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miércoles, 30 de octubre de 2024

Ahorrando desde ahora

Sé que mi hija querrá unas fotos de quince al estilo de su tiempo. Solo espero para entonces haberle enseñado a descubrir lo esencial y a ser justa con sus padres...

Leticia Martínez Hernández en Exclusivo 18/11/2013
31 comentarios
Quince años
Las tradiciones por los Quince años en Cuba han elevado sus costos progresivamente.

Pensé que eran tonterías de personas mayores. Supuse que la frase del título era otra de esas a las que nos colgamos cuando no tenemos nada más que decir, como esas de ¡Qué calor! o la “Gente es tremenda”. “Exageraciones”, les rebatí. “Para eso falta un mundo”, les argumenté. Pero esta mañana, como pellizco de la vida, del destino o qué se yo, la ascensorista me mostró orgullosa el álbum de los quince de la hija.

¡Adivinen! La ascensorista pagó 150 cuc por las fotos que yo, sudorosa, hojeaba. “¿Cuánto te costaron?”, le volví a preguntar, porque me parecía imposible que aquellos cartoncitos, lindísimos sí, pudieran costar más que un ojo de mi cara. Ella, orgullosa, repetía como a una niña tonta: cien-to-cin-cuen-ta-c-u-c. Y para que a mí no me diera el infarto me aliviaba con otros datos: “te ponen los trajes, el maquillaje, el peinado y te dan dos meriendas”. “Hasta dos meriendas, que bien”, le dije y salí de aquel elevador pensando en que un futuro mejor tiene que ser necesariamente POSIBLE.

Pero para pellizcos de la vida seguía estando mi piel. En los bajos de mi casa, Iris colgaba en la pared una inmensa foto de su hija vestida de princesa. Cuando digo inmensa, es inmensa hasta el límite de lo grotesco. Y allá voy de nuevo a tropezarme con la verdad. Me cuenta la mamá de Cecilia que en los trajines de los quince pagó ¡300 cuc!, por cierto ella trabaja como despedidora en una agencia de taxis. “¿Cómo que 300?”, supondrán ustedes que el infarto estaba de nuevo en proceso.

“¿Eso incluye fiesta también, no?”, le lancé desesperada. “No, mijita, eso es en fotos, álbumes, ampliaciones, un llaverito con sus fotos en forma de libro, videos, un recorrido en un almendrón descapotable por la Habana Vieja, volao eso…” Y yo rememorando mis enclenques quinces años.

Sí, recuerdo que no tenía zapatos blancos para el traje que me había donado alguien de “afuera”. A última hora una amiga se compadeció y pasé la sesión de fotos con los dedos engurruñados. Yo, en mis quince, como la hermanastra de Cenicienta porque aquellos zapatos prestados no me servían. Luego la “chealdá” de las poses en aquella casa linda que también nos prestó una amiga de mi mamá. Hay una fotografía que hasta ahora no entiendo bien, yo enciendo un interruptor con una cara de Madonna que da qué pensar. En otra abro la puerta de un carro con mucho glamur: un Moscovich, nada más y nada menos. Y aquella en bikinis recostada a una palmera sin playa a cientos de kilómetros a la redonda.

Lo confieso, mis fotos viven en una gaveta y quien la abra está condenado a vivir sin una mano de por vida. Lo mejor de ellas, sin discusión, es el esfuerzo de mi madre porque su hija tuviera esos recuerdos cuando los tiempos no estaban precisamente para darse el lujo de acariciar recuerdos, cuando era imposible pagar los números astronómicos que hoy se manejan con tanta facilidad, cuando era normal y hasta bonita la “prestadera” de ropas para el momento de la foto. Entonces era como si los quince fueran de todos.

Parece que ha pasado un siglo. Sé que las cosas han cambiado, que la frivolidad ganó el espacio que le hemos permitido y que mi hija crecerá rodeada de demasiada gente plástica, maquillada. Sé que querrá unas fotos de quince al estilo de su tiempo. Solo espero para entonces haberle enseñado a descubrir lo esencial, a ser justa con sus padres que quizás (lo más seguro) tendrán que desangrarse por sus fotos.

