Lo que el capitalismo no puede digerir de la revolución cubana es la soberanía unida a la independencia nacional y que el sistema cubano haya colocado al ser humano como centro, lo que explica que Cuba sea objetivo militar permanente y de las campañas mediáticas de los medios corporativos en manos del capital transnacional encabezado por Estados Unidos.
Durante una reciente conferencia la profesora de la Universidad Complutense de Madrid, Ángeles Diez señaló que es evidente que Cuba ha sido y es un objetivo militar del imperio estadounidense, prácticamente desde el triunfo de la revolución se han desplegado todo tipo de ataques, directos (invasión, guerra química, atentados como la voladura del avión de cubana en el 76, intentos de asesinar a su presidente…) e indirectos, como los correspondientes a los medios de comunicación. Ser un objetivo militar ha ido siempre de la mano de ser un objetivo mediático.
Con ello la académica revela la perversidad del acoso mediático como parte de la guerra de Estados Unidos contra Cuba a partir de que los medios masivos en las guerras siempre actúan despejando el camino y estableciendo zonas de exclusión. Las reglas en ese campo están prefiguradas. Tópicos como los Derechos Humanos o las libertades donde ya que el imaginario social está fuertemente consolidado es donde los discursos mediáticos pueden bombardear según suponen impunemente y, lo hacen.
EJEMPLOS DE LAS CAMPAÑAS MEDIÁTICAS
Ángeles Diez cita al respecto el 17 de marzo de 2010 cuando los periódicos y televisiones hablaban de cómo la "policía cubana reprimía con violencia una manifestación pacífica de las damas de blanco", el 26 de marzo RTVE mostraba la solidaridad de "Miami con las damas de blanco", el 21 de junio los medios daban cuenta de la presentación del libro de Yoani Sánchez WordPress, un blog para hablar del mundo ' con titulares del tipo "'Sueño con un 15-M en la Plaza de la Revolución' de La Habana y el 28 de septiembre el presidente de EEUU en una entrevista desde la Casa Blanca contestando a preguntas de la comunidad hispana sobre emigración decía que "Ya ha llegado la hora de que suceda algo en Cuba" (El País, 28-09-11).
Pero, para no variar la lista se amplía y actualiza, una reciente e infundada acusación es la de dar asiento a bases de entrenamiento de Hezbollah, del Líbano en Cuba. Apareció en una información del diario italiano "Corriere della Sera", escrita por Guido Olimpo, quien se ocupa de asuntos de Inteligencia y Seguridad y que, incluso, ha sido invitado a Washington a declarar ante el Senado sobre temas del terrorismo y las armas no convencionales, según reseñó el periodista cubano Elson Concepción.
Guido Olimpo, sin usar dato comprobado alguno, y al consabido "según fuentes europeas" que no cita por su nombre, abrió su artículo con que "Hezbollah está construyendo una base militar muy sofisticada en Cuba", para "formar células terroristas integradas por miembros de Hezbollah, que tendrían la misión de vengar la muerte de su comandante Imad Moughniyé".
Como voz autorizada están las declaraciones del comandante de la dirección de América del Sur, ante el Congreso de Estados Unidos, para quién Hezbollah estaba en vías de establecerse en las regiones fronterizas de Brasil, Paraguay, Argentina y Colombia.
Ante este ejemplo es evidente que un engaño puede ser desmentido y esta manipulación no es la forma de intervención mediática más eficaz, ni la pueden utilizar con tanta frecuencia como desearían. Pero, cae en una zona que tiende al objetivo de crear una imagen negativa de Cuba, que en última instancia cumple un objetivo principal: eliminar la resistencia, las voces de protesta si se gesta cualquier acto agresivo o una intervención contra la Isla.
LÍNEAS DE ATAQUE CONTRA CUBA
Los medios del capitalismo tienen dos líneas de ataque contra Cuba apreciable cuando se leen unos pocos trabajos: "el sistema político es dictatorial" y "en Cuba se vive muy mal". Dictadura y pobreza son las dos palabras máscara sobre las que se expande la estrategia de los medios, según ha investigado Ángeles Diez.
Estas dos imágenes conducen a desarrollar estrategias de propaganda que crearán las condiciones para poder intervenir en Cuba, por un lado, obligándola a renunciar a su independencia o soberanía, por otro, fragmentando a la población, haciendo que asuma las desigualdades sociales como algo natural, inevitable.
El objetivo del lenguaje del imperio no es provocar o anestesiar a la población sino el consenso y la unanimidad del pensamiento respecto a la Cuba que prefiguran según la estrategia antes dicha. Ideológicamente se manipula para falsear y crear una imagen negativa, pero el propósito es la infiltración para poder intervenir sin encontrar resistencias, tanto dentro de Cuba como entre las voces solidarias que acompañan a la Revolución cubana.
Mientras exista el capitalismo habrá campañas mediáticas contra todos los que generen un ejemplo distinto, pero la única forma de continuar adelante con un proyecto social humanista como se ha propuesto la Revolución cubana es con la verdad que derrumba el consenso engañoso que procuran los medios. Y, esa verdad parte de una obra, que es defendida por los cubanos con toda la astucia y la razón que les asiste.
Los capitalistas podrán ser tan voraces como han demostrado, pero necios no son y saben que en Cuba hallarían la resistencia de un pueblo organizado y de ello depende la sobrevivencia y hacia dónde se incline la balanza
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