Debimos recorrer alrededor de 60 kilómetros, más de 30 de los previstos, para trasladarnos a una sede alternativa y poder entrenar, aunque por supuesto la sesión no comenzó cuando estaba previsto, dijo a Prensa Latina Roberto Ramírez, jefe de prensa de la delegación de Cuba.
Los Tigres de Ciego de Ávila, representantes del béisbol cubano en la edición 58 del clásico caribeño, tenían previsto este lunes cumplir una jornada de adiestramiento en uno de los campos de la organización de las Grandes Ligas de Estados Unidos, Diamonbacks de Arizona.
Sin embargo, cuando ya estaban sobre el ómnibus en dirección a la instalación en la localidad de Boca Chica, les informaron que no podrían utilizarlo por un mandato de última hora de la dirección de la Oficina para América Latina del béisbol estadounidense.
Regresamos al hotel (BQ Santo Domingo) y cuando nos comunicamos con las autoridades del evento lamentaron lo sucedido. Nos explicaron que la Oficina no quería privilegios para los técnicos de Arizona, porque podrían avistar a los jugadores cubanos, a diferencia del resto, explicó Ramírez.
El grupo de periodistas que acompaña al equipo cubano viajó hasta Boca Chica, donde los administradores del centro de preparación tenían todo previsto para recibir a los Tigres.
La selección avileña es la única de las participantes en la Serie sin acceso a las instalaciones que son propiedades de equipos norteamericanos, según escribió el propio periodista en Jit, publicación oficial del deporte en Cuba.
La representación cubana consideró inaceptable los argumentos para negarle el entrenamiento donde lo hace el resto de los contendientes en la Serie de Caribe, porque son “generadoras de un trato excluyente, ajeno al sentido del certamen”.
Del mismo modo, conminaron al Comité Organizador del torneo a preocuparse por el asedio a los jugadores de Cuba por personas con historial en el comercio de peloteros.
Deberán preocuparse por el asedio de que ha sido centro (el equipo Cuba) por parte de personajes vinculados al robo de atletas, quienes han insistido en incrementar su labor incluso en el propio hotel, suscribió Ramírez.
En definitiva los cubanos entrenaron en la localidad de Hato Viejo, gracias a la “gestión de la liga local”, que “apegada al respeto por la firme posición sostenida, terminó por garantizar el Athletes Premier International” para la sesión de entrenamiento.
La delegación cubana agradeció “el esfuerzo de la familia beisbolera caribeña” en la solución del problema, pero sostuvo que “no permitirá violaciones que atenten contra la integridad de sus miembros y los preceptos de la competitividad sana, requerida de condiciones iguales para todos”.
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