cualquier otra. El secreto, según su experiencia, está en prestarle a esta condición crónica de salud justo la importancia que lleva. Ni un minuto más, ni uno menos.

Sus rutinas, cuenta, solo difieren de las que tendría alguien seronegativo en que cada mañana y cada tarde, con disciplina casi religiosa, toma sus tres píldoras de los antirretrovirales genéricos hechos en Cuba, con los cuales mantiene indetectable la presencia del virus en su sangre desde hace más de una década.

Sin embargo, esto no significa que en un día de apuro no se haya olvidado de sus pastillas, ni que las doce horas entre ellas sean un poco más o un poco menos. Lo importante, aclara, es la adherencia al tratamiento. “Desde agua hasta cerveza, con cualquier líquido las puedo ingerir, como algo natural ya, casi un acto reflejo”.

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Esta enfermedad en el país requiere de especial atención por el gobierno cubano y sus instituciones de salud, las cifras hablan solas. Cuba mantiene la prevalencia de la infección de VIH más baja de América Latina y el Caribe, y una de las más bajas del hemisferio occidental con un 0,2 %-0,3 % de la población entre 15 a 49 años. Además, permanece bajo control la transmisión de VIH, la transmisión sanguínea, en menores de 14 años y en mujeres y varones heterosexuales y se eliminó la transmisión materno-infantil de VIH y sífilis congénita.

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Según dio a conocer en conferencia de prensa Bárbara Venegas, funcionaria del departamento de ITS, VIH y Hepatitis de la Dirección Nacional de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública (MINSAP), hasta el cierre del mes de noviembre se ha constatado una discreta disminución de los casos y en todas las provincias se ha reducido la detección, excepto Guantánamo, Cienfuegos y Las Tunas.

En el transcurso del año se ha logrado que todas las provincias confirmen sus casos, lo cual ha posibilitado que las muestras no tengan que viajar hacia otros territorios. “Esto permite que se optimicen recursos humanos, reactivos, exista mayor oportunidad en el diagnóstico, y a su vez podamos ponerle tratamiento con mayor oportunidad a las personas y vincularlas a la atención médica con rapidez”, explicó Venegas.

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Para Paquito el de Cuba, como lo conoce la comunidad de internet, la otra regla de oro es respetar las consultas y chequeos periódicos, cada cuatro o seis meses, en dependencia del estado de sus defensas.

Mis consultas con el doctor en el IPK son breves y sencillas. Ya la mayoría de quienes viven con VIH les atienden en sus consultorios, pero los casos más antiguos, seguimos con nuestros médicos en el hospital del prestigioso Instituto. Si no entiendo algo, lo pregunto. Anoto los resultados de los análisis de CD4 y la carga viral al dorso de una agenda, por si en el consultorio de la familia lo necesitan.

—Además, ¿tienen atención en el consultorio del médico de la familia?

—Sí, en el consultorio le dan seguimiento a cada paciente, y al menos una vez al año hay que ir de forma obligatoria, a renovar la dieta alimenticia. También anualmente es preciso actualizar el certificado médico para recibir los medicamentos en la farmacia municipal donde me corresponde, y a donde suelo ir los primeros días de cada mes.

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Entre las metas 90-90-90 que para el 2020 se ha propuesto la región de cara a la epidemia, se espera que el 90 % de las personas con VIH conozcan su diagnóstico, meta en la que Cuba está en un 87 %.

“Debemos aumentar el testeo sobre la población clave donde se concentra el mayor número de casos, diversificando la oferta de pruebas e involucrando a las comunidades, dándole así cumplimiento al tema central del año que es la participación comunitaria”, destacó la funcionaria.

Otro de los propósitos es aumentar al 90 % la proporción de personas con tratamientos antirretrovirales, en este sentido Cuba se encuentra al 86 %. Por tanto, se hace necesario ampliar más la cobertura para diagnosticar y tratar a las personas.

La tercera meta es aumentar al 90 % la proporción de personas bajo tratamiento con carga viral no detectable. En este indicador, el país está al 73, 8 %. “Es necesario trabajar aún más con la adherencia al tratamiento de los pacientes, pues esta meta es la que disminuye la carga viral comunitaria y por tanto la transmisión”, enfatizó la especialista.

Sobresalió, además, la puesta en práctica este 2019 del nuevo plan estratégico nacional para el período 2019-2023, luego de un análisis de las brechas y desafíos detectadas en los planes anteriores. Asimismo, se proyectaron nuevos ejes estratégicos con vistas a acelerar el fin de las epidemias de las ITS y el VIH como problema de salud hacia el 2030.

En ese sentido, Bárbara resaltó el rol que han desempeñado en estos 33 años, desde que se diagnosticara el primer caso de VIH en el país en 1986, los más de 76 mil promotores para la educación de pares o iguales formados en Cuba, que cuenta con alrededor de 4 mil 500 promotores activos hoy en todo el territorio nacional.

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La familia, esa parte y todo inherente a las sociedades desempeña un rol importante en la vida de Paco. Y no solo esa que viene por defecto, sino también aquella que crece a diario.

“Cuando estamos juntos, mi pareja me recuerda o pregunta si ya tomé los medicamentos, por ejemplo. A veces por una complicación de trabajo, puede algún familiar ir a la farmacia. Mi carnicero es un amor de persona, me llama a la casa cuando llega el reforzamiento que recibimos mensualmente con carne de res, pescado fresco. En el agro es más inestable e impersonal el suministro de la dieta de vianda, pero igual es muy útil, pues son 40 libras a precios muy módicos. De mis plátanos o mi malanga, por supuesto, no como solo yo, sino toda la familia, en varias casas.

“También nos venden leche en polvo como si fuéramos infantes pequeños, una bolsa completa cada diez días. De ahí los flanes tan ricos que me hace mi novio”.

En nuestra conversación noctámbula, Paquito comentó sobre la importancia de las redes de apoyo. “Hay amistades que te avisan si llegó algún producto, o cuando falta un medicamento te ayudan a completarlo hasta el mes siguiente, e intercambiamos información sobre cualquier problema que haya en los suministros”.

Respuestas concisas y breves, le pedí al entrevistado una mañana que coincidimos en una conferencia de prensa. Porque una sabe que los periodistas tenemos más de un encargo y Paquito el bloguero, tuitero, el que mi papá escucha hasta tres veces en semana en Haciendo Radio, tiene mucho trabajo.

Minutos antes de poner el punto final a esta entrevista, su protagonista una más vez levantó el chat de Facebook. “Ah, y olvidé los 30 huevos al mes, que son el otro ingrediente de los flanes. Resumen: las personas seropositivas vamos más al mercado”, añadió con esa dosis de humor que siempre lo ha caracterizado.

Lo demás, asegura, es mente positiva, vivir intensamente, amar a plenitud y recibir amor.