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jueves, 7 de noviembre de 2024

¿Qué tiene Coppelia que sigue ahí?

La famosa heladería capitalina, como el Tren Musical de Cuba, se mantiene en la preferencia de los cubanos para degustar helados, pero después de la reciente reapertura, las expectativas se multiplican...

Ana María Domínguez Cruz en Exclusivo 27/07/2019
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Heladeria  Coppelia-Habana 500
A la espera de que se cumplan los planes futuros, de que el servicio realmente sea de calidad todo el tiempo, las personas continuaran abarrotando Coppelia.

Su céntrica ubicación en la ciudad, la cercanía a cines y teatros, el hábito de ser punto de encuentro de amigos y parejas, un oasis en medio del calor o el socorrido almuerzo en un día de apuros…Cualquiera puede ser la motivación para ir a la famosa Heladería Coopelia, inaugurada en 1966. Sigue ahí, como los Van Van, porque es leyenda y porque ¿a quién no le gusta el helado? Sin embargo, abundan las protestas.

Siempre han sido largas las colas, es cierto, porque son solo 6 áreas de servicios y son miles las personas que llegan hasta ellas. Aun cuando se habilitaran más mesas y sillas, y los dependientes agilizaran más su dinámica, no podemos pensar que estaríamos solo 10 minutos en la espera. Coppelia es sinónimo de helado, pero también de angustia en ese sentido, es cierto, y aunque sabemos que los dependientes pasan 12 horas de aquí para allá, siempre esperamos que su trato sea el mejor.

Justamente, luego de 55 días de reparación integral para un costo de  tres millones 400 mil pesos, se espera que ahora todo sea mejor. Se sabe que el proceso incluyó el  impermeabilizado de sus cubiertas, la reconstrucción de la carpintería de interiores y exteriores, así como de los sanitarios y las áreas verdes. Además, se instalaron equipos de refrigeración nuevos y se anunció que solo se vendería helado de la marca reconocida.

Las expectativas son grandes y coinciden también con el periodo vacacional, por lo que la aglomeración de personas en Coppelia es significativa. Ante las inquietudes, Cubahora dialoga con algunos de sus directivos.

Leonel Pérez Hernández, Jefe de Aseguramiento de la instalación, afirma que el servicio ha mejorado en un por ciento considerable, y que esa es la razón de ser del lugar, más allá de las reparaciones estructurales que se hicieron, que eran necesarias pero no garantía directa de la satisfacción del cliente.

“El área de la divisa fue objeto de modificaciones. Se habilitaron nuevos salones que antes eran oficinas y gracias a ello, la capacidad creció de 24 a 42. El confort es mayor, las áreas están climatizadas con mejor tecnología y aunque los precios no son los más baratos,  es otra opción para la población”.

Explica Pérez Hernández que le corresponde a él, por su rol, asegurar que todos los suministros estén en las áreas de venta a la hora indicada. “La galleta, el sirope, el granillo, el bizcocho (cuando la fábrica lo produzca), los dulces (los rollitos amelcochados, tatianof, moka, tocinillo, flan)…el detergente para el fregado, las cucharas, los platos, los vasos, las copas…y claro, el helado que es el producto principal. En ocasiones los problemas relativos al combustible y la transportación demoran el proceso, pero nos esforzamos para buscar alternativas”.

Pululan las opiniones negativas asociadas a la no existencia de los 15 sabores en las pizarras. “Tal vez las personas malinterpretaron la información. No podemos ofrecer 15 sabores en cada área, sino en toda la instalación. En ese sentido, ofertamos 8 sabores en la Torre y en la Cancha, y en el resto de las áreas, 7. En los puntos de venta de los barquillos, en el exterior, tenemos 3 sabores en el horario de 11 de la mañana, cuando abre la heladería, hasta las 4 de la tarde”.

En cuanto al suministro de agua fría para tomar, José Luis Rosales, jefe de Servicios Gastronómicos explica que ha sido un interés primordial garantizarlo. “Para eso contamos con equipos nuevos, aunque la demanda es grande. Incorporamos también  alternativas para y sumamos la venta de pomos a 0.45 cuc, los mismos que comercializa Ciego Montero en otras unidades, los cuales aspiramos a ofrecerlos con otras variantes de precios más adelante”.

