Robeisy completó "el buque insignia"

Misión cumplida y con alta nota. Este jueves, con su cuarto triunfo en el torneo preolímpico de boxeo con sede en Bakú, capital de Azerbaiyán, el cienfueguero Robeisy Ramírez (56 kilogramos) aseguró el último boleto que le faltaba a Cuba para asistir con equipo completo a la venidera cita de Río de Janeiro, en agosto.

En el combate de marras, Ramírez, monarca olímpico en Londres 2012, pero en la división anterior (52 kilogramos), se impuso al keniano Benson Njangiru por 3-0 (triple 29-28), lo cual indica que la pelea fue cerrada, porque los tres jueces le vieron ganar dos asaltos y perder uno. Pero dejemos que sea Robeisy quien se lo comente a Cubahora, luego de un contacto vía Facebook.

«Fue una pelea de campana a campana frente a un rival muy complicado, que también quería ir a Río. Los dos primeros asaltos, creo que fueron míos. Y ya cansados ambos, en el tercero nos tiramos todo tipo de golpes, para ver quién daba más y se llevaba el veredicto de los jueces.

«Tuve que emplearme a fondo, moverme bien y nunca dejé de tirar. Ya aseguré no solo el boleto para ir a Río con el resto de mis compañeros, que era lo más importante, sino también la medalla de bronce y no paro hasta que gane el oro. Este viernes, por plata, me enfrentaré al ucraniano Mykola Butsenkov y también quiero salir airoso», aseveró Ramírez a Cubahora.

Ahora me vienen a la memoria los últimos meses del año 2015, cuando la prensa especializada conoció que el matancero Andy Cruz, quien había obtenido el boleto olímpico en los 56 kilogramos, había ascendido hasta los 64 kilogramos y Cuba hacía dejación de esa plaza. Entonces, le llegó a Robeisy la posibilidad de «recuperar» ese boleto. Y falló en su primer intento, cuando asistió al certamen preolímpico con sede en Argentina, en marzo pasado, y cedió ante el local Alberto Melián, por votación dividida (2-1).

Cabizbajo, el joven púgil retornó a La Habana, ansioso de que volviese a ser el escogido para asistir al certamen de Bakú. Su entrenador Rolando Acebal confió en él… y no lo defraudó, al poner sobre el ring su aval de monarca olímpico y ganar estos primeros cuatro combates.

Así Ramírez, por las buenas mañas con sus guantes, se acaba de enrolar en la nómina olímpica del equipo cubano de boxeo, muy bien llamado «el buque insignia» del deporte cubano, que sin dudas será factor clave en la ubicación final de la Isla en la tabla de posiciones por países. Y estoy seguro de que Robeisy regresará con una medalla. ¿Le pondría usted el metal?