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martes, 5 de noviembre de 2024

La lepra tiene cura (+Infografías)

Esta enfermedad no es un problema de salud en Cuba, desde 1993 la tasa de incidencia es un caso por cada 10 mil habitantes…

Laydis Soler Milanés, Meliza Rodríguez Martínez en Exclusivo 06/02/2020
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Antigua Entrada a Hospital de Rincón
El hospital dermatológico es el único de su tipo en Cuba (Foto: Perfil en Flickr de Rafael Ferro)

Hay muchos santos a MI alrededor. Todos están a MIS pies. YO estoy en el altar mayor, con túnicas moradas y no de saco. Este es MI espacio, MI iglesia, ellos son MIS enfermos, MIS seguidores… los protejo. La diferencia es que no hay perros para lamer heridas… los tiempos de la lepra han cambiado… ahora hay monjas y enfermeras, ya existe una cura…

Son 20 bancos, divididos en dos filas…. Ellos me recuerdan a mí... los reconozco a todos: Marisbel, Teresa, Rafaela, María, Ana, Myrella, Miguel Ángel, las hermanas de la Caridad, … por cada persona  una promesa, una vela y ropa de saco… Un padre nuestro, 10 dios te salve… y termina la misa.

YO sigo aquí en el altar mayor, con mis túnicas moradas, lleno de flores, velas, aceite y tabaco…llevándole a Dios la súplica de los que sufren, porque esa es MI misión… la misión del viejo San Lázaro  

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Cada año en Cuba se reportan como promedio alrededor de 200 nuevos casos de lepra de ambos sexos y de todas las provincias, fundamentalmente Granma, Santiago de Cuba, Camagüey, Ciego de Ávila y La Habana, esta última por la cantidad de migrantes que recibe, informó al semanario Trabajadores la doctora Raisa Rumbaut Castillo, responsable de Programa Nacional de Lepra, del Ministerio de Salud Pública, a propósito del Día Mundial contra este padecimiento.

Para contagiarse se necesita un contacto estrecho y prologado con un paciente multibacilar no tratado, es el que tiene gran cantidad de bacilos en su organismo y los expulsa al exterior en las secreciones nasales, al estornudar; así se trasmite. Se habla de paciente no tratado porque después que se toma la primera dosis de la terapia multidroga, tratamiento de la enfermedad, se mueren más del 80% de los bacilos.También se debe tener una predisposición genética para el desarrollo de la enfermedad, que no quiere decir que sea heredetaria; explica en exclusiva para Cubahora la doctora Mayta Brito Chávez, Jefa del Departamento de Dermatología del Hospital Dermatológico Especializado del Rincón “Guillermo Fernández Hernández-Baquero”.

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Son las 7:20 am, Bejucal, Mayabeque. La guagua escolar amarilla tiene la puerta abierta, cada médico y enfermera del hospital está en su sitio. Los de los primeros puestos hablan de la novela, otros del transporte, algunos duermen y otros revisan sus celulares. La guagua para varias veces, pasa por Santiago de las Vegas a recoger a otros trabajadores y da botella a los que esperan por horas en la carretera.

Son 4,6 km de Santiago de las Vegas hasta el Rincón. La calle es estrecha, pero entre las moticos y los carros de caballo parece grande.

Amarillas para la Caridad del Cobre, violetas para San Lázaro, estampas para la salud y ojos de bueyes para el maldeojo…pregonan en cada punto de venta.

El arco de la entrada dice Hospital San Lázaro (1714-1936), en recuerdo de su etapa como leprosorio. Al otro lado está la entrada actual, con letrero lumínico recién puesto: Hospital Dermatológico “Guillermo Fernández Hernández-Baquero”…. Aquí viven nuestros protagonistas, tanto los vivos como los muertos.

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De lunes a viernes, de 9:00 am a 12:00 am en horario matutino y de 1:00 pm a 4:00 pm por la tarde, el hospital realiza las consultas externas. Es el único en Cuba especializado en Dermatología y atiende a pacientes mayores de 18 años de todo el país, remitidos desde sus provincias, tanto en consultas técnicas como en salas de hospitalización. 