Insiste Rosales que la esencia de una instalación como esta, es satisfacer a los clientes. “El servicio es un punto rojo, debemos trabajar siempre en que sea el mejor. El nivel de exigencia siempre es elevado porque ante el cliente son los dependientes los que representan a Coppelia. No obstante, cada área tiene un administrador y ante cualquier inconformidad, es ese el primer peldaño a explorar.

“Es importante aclarar que cada área tiene una pizarra informativa para que el cliente conozca los sabores que se expenden y las especialidades, las que requieren de insumos diferentes para su venta como los envases de cristal para las Tres Gracias, la copa para la Copa Lolita y las especificidades para la Vaca Negra, la Vaca Pinta y la Vaca Blanca. Además, el horario es de 11 de la mañana hasta las 10 y 15 de la noche, información que ha generado confusiones en no pocos casos”.

Pérez Hernández comentó que existen perspectivas futuras existen, y una de ellas, con probable implementación a corto plazo, se relaciona con la ubicación en los alrededores de la heladería de puntos de venta de diferentes ofertas gastronómicas para aliviar la espera en la cola, que siempre es larga, y para que acompañe el helado al entrar, si lo desea. “Está previsto y estamos en coordinación con el Ministerio de Comercio Interior para que se logre en poco tiempo, sobre todo ahora en la etapa estival”.

A la espera de que se cumplan los planes futuros, de que el servicio realmente sea de calidad todo el tiempo, de que la cantidad de sabores se mantenga a diario a partir de la producción en la fábrica, las personas continuaran abarrotando Coppelia. Sin embargo, quisiera que también esas personas cuiden el entorno de la heladería, exijan su derecho a ser tratados con respeto y que mantengan actitudes consecuentes con ello, para que no se repitan sucesos desagradables como el que presencie justo el día de la entrevista con los directivos, cuando los improperios lanzados hacia una mujer embarazada que se disponía a sentarse sin hacer cola (como debe ser) fueron demasiados.


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Ana María Domínguez Cruz

"Una periodista cubana en mi tercera década de vida, dispuesta a deslizar mis dedos por el teclado".

Se han publicado 2 comentarios


May
 1/8/19 15:55

Estuve el dia 26 de julio en Coopelia. Tuvimos muy buena suerte con la cola, apenas estuvimos 20 minutos, cosa que nos sorprendió y alegró. Los sabores como dice el artículo, eran más o menos siete, choco menta, almendra, rizado de chocolate y de fresa, mantecado, café y miel. La calidad del helado exquisita. Todo estaba como para salir satisfecho de aquel emblemático lugar, pero nuestra alegría no se completó en el área C, el servicio que brindan es de pésima calidad, a pesar de apreciar que no eran plantilla nueva del lugar. Pedimos ensaladas y no las trajeron en pozuelos que no son los adecuados para servir este plato, además mal montadas sin sirope, ni granillo ni bizcocho, a todo el mundo le ponían galleticas de chocolate. Mi hijo le dijo a la dependiente que por qué no le habían puesto sirope y esta le dijo porque no lo pidieron, entonces le trajo un poco en un pozuelo...si esto forma parte del plato...hay que pedirlo...pude apreciar que tampoco están cuidando la jardinería que tanto debe de haber costado, las macetas con plantas ya la tenían apartadas y casi secas, y para no hacer tan larga la lista, aun no habíamos terminado y ya tenía a la dependiente parada a nuestro lado pidiendo que le pagaramos...la cuenta quien la pide, no es el cliente cuando quiera terminar?

Dani
 1/8/19 16:07

Qué tristeza que un lugar como ese, en pleno verano y luego de un proceso costoso de reparación, esté pasando por esas circunstancias... Como dice alguien que conozco, el problema no es de los sistemas, es de las personas. hay que cuidar lo que se tiene... en fin. Otra observación, al parecer el tema de la cuenta es en varios Coppelias. Me pasó una vez en Holguín, y otra en Matanzas, los dependientes pedían la cuenta casi en el momento en que te entregaban el helado...

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