Y con todo eso espero, también, que hayan pasado los tiempos en que una ascensorista o una “despedidora” de taxis lancen a la cara de una periodista los esfuerzos en CUC que están dispuestas a pagar por la felicidad, o el capricho, de sus hijos. Por lo pronto, estoy ahorrando desde ahora, no vaya a ser que a mi Carmen le de por pedirme unos quince supersónicos.


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Leticia Martínez Hernández

Madre y periodista, ambas profesiones a tiempo completo...

Se han publicado 31 comentarios


EL JOSE
 2/12/13 0:46

Leticia muy bien, me veré muy presuncioso pero ojala puedas ahondar mas en el tema, vincularlo al peso de las costumbres y tradiciones y hacernos ver que hay lugares donde esto no es así y así entender que como decía Fito Páez "quien dice que todo esta perdido, yo vengo a poner mi corazón", muy lejos del sentido que le dio Stephanie pero igualmente en México y especialmente en Oaxaca encontraras un arraigo tal a sus tradiciones que hacen que esas fiestas tengan un sentido mayor de comunidad, donde todos cooperan para hacer fiestas que duran hasta una semana en lugares desde humildes a mejores provisionados pero donde el peso de la tradición hace que la gente disfrute su comida, su música, sus bailes y los jóvenes gustan de sus fiestas tradicionales. ¿Pero además como no les va a gustar? ¿Quién de los que han asistido del lugar que sean no ha disfrutado una fiesta oaxaqueña? Lo que nos está pasando en muchos lugares es que nos estamos avergonzando de nuestras costumbres y tradiciones y las estamos sustituyendo por mercancías que vienen en "paquetes" y cuando miramos alrededor no vemos alternativas por lo que terminamos sumidos en la "modernidad" desechando nuestras tradiciones como "cheas", yo recuerdo aquellos quince donde el baile de quince se ensayaba hasta un mes antes, recuerdo a amigos ultramodernos hippies de los 70 con el pelo largo, que se lo cortaban porque tenían que bailar unos quince, cualquier tía de esos años hacia un vestido blanco de maravilla y las fotos ... un teléfono celular ahora saca mejores fotos que las fotos blanco y negro aquellas. por cierto un buen ejercicio seria preguntarle a la ascensorista que sea sincera y que nos diga si alguien con un celular no tomo una foto que les haya llegado mas profundamente que las otras súper dotadas de 150 CUC. Leticia ahorra desde ahora pero por favor continua enseñándonos que hay lugares donde esto no es así, posiblemente en Cuba no se haya perdido del todo la tradición, pero seguramente alejándonos de las capitales en América Latina encontraremos que podemos mostrarle a nuestros hijo que solo están viendo hacia un lado, o que no tienen a donde ver por que nosotros mismos nos hemos sumado al dilema tradicional-anticuado-malo, moderno-bueno vale la pena que si ya no ellos al menos nuestros nietos sean unos chicos ultra modernos que ensayen durante un mes para un baile de quince y una rueda de casino

Maria
 27/11/13 10:03

Todo es vanidad, como dijo Salomón. Mis quince fueron con el vestidito de Georgette , Zapatos de Primor, musica de Paul Anka, todas las quinceañeras teniamos lo mismo, eramos más felices, teniamos además valores, educación, urbanidad

yoandri rodriguez
 26/11/13 14:35

es verdad q hoy en dia los fotografos no miran el sacrifio de todo cubano y te dicen un precio friamente si puedes pagarla bien y si no es mejor q vni te la tires,o la mejor opción desde q sabes q estas embarazada y es hembra ir guardando mira pa eso yo quiero casarme y solo en fotos y trajes me sale en 600 y es la oferta mas barata que tienen... me despido me gustaria q los precios esos bajaran para poder casarme y si no me veo sin boda ajajaja...

leticia
 20/11/13 15:20

Yo también me reí mucho escribiéndolo jajaja lo de ahorrar desde ahora es una ironía, espero que mi hija me pida lo que pedí a mi familia "pasar el día juntos", para eso estoy trabajando ;) gracias a todos

Manuel Ernesto
 20/11/13 12:34

Bueno amen del mensaje que pueda tener el artículo, yo me reí muchísimo leyéndolo, jajajaj, muy bueno

Alain
 20/11/13 11:00

Mi niña tiene 11 años. es decir que en cuatro años debo reunir 125 000 MN, hay hay dios mio.

