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miércoles, 20 de noviembre de 2024

Yo…y mi gente (+ Infografía)

Donald Trump no quiere negativas ni suspicacias a su alrededor...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 21/03/2018
1 comentarios
Renuncias-despidos-gabite de Trump-EE.UU
Renuncias y despidos en la Casa Blanca.

Afirman analistas que si para el actual presidente norteamericano “la Casa Blanca resulta un gran lugar para trabajar”, el imparable rodar de cabezas a su alrededor apunta a todo lo contrario.

Las propias fuentes explican que nunca antes en la historia del país ningún jefe de la Oficina Oval había removido a tantos funcionarios cercanos como lo ha hecho Trump en su primer año de ejercicio.

Por último los estudiosos recuerdan que a un mes de asumir la presidencia, el ególatra investido presidente destituyó a la secretaria interina de Justicia Sally Yates, a lo que siguieron otros muchos movimientos, hasta llegar este marzo a sacarse de encima al secretario de Estado Rex Tillerson y a Steve Goldstein uno de los principales asesores locales en política exterior.

Por demás, un reciente informe de la cadena estadounidense CNN señaló que “el inquilino de la Casa Blanca destituiría a nueve personas más en el futuro, entre ellos el fiscal general Jeff Sessions, y el secretario del Departamento de Asuntos de Veteranos David Shulkin”.

Ahora bien…, ¿a qué viene este ir y venir de gente? ¿Será acaso la búsqueda de una administración más eficiente, competente, sensata y realmente útil al país? Lamentablemente, para los que han seguido la figura del controvertido magnate inmobiliario y toda se ejecutoria política, los cambios nada tienen que ver con el ideal de gobierno capaz de incentivar una verdadera, efectiva y eficaz dirección colectiva, sustentada en el sano intercambio de ideas y en el respeto a los juicios, pareceres y aportes ajenos.

Para Trump el asunto evidentemente se reduce a la obediencia y la absurda incondicionalidad sobre la base de compartir y acatar ciegamente toda idea y decisión reaccionaria, intolerante, ilógica y destructiva derivada de la omnipotente y soberbia “visión presidencial” con respecto al país y el resto del orbe.

En el caso de Tillerson, por ejemplo, son conocidas sus divergencias de criterios con Donald Trump sobre varios asuntos internacionales, lo que incluso, según chismes de pasillo, le llevaron a calificarlo de “idiota” en reuniones con otros funcionarios.

El propio presidente, al sustentar la destitución de su hasta entonces secretario de Estado, no pudo evitar decir que “discrepábamos en varias cosas” y “ya no estábamos pensando lo mismo”, alusiones que se atribuyen a la disputa entre ambos ante los ataques de Trump al acuerdo internacional sobre el programa nuclear iraní y su deseo de sacar a los Estados Unidos de un tratado que califica de “desastroso”.

El remedio, por tanto, ha sido el clásico que adoptaría un fatuo: colocar al frente de la política externa a un “fiel intérprete” de las genialidades presidenciales. Y la persona escogida ha sido el hasta entonces jefe de la CIA, el ultraconservador Mike Pompeo, declarado enemigo de Teherán y de toda política mesurada y respetuosa.

Por si fuera poco, la Agencia Central de Inteligencia pasará a manos de Gina Haspel, una “experimentada” agente ligada a la creación de cárceles clandestinas en medio de la “campaña global antiterrorista” del gobierno de George W. Bush, participante personal en torturas a prisioneros, probada destructora de videos, fotos y documentos que constituían pruebas de tales desmanes, y cuya reputación cuestionan hasta personajes nada positivos como el ya veterano senador republicano John McCain, quien ha dicho públicamente que “la señora Haspel necesita explicar la naturaleza y el alcance de su participación en el programa de interrogatorio de la CIA durante el proceso de confirmación para su nuevo cargo”.

Así las cosas, no es difícil afirmar entonces que Trump sigue integrando su séquito con toda la escoria agresiva, belicista e iracunda que tiene a mano.

Justo cuando este comentario estaba en la mesa del editor, conocimos de una nota del rotativo Washington Post donde se informa que Donald Trump decidió reemplazar a su asesor de seguridad nacional, H.R. McMaster, un general de Ejército de tres estrellas, a quien el presidente “considera es demasiado rígido” para su gusto,  y dado a “sesiones de información que se alargan demasiado y parecen irrelevantes”. Trump ha comentado además que con todos los cambios que hace y los que hará, pretende acercarse mucho “a tener el gabinete… y otras cosas que quiero.”


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista

Se han publicado 1 comentarios


senelio ceballos
 30/3/18 7:07

Saludos Lic.Nestor...Yo no veo nada extranno en ese estilo de  mando [direccion].....El ha dirigido sus  negocios asi por  mas de 40-50 annos.......Escuchar a cada uno de sus  asesores y luego hacer / mandar / ordenar ..LO QUE EL PIENSA Y BASTA!!.....Decenas de asesores le decian...NO FELICITAR A PUTIN........El llamo y lo felicito......Decenas de asesores le decian,,no contactos con NORCOREA...el dio ordenes de comenzar contactos.......Existen paises  que se desarrollan por esos metodos de direccion como si fueran una corporacion  / firma  / finca...POR EJ...Casi todos los emiratos arabes  funcionan asi....UN JEFE ADSOLUTO y un equipo de ancianitos asesores

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