Santiago entró a la fiesta liderada por Industriales

Con esa estirpe indómita del que no se da por vencido hasta el final, el equipo de Santiago de Cuba ganó el partido que no podía perder frente a Matanzas este domingo y aseguró su presencia en la próxima etapa de la 53 Serie Nacional de Béisbol, donde ya estaba asegurados Industriales, Villa Clara, Isla de la Juventud, Pinar del Río, Holguín y Artemisa.

Aunque tuvieron que jugar con la soga al cuello —una derrota los sacaba de los ocho punteros—, la excelente labor del derecho Alaín Delá durante siete capítulos y el bateo oportuno de Edilse Silva y Andrés Reyna sellaron el triunfo (6-1) y relajaron los ánimos para una provincia que desde la edición 49 no avanzaba a la siguiente fase, por más mánagers que cambiaron.

La realidad es que las avispas pìcaron, agujerearon la piel de los yumurinos y volverán a prender su estadio Guillermón Moncada desde el 14 de enero, con cinco refuerzos que escogerán el venidero día 9. Si se le compara con la serie pasada, lo determinante de su accionar parece ser la ofensiva, que recibió, sin duda, un impulso grande con el retorno de Héctor Olivera y Luis Miguel Navas.

Lo otro distintivo en la semana fue la barrida de Industriales sobre Holguín en su casa del estadio Latinoamericano. Los azules experimentan su mejor momento de la temporada y van oxigenando lo que hasta ahora no le había salido bien: su bateo. Como si fuera poco, comandan la tabla de posiciones con 27 éxitos y solo 15 fracasos, cuando aún le restan por celebrar tres choques: dos frente a Las Tunas y uno contra Granma.

Por cierto, los cuadrangulares fueron protagónicos en el Coloso del Cerro, pues los anfitriones despacharon seis pelotas fuera de los límites, de ellas dos con las bases llenas: a la cuenta de Yulieski Gourriel y Alexander Malleta. Como nota curiosa relacionada con ambos, el espirituano-devenido capitalino llegó a 247 vuelacercas en su carrera deportiva e igualó la cifra conectada por su padre Lourdes Gourriel; en tanto el inicialista Malleta arribó al club de los 200 jonrones o más, en la que aparecían solo Pedro Medina, Antonio Scull y Agustín Marquetti.

Trepidante también resultó el fin de año para Artemisa y Ciego de Ávila, los otros dos conjuntos involucrados en la pugna por clasificar y que dominaron 2-1 sus enfrentamientos particulares frente a Granma y Mayabeque, respecitvamente. Tal y como habíamos dicho, los avileños eran los que peores opciones en caso de ocurrir un triple empate como a la postre sucedió.

Sin embargo, justo es decir que Mayabeque volvió a ser el conjunto atravesado en los momentos ceros —así lo hizo contra Santiago hace dos campañas— y con su victoria en extrainning en el segundo desafío impidió que los muchachos  de Roger Machado avanzaran por séptima ocasión consecutiva entre los ocho punteros.

Para Artemisa los aplausos más prolongados, pues resultó el conjunto de mayor progreso de una edición a otra. Su salto del sótano en la 52 Serie Nacional al octavo escaño como mínimo en esta temporada se debe a nueve triunfos más, pero sobre todo a una excelente preparación física y psicológica de ese conjunto, dirigido con aplomo e inteligencia por Dany Valdespino.

La gran decepción de esta primera fase continuó siendo Sancti Spíritus, que ni siquiera con las dos sonrisas frente a la Isla de la Juventud pudo librarse del frío puesto 16, por el cual también rondaba Guantánamo, que finalmente escapó al superar par de veces a un maltrecho y otra vez decepcionante Camagüey.

La barrida de Las Tunas sobre Cienfuegos no significa mucho ya a estas alturas, pues tienen reservado el décimo lugar, incluso aunque derrotaran par de veces a Industriales en los juegos pendientes y reprogramados para los primeros días de enero.

Concluye así una primera fase en que restan muchas aristas por comentar, como la pésima defensa colectiva, el descontrol de los lanzadores, el aumento de los robos de base y la baja producción de jonrones, indicadores todos que hablan de rivalidad, pero no la calidad soñada en nuestro pasatiempo nacional.