MONICA
 19/11/13 18:42

... y sí, vivimos en un mundo globalizado, de gente maquillada, cirugías plásticas y pura moda. Pero también con mamás que ahorran a puro sudor para ver felices a sus hijas aunque sea por unas horas. Nada tiene que ver el Gobierno, ni los CUC; en Uruguay hace 25 años mi madre gastó en una noche todos los ahorros que había obtenido trabajando 16 horas diarias durante mucho tiempo, pero no lo vivió como un sacrificio. En ese momento para mi, fue una linda sorpresa. Hoy, es uno de los recuerdos mas hermosos que tengo de lo que hizo mi madre para verme feliz. Un abrazo.

NELMA FORERO
 19/11/13 10:43

Soy colombiana, cuando cumplí 15 años, nadie se acordó que estaba de cumpleaños. Ni yo misma.Un abrazo

Rafael
 19/11/13 9:43

Tener niños es extremadamente caro!!! culeros, pañales, coche, cuna, ropa. Despues regalos a los profesores por el dia del maestro,pagar repasadores y hasta examenes y notas. Despues los quince y por Dios, qu eno le de por casarse!!!!!!!! Por otro lado, averigua tu como una asecensorista tiene 300 cuc , como los ahorra? Ah, se lo mandan de afuera. Lo mismo dicen los empresarios que estan montando locales en La Habana de mas de 6000 la inversion. Conraloria de la Republica no verifica el origen del capital semilla o acumulativo para tanto negocio.

Javier
 19/11/13 9:04

Es hasta humillante que desde que nace tu hija tengas que estar 15 a?os ahorrando para unas fotos... No creo que el precio de las fotos sea el problema sino los salarios. !15 a?os ahorrando para un dia!

Loli
 19/11/13 1:18

Bueno, a mi me gustan las tradiciones, y la de celebrar los 15 es una de las que nunca desapareció, mis 15 no fueron muy diferentes a los que ustedes cuentan, par de vestidos prestados y unas cuantas fotos que aun conservo y que a cada rato vuelvo a ellas para recordarme que alguna vez fui joven, rebelde y con muchos sueños por cumplir. Reconozco que los tiempos han cambiado, no se puede ser superficial, al tachar de banal y superficial (repito aquí superficial)estas celebraciones y tratar de minimizar el esfuerzo de los padres al pagar las fotos, acaso conoce alguna opción de fotos en MN, la culpa de que estén caras es de los fotógrafos?, de los padres que las pagan? o del sistema de salario, que no permite ganar a un profesional ni siquiera para pagar unas pocas fotos de quince?. Para mi todas las opciones son válidas, las que quieran pagar y las que no, al final son las propias jovencitas quienes deciden que quieren, pero no tachemos de vanales a las que desean por un día tener la fantasía de ser una modelo o princesa, es su sueño y los padres están para velar por ellos, lo que uno gaste o no es personal, unos los gastan en quince y otros en juguetes innecesarios, o golosinas que no alimentan, en fin si un padre decide hacer ese sacrificio pienso que debe respetarse, lo demás parece amargura por no poder prever como va a resolverse ese problema cuando le toque la hora. Yo en el de mi hijo decidi comprarle una computadora por sus quince, pero para ello me pasé dos años "lavando para la calle", a pesar de ser también una profesional, para poder reunir, y me siento muy orgullosa de haberle podido dar eso a mi hijo y que me haya sacrificado para ello, lo compromete a el a ser mejor, y se que me lo agradece porque lo veo en sus acciones todos los días. Como mi madre vio mi agradecimiento cuando unas pocas fotos "a color" en mi época se llevo su salario de dos meses.

