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viernes, 15 de noviembre de 2024

Según el libreto

La Convención demócrata en los Estados Unidos funcionó tal como lo instituyó el sector corporativo partidista...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 21/08/2020
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Binomio Joe Biden-Kamala Harris
Ya es oficial…Biden y la Harris irían contra Trump y Pence.

Ni  la pandemia de la COVID-19, ni  las alteraciones económicas y ciudadanas dentro de la actual sociedad estadounidense, han perturbado la letra del guion electoral para los comicios de noviembre próximo, sea mediante votación personal o virtual.

Así el Partido Demócrata, retador del egocentrista y caótico Donald Trump en sus aspiraciones continuistas, acabó de dar forma legal a su candidatura en la Convención que  a través de enlace mediático concluyó este jueves 20 de agosto.

Como estaba previsto y moldeado de antemano por los tradicionales barones partidistas, la boleta estará encabezada por el septuagenario Joe Biden, acompañado de Kamala Harris (de ascendencia hindú y jamaicana) como aspirante a la vicepresidencia, y a quien los grandes decisores –según analistas- reservan un papel muy activo en la línea “centrista” que debe proyectar una nueva administración demócrata.

A la vez, la Harris deberá suplir las debilidades y la tendencia a la indecisión que se dice caracterizan a Biden, quien ya fuera segundo a Barack Obama por ocho años, al tiempo que sentaría bases para su desempeño en posiciones políticas más elevadas en el futuro.

Fuentes precisan que  esta composición y su exitoso lanzamiento ha sido la respuesta del ala demócrata más conservadora a la existencia de un importante segmento progresista dentro de las filas del partido, integrado fundamentalmente por grupos ciudadanos, movimientos juveniles, y personas ligadas a la lucha contra el racismo, la pobreza y los vicios políticos en la primera potencia capitalista…todo demasiado radical para una entidad que solo le interesa cambiar la apariencia y dejar intactos los contenidos.

La “prioridad” de sacar de juego al díscolo, al actual presidente de los norteamericanos se ha convertido en el cemento que la tradicional dirección demócrata ha utilizado para bajar de tono las diferencias internas y convocar a una “unidad” de propósitos, pero -cuidado- siembre bajo la égida de una Oficina Oval de corte político corporativo y fiel a los tradicionales “preceptos esenciales” del sistema capitalista norteamericano.

No ha sido por gusto que en la Convención se le diese espacio a figuras como Bernie Sanders, exponente del ala “izquierdista”, a la ex primera dama Michelle Obama, y a otros influyentes delegados, que en sus alocuciones alentaron a una votación masiva que no deje dudas de la voluntad anti trumpista de las mayorías, a la vez que impulse el “cambio” que demanda el país.

Consigna esta última que, dicho sea de paso, y como en no pocas ocasiones, suele ser un slogan muy atractivo para los electores, sobre todo cuando ejercen su voto en medio de circunstancias difíciles, frustrantes, y desesperanzadoras.

De manera que con su singular evento los demócratas ya han legitimado la fórmula que deberá disputar la Casa Blanca con Trump y su vice Mike Pence. Una pareja, la primera, alentada por los resultados de las más recientes encuestas que les conceden cerca de diez por ciento de preferencia sobre el binomio hoy en funciones.

Resta ahora esperar por la nominación oficial del Partido Republicano y el momento de presenciar si su convergencia en torno a un presidente terco es en verdad tan fuerte como algunos gustan subrayar.

En consecuencia, nada de apresurados vaticinios y mucho ojo avizor, porque en todo proceso eleccionario en USA  ninguna palabra resulta la última hasta tanto no se contabilicen los sufragios y las nóminas salgan a la luz.


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista


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