El Clásico Camagüey-La Habana nos dejó…

Luego de ocho días de intenso y extenuante pedaleo desde Camagüey hasta La Habana, la caravana ciclística arribó este 22 de febrero al Prado capitalino con un líder previsible desde que se pusiera la camiseta amarilla en Topes de Collantes: Vicente Sanabria. A sus 41 años, es el hombre más feliz del ciclismo cubano hoy.

La historia lo recogerá como el monarca transitorio de un certamen que sin llegar a la magnitud, el kilometraje y la presencia internacional que archivaban las Vueltas a Cuba, sí cumplió con devolverle a las carreteras cubanas uno de sus más entrañables sucesos, pues el impacto sociocultural es incomparable con cualquier otra actividad que tenga lugar cada año.

Por supuesto, también en el aspecto deportivo dejó un saldo extremadamente positivo al permitir que nuestros ciclistas salieran de las necesarias horas de entrenamiento a competir tal y como exige el más alto nivel. En este Clásico se corrió con los estándares previstos para cualquier carrera internacional, a pesar de no contar con la última tecnología ni con los recursos deseados.

Desde hace tres años, las figuras más reconocidas y las jóvenes promesas no encontraban el evento por excelencia para mostrar sus avances y deficiencias, de ahí que estuvieran en peligro los pocos resultados que habíamos alcanzado en el ciclismo de ruta: medallista en Juegos Panamericanos y Centroamericanos y del Caribe, por solo citar los más cercanos en el tiempo.

Que Vicente Sanabria ganara el Clásico fue un premio a la disciplina, constancia y buena táctica de un pedalista veterano, pero nunca acabado. No faltaron las comparaciones periodísticas entre el matancero y el estadounidense Chris Horner, quien a los 42 años se impuso en la Vuelta a España de 2013, aunque los escenarios sean tan diferentes en las cúspides de sus carreras.

Arnold Alcolea, tras haber corrido en Ecuador a finales del pasado año, se vio ahora con potencia en los remates y su acostumbrado dominio en la montaña. Quizás el desliz de la escapada en la cuarta etapa le costó el pulóver amarillo, pero no puede desconocerse que un evento como este se gana con el apoyo y el trabajo de un equipo. Y la sexteta de Santiago de Cuba por la que corrió Alcolea ahora estaba muy por debajo de su calidad, lo cual no justifica el balance total, pero sí es imprescindible reconocerlo.

En apartados poco comentados como lo son las clasificaciones sub 23 y juvenil, nuevas caras lucieron sus primeras luces. Yasmani Balmaseda, César Rodríguez (hijo del gran ciclista Roberto “Coco” Rodríguez) y Víctor Orta dominaron en el primer apartado; mientras Leoni Fernández, Hidalgo Vera y Javier Revilla triunfaron, por este orden, entre los menos de 18 años.

¿Qué más dejó el Clásico? Una excelente organización de la Federación Cubana de Ciclismo, que junto a las direcciones provinciales de deporte demostraron que a veces las trabas mayores están en lo subjetivo y no en lo material, aunque una justa como esta carga con recursos y detalles posibles de acceder si se permitieran o experimentaran nuevas formas de financiamiento para los eventos deportivos.

No obstante, la familia de las bielas y los pedales espera, bajo esta misma fórmula u otra que se autorice, el renacer de las Vueltas a Cuba en el 2015, con puntos para el ranking internacional y sobre todo, con la misma dimensión humana y de pueblo que la hiciera nacer hace 50 años.
    
CLASIFICACIÓN DE LA 8va Etapa
1.- Félix Nodarse (ART) 3.35:52
2.- Leandro Marcos (HAB) 3.35:56
3.- Yoandry Freire (SSP) 3.35:58

CLASIFICACIÓN DE MONTAÑA:
1.- Arnold Alcolea (SCU) 26 ptos
2.- Yennier López (GTM) 23
3.- Vicente Sanabria (MTZ) 12.

CLASIFICACIÓN POR PUNTOS:
1.- Arnold Alcolea (SCU) 28
2.- Fernando Ureña (PAN) 26
3.- Yasmani Estupiñán (MTZ) y Onel Santa Clara (GTM) 17.

CLASIFICACIÓN GENERAL INDIVIDUAL:
1.- Vicente Sanabria 20.54:39.
2.-Yasmani Balmaseda (ART) a 38 seg
3.-Yordenis Crespo (MTZ) a 1:51.

CLASIFICACIÓN POR EQUIPOS:
1.-Artemisa (65:46.34 horas)
2.-Matanzas a 9.19
3.- Panamá a12.51