Yanadi Armela es joven. Su rostro, con huellas del sol que se cuela entre el sembrado, y sus manos algo manchadas por la hoja no le menguan las ganas de atender cada planta de tabaco. Muchos inciden en lo saludable de la plantación de Corojo 2012, pero ella es la máxima responsable, y como tal se comporta y prodiga a diario atenciones culturales. Al final de cada cosecha no sabe exactamente a dónde van a parar sus hojas, pero siente el placer de saberles en muchos de los tabacos que por siglos han prestigiado a Cuba en el mundo.
Aunque las manos hábiles de los torcedores dan forma, color y tamaño a diversas marcas, es en el campo donde empieza todo. Por eso se siente importante, y en realidad lo es. A eso añade la satisfacción de pertenecer a la Empresa de Acopio y Beneficio del Tabaco Lázaro Peña, perteneciente al grupo Empresarial TabaCuba y con 40 años en la producción fundamentalmente de capa.
Ubicada en San Antonio de los Baños, en la provincia de Artemisa, en las 13 unidades que componen su base productiva se genera el 62 por ciento de la capa de exportación del país. Cuentan también con cuatro unidades empresariales de base de Beneficio, una de Aseguramiento y otra de Despalillo.
Su director, Vladimir Andino Ruibal, señala entre los logros de estos 40 años el incremento paulatino de la producción de capa y de la calidad de las hojas, con variedades resistentes a plagas, que conservan las propiedades características del tabaco cubano y exhiben mayor rendimiento por hectáreas.
En la actual campaña, favorecida por el clima a diferencia de la anterior, marchan satisfactoriamente. La supervivencia de las plantas sobrepasa en algunos campos el 90 y el 95 por ciento, gracias a la aplicación de la ciencia y la técnica, la disciplina tecnológica y el rescate de atenciones culturales vitales como el amarre de cada planta, para protegerla de embates del tiempo y garantizar el aprovechamiento incluso de las hojas más cercanas al suelo, según señaló Francisco Lam, el director agrícola.
La introducción del Corojo 2012, ya en fase de generalización, eleva el rendimiento de capa. En lugar de 18 hojas permite aprovechar unas 20; es resistente a enfermedades como la pata prieta, el moho azul, el mosaico del tabaco y la necrosis ambiental, y en las pruebas realizadas ha demostrado poseer similares características organolépticas que el Criollo 98, por derecho propio considerado el patrón de calidad para evaluar variedades de tabaco negro cubano.
Positivo es el uso de la cura controlada, tal como apunta Inés María Hernández Martínez, directora de Beneficio y Comercialización de la Empresa. “Este año usaremos hasta más de tres veces cada una de las casas para que solo un 20 por ciento se cure de manera natural. Para eso se hermetizan con espuma las más deterioradas y se sustituyen equipos viejos de Kalfrisa con más de 30 años de explotación por nuevos marca Rinaldi, más eficientes y menos consumidores”.
Para aprovechar al máximo las capacidades de cura trazan estrategias de siembra que eviten el abarrotamiento de hojas y, el clima, hasta ahora favorable, no debe comprometer en nada los planes productivos de esta campaña en la que prevén cosechar 690,74 hectáreas, con una producción de 787 toneladas. El rendimiento de capa debe ser de 0.23 toneladas por hectárea, según datos aportados por Vladimir Andino.
A la par del cumplimiento de los planes productivos están inmersos en transformaciones de la infraestructura. Rogelio Umoa Cabrera, director adjunto de la empresa, profundizó en las acciones constructivas en los albergues para trabajadores, los comedores, talleres y almacenes, y acciones en la propia Casa Matriz.
Una nueva imagen distingue sobre todo a los campamentos, donde las acciones fueron de gran envergadura: sustitución de la carpintería, cercado perimetral, pisos y techos, en dependencia del grado de deterioro de cada estructura. Ahora ajustan bien los reglamentos para que impere la disciplina y el cuidado de los recursos.
Y no solo en su entidad realizan cambios, pues es visible el apoyo de los trabajadores en cuanta tarea se propongan el Gobierno y el Partido en San Antonio de los Baños, incluyendo la campaña antivectorial y las donaciones de sangre.
A sus cuatro décadas, la Empresa Tabacalera se rejuvenece en trabajadores y en infraestructura, aun cuando cuenta para su avance con la experiencia, entre otros, de dos Hombres Habano: Armando Trujillo González, al frente de la Unidad Básica de Producción Cooperativa (UBPC) Felipe Herrera, y Aurelio Reyes Santiesteban, comandando la UBPC Batalla de las Guásimas.
Sus 3 223 trabajadores salen cada mañana, justo antes de salir el sol, para ofrendar al tabaco muchas atenciones. Además de la remuneración económica que perciben, para nada desdeñable, les mueve el amor a un cultivo tan viejo como la historia misma de los cubanos, desde los primeros habitantes que el gran almirante Cristóbal Colón descubrió en estas tierras.
Entonces enrollaban las hojas, prendían el fuego y aspiraban su humo. Más de quinientos años después, sigue la tradición.
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