Cuenta con laboratorio clínico y microbiológico para los diagnósticos, departamentos de rayos X, angiología, farmacia, biblioteca, medicina interna, podología y una interconsulta de ultrasonido. Realiza también tratamientos con medicina verde.

Trata diversas afecciones de la piel, por ejemplo, psoriasis, lupus eritematoso, liquen plano, virosis, dermatitis crónica; no solo la lepra, idea que aún permanece en el imaginario popular.

 “Como el tratamiento de la lepra está descentralizado, porque se debe atender a nivel del área de salud (por médicos de familia), el hospital actualmente atiende más a pacientes con otras afecciones”, señala la Jefa del departamento de Dermatología, Mayta Brito.

Pase de visita docente, asistencial y administrativo, a todos los pacientes del hospital, presidido por el Director del Hospital, Dr. Rolando Montero Díaz (Foto tomada de página en Facebook de la institución)

En su salón de cirugías, se hace desde biopsias hasta cirugías mayores y cirugía reconstructiva. Además, no solo brinda atención a los problemas físicos sino también a los psicológicos, necesario para dar apoyo a los pacientes que son recientemente diagnosticados con enfermedades crónicas.

Uno de sus departamentos más activos, además del de dermatología, es el de fisioterapia, que consulta actualmente más pacientes externos que internos.

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  • Paciente curada: Marisbel Carrillo Paz

          Edad: 60 años

          Original de: Bayamo, Granma

Maribel vive sola dentro del Sanatorio. En un apartamento con sala y cocina. Cuida con celo la planta que le regaló una amiga “Yo puedo más que tú“. También cría patos y pollos. Llegó al Rincón después de andar de hospital en hospital buscando qué tenía. Ya hace 7 años está curada, pero prefirió quedarse a vivir en el sanatorio.

“Voy a Oriente a mi casa y me cohíbo de ir a todos los lugares porque temo ser rechazada, nunca me ha pasado, pero temo hasta cargar un niño .La gente sabe que yo pase por esto. Aquí nadie te rechaza… todos comemos juntos, y eso te hace sentirte bien. Me cambió la vida por completo, volví a nacer y me toca esta parte. Recibí atención psicológica, entré en pánico. Tenía una noción vaga de los tiempos de atrás de cuando se hablaba esa enfermedad. Entendía que esto le daba a la gente sucia, a la gente tirada en la calle. No estaba preparada. No niego que la enfermedad te marca, pero podría ser peor. Yo hago mi vida normal. Muchos vienen llorando y se van riendo”

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  • Doctor Rolando Montero Díaz

          Director del Hospital Dermatológico “Guillermo Fernández Hernández-Baquero”

El Estado cubano  garantiza el bienestar de los pacientes con la enfermedad brindándoles asilos. Cuando ellos quieren quedarse, después de un procedimiento, el gobierno los acoge. Antes se quedaban por los estigmas. Muchos de ellos permanecían insertados como trabajadores, otros se quedaban aquí simplemente como asilados. Pero en estos tiempos ya no es frecuente, en el último año no se ha asilado a nadie en el hospital.

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-¡Buenas, hermana Sor!

-Buenas, Teresa

-La esperan en la ruleta del patio

La hermana camina por el pasillo recto de la sala Fe del Valle, apoyada en el bastón, mirando en cada cuarto a quien los dolores no dejaran ir al patio... Ni Rafaela, ni María. Llega a la ruleta, ora por todas, hablan de la frialdad del campo y se apresura para rezar con las que están en cama. Sentada en una silla y con las manos en el rosario…después del padre nuestro y al quinto Ave María... entre el silencio del campo y el murmullo de las oraciones … ¡Ayyyyy! ¡Ayyyyy!... Carmen está siendo curada. La piel podrida y casi negra está quitándole el color blanco a un algodón lleno de ácido acético (vinagre rebajado)… ¡Ayy!!Ayy!.. Vuelve el silencio … y continúan con el sexto Ave María.