thony
 18/11/13 18:07

Leti, me encantó tu articulo, yo como padre ya pasé por ese dolor de cabeza, pienso que los hijos , en este caso las hijas que cumplen 15 años, se merecen algo de festividad por ese aniversario tan esperado, pero, muy bien como decimos los cubanos, ya ellos tienen algo de inteligencia como para pensar hasta donde pueden llegar los padres y digo esto esesencialmente en el poder adquisitivo de los salrios aca en nuestro pais, por ejemplo, a la mia solo le tiramos las fotos, paseamos por toda la ciudad y la llevamos a comer a un restaurante , salio con sus amigos, y fue segun me dijo la hija mas feliz del mundo, nada de fiestas por todo lo alto como bien me dijo... "ESO ES PARA LLENARLE LA BARRIGA A TODO EL MUNDO Y AL FINAL SIEMPRE HABLAN MAL....." y al final tiene razon , en definitiva los 15 , son de ella, es ella , la que debe sentirse halagada, sentirse bien con los deseso de os demas para con ella, la fiesta de los 15 no es para motivar a hacer un carnaval para el pueblo, mejor , lo empleamos en lo necesario para nuestroa hija, y asi ella se sentira muy feliz...... Ah y otra cosa, esos lujosos trajes, poses, hoteles, o lugares en las fotos, a final del tiempo, van a parar una gaveta o quizas se queda en el olvido. respeto todas las opiniones, pero valen mas los sentimientos y las relaciones interpersonales entre los padres y los hijos...... un abrazo

Marta
 18/11/13 16:29

Perdón: pero es necesario REALMENTE tanto sacrificio?? Para qué y/o por qué? Eso me suena a CONSUMISMO!! vA A SER MÁS FELIZ una persona por el lujo de unas horas?? Perdón, pero ni siquiera cuando tenía 15 años pude entender esto. Y eso que en nuestro país (Argentina) siempre se "usó" este tipo de celebración, claro mucho más modesta que las actuales.

Rosa C. Báez
 18/11/13 15:05

Aún no puedo entender, a mis 61 años, cómo hemos retrocedido a esta situación... mis 15, con mis compañeros de secundaria, el traje de boda de mi prima, los zapatos blancos de Primor y un fotografo aficionado que felizmente tuvo la delicadeza de perder todas las fotos... cuando aquello te tirabas la foto con tus viejos, tus abuelos tus tios y tus primos, la foto con las hembras y la foto con los varones, par de fotos con el cake y aquella con el invariable Danubio Azul de fondo, bailando el vals con algun chico especialmente guapo... Y lo mejor, para mi, fue tener alli a mis compañeros de la secundaria... el tocadisco se derritio de tanto sonar y al otro dia no había quien lo despegara de la mesa... Por suerte no tuve hija hembra porque no sé si el alma me hubiera dado para seguir la corriente... que eso es lo peor... hacemos porque a fulanita le hicieron... antes que empezar a reunir, asegurate de poner en la cabeza de tu princesa que eso, es fanfarria...

Gustavo
 18/11/13 14:59

Bueno creo que en todas partes se cuecen habas, en Argentina una fiesta de quince completa(alquiler de salon,comida,musica, fotos,vestido,peinado,video,souvenir,etc. etc.) cuesta entre $20000 y $40000 y el sueldo promedio de un empleado es $4000.

MAdre en CUP
 18/11/13 14:57

Stephanie , estás equivocada, aqui las niñas pueden celebrar sus quince y tener su fiesta y su cake, aunque el salario de sus padres sea en CUP, solo que algunas quieren lucir más de lo que pueden alcanzar, y como en todas partes de mundo hay quien lo hace por lo que la gente diga y no por lo que desean

Maray Suárez
 18/11/13 14:20

Leti... me he reído tanto, porque me hiciste recordar mis fotos de quince, horribles por cierto...ahhh amiga yo me salvé aunqu eno creas, dicen que ahora los varones también se tiran fotos em sus quince...entonces... ESTARÉ SALVADA?

