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viernes, 12 de septiembre de 2025

Química y grandes sueños

La joven tunera regresa a su aula con una medalla de plata en el pecho y, sobre todo, con la certeza de que el estudio, la perseverancia y el amor por la ciencia abren senderos impensados....

Claudia Ligget Amado Barceló en Periódico 26 06/09/2025
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Química y grandes sueños
Química y grandes sueños

 Por estos días, el nombre de Jennifer García, estudiante del instituto preuniversitario vocacional de ciencias exactas (Ipvce) Luis Urquiza Jorge, brilla con fuerza más allá de nuestras fronteras.

Con apenas 17 años, hace poco conquistó la medalla de plata en la Olimpíada Centroamericana de Química, celebrada en Honduras, un logro que la coloca entre los mejores jóvenes talentos de la región y que representa un motivo de orgullo para Cuba.

Su voz aún conserva la emoción al recordar aquellos momentos decisivos. “Para mí fue un honor participar en este evento. La verdad, no pensé que iba a ir, y lograrlo constituyó todo un mérito. La prueba la disfruté mucho, tanto la parte teórica como la práctica. Representar a mi país y conocer a olímpicos de otras naciones fue una experiencia muy linda”, confiesa.

La ruta hasta aquí no ha sido sencilla. Su pasión por la Química nació en la Secundaria, gracias a una amiga que había concursado antes en citas científicas y que la contagió con la curiosidad por esta ciencia. “Al principio me agradaba mucho la Física, pero ella me enseñó lo fascinante que podía ser la Química. Desde noveno grado me dediqué a ello y hasta hoy me ha gustado muchísimo”, explica.

Esa consagración, sin embargo, ha exigido sacrificios. Días enteros de estudio, entrenamientos fuera de la provincia, y renunciar a veces a espacios de ocio propios de la edad. Jennifer lo asume con madurez: “A veces es complicado, porque me gustaría hacer otras cosas; pero sé que esto me servirá para mi futuro y para la carrera que quiero estudiar. Igual saco tiempo para descansar, ver mis series, leer o salir con mis amigos”.

El respaldo de la familia ha sido clave en este camino. Sus padres la han acompañado en cada viaje, en cada preparación, en cada paso de este recorrido que ahora cosecha frutos. “El apoyo ha sido grande, desde el primer momento. Ellos siempre están ahí para todo”, agradece.

Con la vista puesta en el porvenir, Jennifer ya sabe cuál será su rumbo: en medio del recién iniciado curso escolar, se prepara para el duodécimo grado, y después tiene clara la idea de obtener una plaza en la disciplina de Química Pura en la Universidad de La Habana. Allí se ve, dentro de algunos años, trabajando en un laboratorio, tranquila y apasionada. “No me arrepentiré nunca, porque me gusta la Química, y también descubrir cosas nuevas”, asegura con convicción.

La joven tunera regresa a su aula con una medalla de plata en el pecho y, sobre todo, con la certeza de que el estudio, la perseverancia y el amor por la ciencia abren senderos impensados. Su historia es también una invitación a soñar, porque desde Las Tunas, desde un aula cubana, es posible llegar al podio internacional y demostrar que el talento joven de la Isla sigue brillando en el mundo.

 


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Claudia Ligget Amado Barceló


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