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Hermanas de la Caridad junto al representante de OPS-OMS en Cuba, Dr. José Moya (a la izquierda), y el director del hospital, Dr.  Rolando Montero (a la derecha). (Foto: OPS en Cuba)

  • Sor María Elena García Castro

          Hermana de Caridad de San Vicente de Paul

Las hermanas siempre hemos cuidado a los leprosos a mano limpia, sin tanta especificidad, incluso las vendas que se usaban antes había que reutilizarlas por la carencia de material, pero ninguna se contagió.

En el año 1916 el hospital estaba en San Lázaro, allá en Centro Habana. A medida que se iba poblando la zona fue necesario sacar a los enfermos de allí, por el rechazo que la población les hacía. Se los llevaron al Mariel. Los pacientes salían del leprosorio cubiertos con sábanas blancas. La relación con las hermanas era muy fuerte al punto que ellos dijeron que si las hermanas no los acompañaban no salían, porque los iban a tirar al mar, el grado de confianza y seguridad en las monjas era muy grande. Llegaban al hospital autoemputados, temían a la medicina y el rechazo.

Desde la fe lo principal es aceptar la enfermedad como algo normal, no como un castigo de Dios. Los enfermos sienten gran apoyo en las hermanas. Lo importante es que ellos sepan que San Lázaro solo es un intercesor de Dios Padre.

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La doctora Mayta Brito (segunda de izquierda a derecha) y el doctor Miguel Ángel Gutiérrez (primero a la derecha)  junto a otros compañeros del hospital (Foto tomada de página en Facebook de la institución)

  • Mayta Brito Chávez (Mayta), Jefa del Departamento de Dermatología-Especialista Primer Grado en Medicina General Integral. Especialista de Primer grado en Dermatología. Master en Enfermedades Infecciosas. Trabaja en Hospital Dermatológico Especializado del Rincón. «Guillermo Fernández Hernández-Baquero».
  • Miguel Ángel Gutiérrez Parra (Miguel), Especialista Primer Grado en Dermatología. Trabaja en Hospital Dermatológico Especializado del Rincón. «Guillermo Fernández Hernández-Baquero».

 

Dra. Mayta: Actualmente ya no se recluyen pacientes en leprosorios, al contrario, el tratamiento es ambulatorio, los pacientes lo reciben incorporados a su vida social, ya que la enfermedad no es trasmisible una vez tratada.

En Cuba, se implementa el primer programa de prevención y control en 1962, y se ha actualizado según el conocimiento sobre la enfermedad y el desarrollo del Sistema de Salud.

El diagnóstico y tratamiento se debe hacer a nivel del área de salud. Pero al hospital pueden venir remitidos casos que en un estado reaccional - evolución crónica de la enfermedad- que no se pueda controlar allí porque necesitan un tratamiento específico que quizás la provincia no tiene, por ejemplo, una terapia alternativa.

También son remitidos casos de mal manejo o con problemas sociales que necesiten estar hospitalizados para tener el control estricto de que toman el medicamento. Algunas veces llegan pacientes espontáneamente, los diagnosticamos y tratamos.

El tratamiento que es controlado, continuado, prolongado, combinado –eso siempre se lo digo a los estudiantes. Es gratuito, viene por la Organización Mundial de la Salud y es el mismo para todos los países.

Dr. Miguel: En el momento de diagnóstico se citan a familiares o personas cercanas para un chequeo. A los casos negativos se les da un tratamiento profiláctico y a los positivos se les incorpora al ciclo de estudio y tratamiento.

 Disminuir la incidencia (nuevos pacientes), prevalencia de la enfermedad y grado de discapacidad de los pacientes son objetivos claves del Programa de prevención y control de la lepra en Cuba.

Dra. Mayta: “Lo que tienes tiene cura”, es lo que lo primero que digo cuando les comunico el diagnóstico a los pacientes.

Hay personas que aceptan mejor que le digan que tiene una enfermedad grave no curable, explica.