Alex23
 18/11/13 14:13

Este articulo demuestra el sacrificio de los cubanos con tal de celebrar los 15 a su hija y mas en una pais donde se gana en pesos y todo se obtiene en CUC. 150 CUC por unas fotos es un lujo para cualquiera.

leticia
 18/11/13 14:03

Gracias a todos por los elogios y por compartir con nosotros sus opiniones

Mikel Sampedro
 18/11/13 13:45

Me gustó tu articulo Leticia, ya que hube de padecer una situación parecida, con la diferencia que soy fotógrafo aficionado. En España tenemos la "primera comunión" y hay familias que se gastan tres veces ... "lo que no tienen" ... para aparentar ante familiares y allegados que ellos ..."SI PUEDEN". y los niños ... alardeando con sus amiguitos de los numerosos regalos que tuvieron ...( ¡¡¡ y ay de esos tíos o abuelos que no hayan superado el regalo de sus "parte aires" !!! ...je ... je ...). Como colofón, el mejor recuerdo que, dice, tiene mi hijo de ese dia, saludando (vestido de marinero) a su abuelo ... el cual nos dejó hace dos años ya. Un saludo, desde Bilbao.

Ana Maria Radaelli
 18/11/13 13:35

Lo que NO es preciso para ser feliz Frey Betto Una ciudad progresista del interior de San Pablo tenía, en 1960, seis librerías y un gimnasio; ¡hoy tiene sesenta gimnasios y tres librerías! Al viajar por Oriente, mantuve contacto con los monjes del Tibet, en Mongolia, Japón y China. Eran hombres serenos, solícitos, reflexivos y en paz con sus mantos de color azafrán. El otro día, observaba el movimiento del aeropuerto de San Pablo: la sala de espera llena de ejecutivos con teléfonos celulares, preocupados, ansiosos, generalmente comiendo más de lo que debían. Seguramente ya habían desayunado en sus casas, pero como la compañía aérea ofrecía otro café, todos comían vorazmente. Aquello me hizo reflexionar: “¿Cuál de los dos modelos produce felicidad?” Me encontré con Daniela, de 10 años, en el ascensor, a las 9 de la mañana, y le pregunté: “¿No fuiste a la escuela?” Ella respondió: “No, voy por la tarde.” Comenté: “Qué bien, entonces por la mañana puedes jugar, dormir hasta más tarde.” “No”, respondió ella, “tengo tantas cosas por la mañana…” “¿Qué cosas?”, le pregunté. “Clases de inglés, de baile, de pintura, de natación”, y comenzó a detallar su agenda de muchachita robotizada. Me quedé pensando: “Qué pena que Daniela no dijo: “¡Tengo clases de meditación!”. Estamos formando súper-hombres y súper-mujeres, totalmente equipados, pero emocionalmente infantiles. Una ciudad progresista del interior de San Pablo tenía, en 1960, seis librerías y un gimnasio; ¡hoy tiene sesenta gimnasios y tres librerías! No tengo nada contra el mejoramiento del cuerpo, pero me preocupa la desproporción en relación con el mejoramiento del espíritu. Pienso que moriremos esbeltos: “¿Cómo estaba el difunto?”: “¡Oh, una maravilla, no tenía nada de celulitis!” Pero, ¿cómo queda la cuestión de lo subjetivo? ¿De lo espiritual? ¿Del amor? Hoy, la palabra es “virtualidad”. Todo es virtual. Encerrado en su habitación, en Brasilia, un hombre puede tener una amiga íntima en Tokio, sin ninguna preocupación por conocer a su vecino de al lado. Todo es virtual. Somos místicos virtuales, religiosos virtuales, ciudadanos virtuales. Y somos también éticamente virtuales… La palabra hoy es “entretenimiento”; el domingo, entonces, es el día nacional de la imbecilidad colectiva. Imbécil el conductor, imbécil quien va y se sienta en la platea, imbécil quien pierde la tarde delante de la pantalla. Como la publicidad no logra vender felicidad, genera la ilusión de que la felicidad es el resultado de una suma de placeres: “Si toma esta gaseosa, si usa estas zapatillas, si luce esta camisa, si compra este auto, si bajas de peso, ¡usted será feliz!” El problema es que, en general, ¡no se llega a ser feliz! Quienes ceden, desarrollan de tal forma el deseo, que terminan necesitando un analista. Quienes resisten, aumentan su neurosis. El gran desafío es comenzar a ver cuán bueno es ser libre de todo ese condicionamiento globalizante, neoliberal, consumista. Así se puede vivir mejor. Para una buena salud mental son indispensables tres requisitos: amistades, autoestima y ausencia de estrés. Hay una lógica religiosa en el consumismo posmoderno. En la Edad Media, las ciudades adquirían status construyendo una catedral; hoy, en Brasil, se construye un shopping-center. Es curioso, la mayoría de los shopping-center tienen líneas arquitectónicas de catedrales estilizadas; a ellos no se puede ir de cualquier modo, es necesario vestir ropa de misa de domingo. Y allí dentro se siente una sensación paradisíaca: no hay mendigos ni chicos de la calle ni suciedad… Se entra en esos claustros al son gregoriano posmoderno, aquella musiquita de esperar al dentista. Se observan varios nichos, todas esas capillas con venerables objetos de consumo, acolitados por bellas sacerdotisas. Quienes pueden comprar al contado se sienten en el reino de los cielos. Si debe pagar con cheque posdatado o a crédito, se siente en el purgatorio. Pero si no puede comprar, ciertamente se va a sentir en el infierno… Felizmente, terminan todos en una eucaristía posmoderna, hermanados en una misma mesa, con el mismo jugo y la misma hamburguesa de Mac Donalds… Acostumbro a decirles a los empleados que se me acercan en las puertas de los negocios: “Solo estoy haciendo un paseo socrático”. Delante de sus miradas espantadas, explico: “Sócrates, filósofo griego, también gustaba de descansar su cabeza recorriendo el centro comercial de Atenas. Cuando vendedores como ustedes lo asediaban, les respondía: … “¡Solo estoy observando cuántas cosas existen que no necesito para ser feliz!”

