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viernes, 8 de noviembre de 2024

¿Cómo se recibió en Cuba el 2019? (+Fotos)

Comida, colores, tradiciones y otros avatares de Fin de Año...

Laura Alonso Hernández en Exclusivo 01/01/2019
3 comentarios
Fin de año en Cuba 5
Llegadas las 12, todo el mundo se abraza para recibir el año nuevo. (Laura Alonso Hernández / Cubahora)

Mi familia es fundamentalmente atea, pero en las últimas semanas de diciembre se cargan con toda la espiritualidad que no tuvieron en todo el año. Los recuerdos más tempranos que tengo de la infancia en esta etapa es recibir una muda de ropa nueva anual (incluyendo la interior) de colores diferentes y no poder dormir antes de que suenen las 12.

En esa última temporada del año la casa se engalana. No puede quedar rastro de grieta a la vista, aunque solo sea un arreglo temporal, y la casa debe lucir lo más limpia posible, no obstante que en la cena siempre hay algo que acabe en el piso.

Para este venidero 2019 recibo la misma energía que en años anteriores. Mi mamá y mi abuela son las principales promotoras, y se llaman a cada 15 minutos para ultimar detalles.

—¿El cubo ya lo tienes listo?

—Ya te dije que sí, ¿qué traes de postre?

—Flan, como siempre, ¿de qué color están vestidas las niñas? Recuerda que te dije que tenían que ser rojo o blanco.

—Todas de blanco, quédate tranquila. ¿Y las uvas?

—Tremendo trabajo para encontrarlas. Tu papá recorrió todas las tiendas, pero aquí están.

Es como si las grabaran y pusieran el mismo casete todos los años. Sin embargo, así realizan su pequeño cronograma para vísperas del año nuevo, cada detalle tiene que ser perfecto porque la falta de uno solo traería mal augurio (o ballullo, como dice mi abuela).

Desde temprano ya la casa se llena con los olores habituales de la Noche Vieja para mí, el puerco asado, el congrí, la yuca con mojo y algún que otro tamal que se pudo conseguir. Muchas veces con la tentación inevitable de picar algo, pero con la acción nunca fructífera por la mirada vigilante de mi abuela: “Todavía no se puede comer”.

Esa tortura de olores continua siempre hasta las doce porque, según los más experimentados de la casa, no sé puede comer hasta que llegue el fin de año. Las razones, las mismas de mi vestido blanco o las doce uvas o el cubo: “Solo queremos mucha suerte para ti”.

Con el paso del día, mi casa usualmente tranquila, sustituye su silencio normal por el pululo intranquilo de los murmullos que empiezan a subir volumen con las cervezas y los famosos picaditos de mi abuela. Todos sentados en la sala, que resulta insuficiente por su tamaño para albergar doce personas, empiezan con las actividades habituales.

El dominó y el baile siempre resultan buenos compañeros para ayudarte a quedarte despierto hasta las 12. Las bromas que mi hermana y yo hicimos tradición, ahora son el principal entretenimiento de mis primas pequeñas, por lo que siempre uno termina llevándose una pequeña sorpresa en el refresco o la cerveza: “Ayyyyyy, esto tiene sal”.

Dan las 10:15, 11:15, 11:30 y faltando 15 minutos para las doce cesa todo lo que ocurre para reunirse alrededor de la mesita de centro con una copa en la mano. Desesperadamente mi abuelo cambia el canal hasta encontrar Cubavisión, casi a punto de la cuenta regresiva final.

Mi mamá se coloca entre mi hermana y yo para ser nuestro primer beso del año, y mi papá cuida de que cada copa esté llena de sidra. Cuando el televisor pone un gran diez en la pantalla se empieza a contar con la energía que queda de una noche ajetreada.

5, 4, 3, 2, 1, ¡Feliz año nuevo! Mis padres nos abrazan lo más fuerte que pueden con los ojos llenos de lágrimas, mi abuelo y mi abuela celebran entre ellos otro año más de vida, mis tíos rompen el silencio con el cubo de agua por la ventana y mis primas van directas a la cocina porque ya es hora de servir.

Con la comida en la mesa, ya nos deseamos formalmente un próspero año. Mi mamá y mi abuela lograron cumplir su cronograma. Como siempre, logran su objetivo de esperanza y cumplir esas tradiciones por el deseo de un 2019 mejor y feliz.


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Laura Alonso Hernández

Estudiante de Periodismo

Se han publicado 3 comentarios


Tessalia
 7/1/19 3:34

Parece un cuento de novela ese fin de año no creo que el 80% del cubano lo haga asi ,no sean tan hipocritas,yo en cambio lo pase sentada en la salita de mi humilde casa donde solo tengo un sillon y un sofa pues el misero salario que gano no me da para mas alli lo pase con una crisis de bronquitis aguda,casi sin poder respirar y pasando una fiebre sin duralgina con un tremendo escalofrio,hace años no se lo que es una fiesta de fin de año pues la familia aunque es grande esta desmenbrada o sea cada una por su lado,mi comida para mi ,mi esposo y mi hijo fue arroz con un huevo frito porque no habia frijoles, aunque mi hermana trabaja en el sector de turismo no la enseñaron a quererme como es y nunca viene a verme en fin de año a no ser que le haga falta algo, y su padre que no es el mio es un maldito borracho que nunca me ha tenido una gota de cariño,si... hace mucho que no se lo que es un fin de año,pero doy gracias a Dios porque al menos la pase con los mios y nos queremos y cualquier dia puede ser una cena de fin de año .

sachiel
 7/1/19 15:06

Su caso, estimada Tessalia, puede ser similar en otras familias, pero tampoco es la mayoria... ¿nunca tuvo usted buenos fines de año, o siemprele ha ido asi? Ojalá que todos los que leen publiquen sus vivencias, para comparar.. favor decir al menos de que provincia o parte son.

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Carlos
 2/1/19 9:03

Laura felicidades bella descripcion de un fin de año en nuestro pais tambien a mi me sacastes las lagrimas cuando te leia a mi mente venia mi noche de fin de año muy parecida a la tuya realmente escribes lindo gracias

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