Es por el estigma que viene desde la época bíblica, acota el doctor Miguel Ángel. Hay un miedo atávico, de cuando los enfermos de lepra debían proclamarse inmundos y tenían que apartarse de la sociedad, de los familiares, todavía eso está arraigado; destacó el especialista.

Dr. Miguel: Mientras más tiempo sin atender, más llegan los trastornos tróficos. Aunque es un mito que la enfermedad es mutilante. Los tejidos se van atrofiando por no tener el estímulo neurológico. Al ser los nervios una de las áreas más afectadas ocurren trastornos tróficos, bazo-motores, y llega el momento en que se van reabsorbiendo los distintos tejidos o porciones afectadas del paciente.

Dr. Miguel: Lo que más mata a estos pacientes es el espíritu de rechazo social, que existe aún desde la propia familia, pero también el autorechazo.

“Se sienten con espíritu de inferioridad. Algunos después se enferman psíquicamente a nivel neurótico aun no estando enfermos, se sienten minusválidos (…) Se aíslan, por eso hay algunos que después se esconden en lugares apartados, la enfermedad se desarrolla y vienen en etapas de la enfermedad muy avanzada, con discapacidades. Se habla de lepra oculta, de casos que no se quieren atender. Esto pasa por el rechazo (…) Es necesario una atención psicológica para que no pierdan la autoestima”

Por ello el tratamiento en el hospital lo realiza un equipo multidisciplinar que incluye médicos clínicos, ortopédico, dermatólogos, el departamento de angiología y dos psicólogos. En el caso de que se necesite otra especialidad se hacen interconsultas con otros centros.

“En este medio donde viven además de la sanidad física y psicológica, también reciben sanidad espiritual”

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  • Ana Julia Borges Reyes

         Natural de Camagüey

         Auxiliar de alimentación

        34 años trabajando en hospital

        Vive en Rincón

Mamá me cuenta que me diagnosticaron lepra con 5 años en Camagüey y a los 12 me remitieron al Rincón. No me puedo quejar del hospital. Aquí estuve muy bien, me pusieron todos los tratamientos. En Camagüey no habían condiciones para el tratamiento. Vivo con mis hijos y me quede trabajando aquí. No tuve problemas para incorporarme a la sociedad.

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  • Teresa Ruset Gonzáles

Llevo 30 años trabajando aquí. Todos ellos son mi familia, nos sentamos a la mesa a comer, compartimos las buenas y las malas noticias. Entre las pacientes discuten por el turno del baño y boberías, son como niñas chiquitas…en el fondo  se aman.

Lo más difícil de trabajar con pacientes con lepra es acompañarlos en su soledad. Ya hay más conocimiento popular respecto al tema, pero hay pacientes aquí que son personas mayores que fueron abandonados por su familia cuando a la lepra se le tenía miedo. Entre todos los trabajadores le hacemos compañía… de los leprosos lo que más admiro es su fe.

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Hay muchos santos a SU alrededor. Todos están a SUS pies. Está en el altar mayor, con túnicas moradas y no de saco. Este es SU espacio, SU iglesia, ellos son SUS enfermos, SUS seguidores… los protege. La diferencia es que no hay perros para lamer heridas…  los tiempos de la lepra han cambiado… ahora hay monjas y enfermeras, ya existe una cura…

Él está ahí en el altar mayor, con túnicas  moradas, lleno de flores, velas, aceite y tabaco…llevándole a Dios la súplica de los que sufren, porque esa es SU misión… la misión del viejo San Lázaro …

La lepra se cura….


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Laydis Soler Milanés

Periodista, amante de la literatura y de la buena música.

Meliza Rodríguez Martínez

Estudiante de Periodismo de la Facultad de Comunicación de La Habana

Se han publicado 2 comentarios


Rosquita
 6/2/20 19:15

Como siempre trabajos súper interesantes, orgullo total

Amalia
 6/2/20 16:09

Felicidades. Me gustó mucho. Es muy interesante

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