Ernesto
 18/11/13 13:18

Lamentablemente la frivolidad, la banalidad, los estereotipos baratos y la tonteria han ganado un espacio increible en la juventud,,, y nosotros los mayores que le damos ese espacio, soy fotografo y artista plastico y prefiero mil veces privarme de ciertos esterotipos consumistas antes de dedicarme a hacer fotos 15

Neida
 18/11/13 12:30

MUy bueno tu articulo, mi niña, lo que sucede en los momentos actuales es que las personas quieren vivir por encima de sus posibilidades, y les quieren dar fisteas de 15 años, a sus hijas, como si fueran princesas de cuentos de hadas, y les tiran ftos como si fueran modelos de revistas, no creo que eso sea lo esencial, en todas las epocas se han celebrado 15 años, los mios por ejemplo, mi mama en una alcancia fue reuniendo 20 centavos cubanos, desde que alcance 5 años, y con esos 1000 y pico de pesos, que logro tener me alquilo un saloncito, me tir 12 fotos en blanco y negro, y mi vestido fue una maxifalda prestada tbien, pero fui muy feliz, mis amigas las pudientes en aquella epoca los celebraron en salones de hoteles pero mis posibilidades eran otras, y no deje de hacer mi fiesta, y de divertirme, sucede que ahora las niñas parecen no entender que cdo se puede se puede y cdo no pues es no, nos encargaremos de que Carmen valore en su momento que festa o festejo tendra en ese momento, lo que si puedes estar segura es que estará rodeada de mucho amor. recuerdo que en tus 15 tu papa te trajo a la Habana y te llevo a pasear por la habana Vieja, y te compramos unos pulsitos, en la catedral, no habia para mucho mas, pero tanto el como tu mama, lo que hicieron fue con mucho amor, asi será con nuestra nieta. Muy bonito articulo, esa es la realidad de nuestros tiempos

Alina
 18/11/13 12:25

Violentando nuestra cultura y nuestras tradiciones... ahora todo tiene que ser como una "barbie" cuando en realidad nuestra economía y nuestra realidad no tiene que ver con eso.

Jose A.
 18/11/13 12:24

Bueno, pero no son solo los 15. Cuéntenme de las bodas? y la canastilla? Por eso cada vez más juntados que casados y menos bebés.

Soraya
 18/11/13 12:17

Opino que este trabajo excelente lo que nos llama es a reflexionar no sobre el gasto de dinero sino sobre el MALGASTO. Con ello le respondo a la mexicana Stephanie. Los 15 se pueden celebrar sin tanta fastuosidad y bobería.

