El anuncio del movimiento Podemos y el partido Izquierda Unida, IU, de que acudirán en alianza a los comicios generales españoles del cercano 26 de junio, indicaría que las organizaciones políticas han iniciado movimientos de reajustes de manera de intentar impedir una repetición del descalabro derivado de los comicios de diciembre pasado.
Como se ha informado, en aquella ocasión ninguno de los participantes en la lid logró una mayoría capaz de otorgarle el derecho a formar gobierno, por lo que el monarca Felipe Sexto debió interceder para intentar el logro de esa meta nacional.
El rey pidió a Pedro Sánchez, líder del Partido Socialista Obrero Español, PSOE, que conformara gabinete bajo su égida, pero el dirigente solo logró un magro acuerdo con el movimiento de centro derecha Ciudadanos, incapaz de darle la posibilidad de asumir el control de la Moncloa.
Podemos, de la izquierda radical, se negó a las tratativas con el PSOE mientras este considerara la alianza con Ciudadanos, y precisó que una coalición de ese tipo impediría realizar los cambios fundamentales que requiere España luego de un tropeloso gobiermo de derecha bajo la dirección del Partido Popular, PP, y su máxima figura, Mariano Rajoy.
Las sucesivas rondas de intercambios no dieron fruto alguno, y finalmente, de acuerdo a las leyes nacionales, la corona debió disolver el parlamento y llamar a nuevos comicios que, como ya adelantamos, se realizarán el próximo 26 de junio.
Y, precisamente con la vista puesta en esa contienda, y con la experiencia de casi medio año de infructuosos intercambios, la izquierda más radical, representada por Podemos y la IU, decidió unir fuerzas a la hora de acudir a las urnas, en un intento por lograr los escaños necesarios para formar gobierno sin presumibles negociaciones similares a las de meses atrás.
Se trata tal vez, incluso, de la creación de una suerte de embrión político con la idea de reunir a otros grupos que compartan los criterios de las dos fuerzas fundadoras del nuevo bloque, los cuales, evidentemente, no encontraron eco hasta hoy entre la dirigencia del PSOE, de izquierda moderada.
Porque, ciertamente, la nueva alianza no ha hecho otra cosa que ratificar que, al menos por el momento, nadie puede esperar aires de convergencia entre todas las tendencias menos conservadoras de España, luego que incluso el propio PSOE privilegió las tratativas con Ciudadanos antes que acomodar criterios con Podemos, al punto que resultó imposible para Pedro Sánchez convertirse en el nuevo jefe de gobierno.
De todas formas, habría que esperar por la reacción de los votantes luego de los más recientes episodios que privaron al país de gobierno y obligan a una nueva ronda comicial.
Según analistas, es posible que la derecha insista en retornar al gobierno haciendo uso de la más acérerima crítica a la imposibilidad de sus oponentes de llegar a un acuerdo favorable a la estabilidad institucional, de manera de capitalizar a posibles descontentos con el desempeño de la izquierda.
Además, nadie quita que luego del fracaso de su alianza con el PSOE, el movimiento Ciudadanos determine coaligarse con el Partido Popular para las votaciones de junio, o tal vez más tarde, si se hace necesario intentar completar una mayoría legislativa de corte derechista que asuma otra vez la dirección del país.
Nada, que los tiempos siguen complicados para la polìtica española, y habrá que aguardar por los acontecimientos de las próximas semanas si se desea un pronóstico más exacto sobre tan paliagudo asunto.
Octavio
17/5/16 17:04
¿PSOE, de izquierda moderada? ¿De Izquierda?
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