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viernes, 15 de noviembre de 2024

¿Verano vs hábitos de alimentación saludables?

La llegada del verano favorece que se tenga una alimentación caprichosa y descuidada...

Cubahora en Exclusivo 08/07/2018
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Es necesario garantizar que los alimentos estén procesados con la mayor higiene posible y sin riesgos de contaminación.

Ya está el verano tocando a las puertas y no solo cambia el paisaje que nos rodea, las rutinas diarias, el vestuario, sino también los hábitos de alimentación. Durante esta etapa del año es frecuente que las personas se salten comidas o mantengan un horario desordenado para estas e ingieran más alimentos que de costumbre.

Ello se debe, fundamentalmente, a que se realizan actividades propias de la etapa estival, se tiende al ocio, el descanso, los paseos aumentan. Se suele trasnochar, consumir alcohol, levantarse tarde y obviar el desayuno.

Por otra parte, debido a la intensidad del clima, los alimentos pueden perder la cadena de frío e incluso ser portadores de bacterias que aniden en ellos en busca de un ambiente más fresco. Tales situaciones pueden evitarse a través de una correcta manipulación y siguiendo las medidas higiénico-sanitarias que eviten la contaminación de los productos a consumir.

La Organización Mundial de la Salud ha enunciado cinco claves para mejorar la inocuidad de los alimentos que deberían tenerse en cuenta, sobre todo durante el verano, cuando los pequeños pasan mayor tiempo en casa. Dichos pilares son: mantener la limpieza, separar los alimentos crudos de los cocinados, asegurarse de una correcta cocción, mantener los alimentos a la temperatura adecuada y utilizar agua e ingredientes inocuos.

También podemos agregar otros consejos para quienes se encarguen de la preparación de los alimentos en el hogar. Se debe tener en cuenta que aquello que ya esté cocido se coloca en los estantes superiores del refrigerador, en tanto lo crudo se ubica en la parte inferior para evitar que algún residuo alcance a lo que ya está listo para ingerir. De igual forma, tampoco se recomienda guardar suministros alimenticios en el horno o a temperatura ambiente. 

En cuanto a los cuidados individuales, no podemos dejar de mencionar cuán importante resulta beber al menos dos litros de agua al día para evitar la deshidratación, así como que debe filtrarse o hervirse para eliminar los microorganismos patógenos.

Asimismo es necesario priorizar el consumo de alimentos ricos en vitaminas y minerales, como frutas y verduras, que pueden servirse en ensaladas, siempre frescos para rehidratar al organismo; puesto que estando de paseo, nadando, practicando deportes, bailando y debido al calor, se pierde una buena cantidad de líquidos.

Las vitaminas, minerales, proteínas que contienen las frutas y vegetales tienen efectos antioxidantes y antiinflamatorios (Foto: Granma).

En cuanto a las grasas y comidas enlatadas, deben reducirse. Los alimentos fritos y grasientos hacen que la digestión sea más pesada y que se incorporen calorías innecesarias. No se trata de eliminar del todo las carnes y lo frito, sino de ajustar su consumo con las necesidades reales del organismo.

Dentro de este grupo se encuentra un alimento que tiene numeroso adeptos de todas las edades: los helados, que consumimos sin tener en cuenta que es sumamente calórico y se esconde tras el rostro de la temperatura fría, tan delicioso en este caluroso clima.

Verano no es sinónimo de perder las costumbres y hábitos de una correcta alimentación. Por el contrario, una dieta sana y balanceada acorde a las características de la etapa favorece la salud y el mantenimiento del peso, evitando las librillas de más que tan difíciles son de bajar una semana antes de culminar el verano.


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