Daisy
 18/11/13 12:10

Las costumbres impuestas...qué me dicen ahora del Halloween?

Yolanda E. Sánchez Cruz
 18/11/13 11:56

Muy buen articulo la felicito. yo soy de el d. f. México y acá cuando de derrochar se trata nada ni nadie los detiene ..poro todo lo asen con padrinos que les ayudan poniendo cada quien algo ..aunque hay sus ecepciones, como en una historia que es mi historia de allá x los años 60.. creo que mas que un capricho o un sueño de una madre o su hija ...es la sociedad y el medio en el que se vive ...son las tradiciones y costumbres de cada país, pueblo, o lugar.lo que envuelve a las personas ....cuando yo cumplí 15 años yo tenia una media hermana de 17 años a la que mis abuelos paternos, ya le avían festejado su fiesta de 15 que duro una semana ...con mariachis y mole con pavo o guajolote con un gran pastel o cake bueno una gran fiesta ....y a mi solo me izo mi mamita o sea mi madre una pequeñita merienda con chocolatito caliento y un pequeño y riquísimo pastel que ella cocino ...me compro una salla y un pulover de un mismo color ., y a las 5 de la mañana de el 8 de octubre de 1965 me dio serenata con un trió que con mucho trabajo ella pago labrando a mano ropa ajena ..y que creen que mi media hermana se enojo ..cosa que yo no comprendí pues los festejos de ambas no tuvieron comparación alguna....saludos atentamente yo pata de perro..

Yunitón
 18/11/13 11:56

Un buen retrato de la triste realidad de los padres con hijas quinceañeras... y lo peor es que para colmo de este colmo, ahora se está estilando también celebrar los diez años,con fotos, vestuarios y maquillaje de quince, como para dejar constancia de la precocidad de nuestros tiempos...nada, que la plasticidad se ha abierto espacio, como dice la autora, y seguimos dejando que nos influya... a donde fueres, haz lo que vieres, ¿no?... y pobre del que no vaya con la corriente...

Lisandra
 18/11/13 11:22

Muy bueno Leticia, creo que somos unos cuantos los condenados a ahorrar desde ahora, porque como están los tiempos, hasta Marcos David puede pedirme que le celebre los quince

stephanie Ruvalcaba
 18/11/13 10:26

¡Woow!, al leer esta nota me doy cuenta todo lo que hacen nuestros padres para vernos muy felices, aunque debo decir que es un poco cruel lo que se pasa en Cuba, yo soy de México y si bien es cierto la economía tampoco esta muy bien regulada que digamos pero aquí no es imposible el tener una fiesta de quince años, fotos, vestido, pastel, transporte... Esto no quiere decir que yo soy de una clase social ni alta ni media alta, soy de la clase social media baja, pero hasta la clase baja le organizan a sus hijas tremendos quince años qus hasta cierran las calles para la fiesta. Considero que es el sistema de gobierno el que no deja que Cuba disfrute y que manejen el C.U.C por que eso de tener doble moneda los afecta mucho, se supone que el C.U.C solo es para los extranjeros ¿No?, entonces por que el gobierno de Cuba no pone accesibles los precios con el Peso Cubano, por que tanto el C.U.C como el peso Cubano es un abismo de diferencia y que un cubano reuna 300 c.u.c pues está cañón si el salario en muchas ocasiones se paga en peso cubano, yo opino todo esto por que hace medio año fui a Cuba, hermoso país con una tremenda cultura pero a la vez tan desplazados y todo por las dos monedas con c.u.c en un restaurante comes de lo mejor con el peso cubano te dan una miseria, ¡Eso no se me hace justo!, las niñas de 15 años deben tener una fiesta, fotos, pastel, baile como cualquier otra niña incluso como las de México!!, pero en fin me sorprendió mucho esta nota, me gustaría que conocieran México de verdad se llenarían de alegría no todo es malo si estamos mal como país pero México y su gente es hermosa si nos conocen aquí pueden disfrutrar, comprar entrar a restaurantes sin que un policía les diga que "No, por que no puedes hablar con extranjeros". (: amo Cuba.

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