Peligrosas y temerarias acciones del sector más virulento de la derecha venezolana circulan por estos días en Venezuela, donde en distintos escenarios se observa una división entre el liderazgo de ese sector político, que, no obstante, insiste en la incitación a una rebeldía popular y la intervención extranjera para derrocar a Nicolás Maduro.
En los últimos días, la Asamblea Nacional (AN) unicameral, de mayoría derechista, adoptó varios acuerdos que en sí constituyen un golpe de estado parlamentario, al considerar públicamente que Maduro había abandonado el país y poniendo en duda su nacionalidad venezolana.
Dos mentiras: el presidente se encontraba en una gira internacional, como parte de sus funciones —pero sin la autorización de la AN declarada en desacato y con nulidad en sus acuerdos— y la certificación emitida en Colombia de que no nació en suelo del vecino país ni posee doble nacionalidad.
Este domingo, en un gesto que algunos analistas consideran de osado y otros de irracional, la AN se comprometió a enjuiciar al mandatario por abandono del cargo, lo que equivale a un golpe de estado parlamentario, en una burda imitación de lo ocurrido en Brasil, pero sin contar con la unión cívico-militar que defiende la democracia popular en Venezuela.
Salvando las condiciones históricas, y que Venezuela no es Chile, analistas internacionales recordaron que en 1973 la Cámara de Diputados opuesta al gobierno del presidente constitucional Salvador Allende solicitó el retorno a la Constitucionalidad. Días después, el traidor Augusto Pinochet dirigió el golpe de estado militar que derrocó a Allende en uno de los episodios más sangrientos ocurridos en la región.
En Venezuela hay otro escenario. Al parecer, en realidad se trata de una respuesta desesperada de la oposición después de que el Consejo Nacional Electoral (CNE) decidió suspender la recolección del 20 por ciento de firmas del padrón electoral para introducir el segundo paso del referendo revocatorio contra Maduro, fijado para el primer trimestre del próximo año.
La CNE anunció la momentánea paralización de la consulta debido a que los tribunales penales de siete de los 24 estados venezolanos admitieron hace pocos días las denuncias de un presunto fraude de la oposición en las rúbricas conseguidas y validadas entre abril y junio (uno por ciento) para solicitar la consulta popular.
En la validación de 1 957 779 firmas conseguidas a nivel nacional, se confirmó durante un auditoria en que participaron oficialistas y opositores, que 605 727 de ellas eran fraudulentas, ya que utilizaron las de 10 995 personas fallecidas, 53 658 no inscritos en el Registro Electoral, 3 003 menores de 18 años, 1 335 inhabilitadas por delitos graves (homicidios, narcotráfico, robo, estafa, abuso sexual), indicó en un artículo el periodista uruguayo-venezolano Aram Aharonian, fundador de Telesur y director de la revista Question.
La reacción de los líderes conservadores ante la actitud del CNE era esperada, pero nunca en un grado tal de desobediencia, que puede acarrear un enfrentamiento con los bolivarianos, hasta ahora sin una respuesta efectiva en las calles a las acciones violentas de sus enemigos de clase.
Tal actitud representa las actuales discrepancias entre la AN y los otros poderes de Venezuela. Los parlamentarios de derecha pretenden la creación de un gobierno paralelo enfrentados a los actuales Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y la CNE.
En la reunión del domingo, de acuerdo con una declaración emitida, los parlamentarios opositores no reconocen a las autoridades de esos dos organismos y decidieron el reemplazo inmediato de sus autoridades.
El órgano legislativo fue declarado en desacato por desobedecer las órdenes del TSJ que le impedía juramentar a tres legisladores de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) de Amazonas, por fraude electoral, lo que hizo por su cuenta y sin darle credibilidad al máximo órgano de justicia.
En una declaración, el Parlamento expresa que “se está en presencia de la violación de los derechos fundamentales, de los principios y valores consagrados en la Constitución” por parte del Ejecutivo, e insta a las Fuerzas Armadas a actuar en función del “restablecimiento del Estado de derecho, de la vigencia de los derechos fundamentales y de los principios democráticos” y “a desconocer los actos del Ejecutivo Nacional y del TSJ que lesionen la Constitución”.
Hizo más. Solicitó a la comunidad internacional la activación de mecanismos —léase intervención extranjera— para el retorno de lo que ellos consideran democracia.
En una peligrosa maniobra, cuyas consecuencias pueden ser muy graves, la AN busca dirigir el país en paralelo con las instituciones establecidas y refrendadas en la Constitución Nacional.
Los conservadores, en una muestra evidente de su derrota ante los poderes legítimamente constituidos, esquivaron que las medidas adoptadas en la AN carecen de validez. Incluso, ante la nulidad parlamentaria, el mandatario debió pedir un permiso al máximo órgano de justicia para que estudiara y aprobara, si lo considera válido, el presupuesto nacional para el 2017.
El jefe de la bancada opositora, Julio Borges, del partido Primero Justicia, afirmó ante la prensa que el Congreso está ahora en abierta rebelión contra el gobierno y reconoció el llamado a la insubordinación nacional y la presión extranjera.
PELIGROSA INCITACIÓN A LA INGOBERNALIDAD
En declaraciones este miércoles, el dirigente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) Freddy Bernal, indicó que la AN “solo ha mentido al pueblo” y recordó que la división interna de la MUD se observa, por ejemplo, en las raquíticas marchas que convocan. “No tienen poder de convocatoria, estimó, ni de movilización”.
Las observaciones de Bernal, jefe de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) fueron hechas en el programa “En la pauta de hoy”, en el que también analizó la desunión opositora ante el diálogo con el gobierno, bajo el auspicio de la Unión de Naciones Suramericanas, el Vaticano, y el secretario de la MUD, Jesús Torrealba.
El hecho de que una parte de la oposición esté en contra de esas conversaciones evidencia, aseguró, la falta de unidad y las pugnas de poder internas en la MUD. Afirmó que ese conjunto de partidos opositores están enfrentados y divididos, precisó Prensa Latina desde Caracas.
Uno de los negados a participar en las conversaciones que se iniciarán el próximo día 30 en Isla Margarita es Henrique Capriles, jefe de Primero Justicia y gobernador del Estado Miranda, quien ya fue derrotado en dos ocasiones como candidato presidencial por Hugo Chávez y Maduro.
Desconozco en absoluto ese diálogo, afirmó poco después de la reunión preparatoria sostenida este lunes por el gobierno con los tres acompañantes del proceso, los expresidentes Jose Luis Rodríguez Zapatero (España), Leonel Fernández (República Domicana) y Martín Torrijos (Panamá), y el Nuncio Aldo Giordani, enviado especial del Papa Francisco.
Al contrario de la negativa actitud de Capriles, además del Secretario de la MUD, Torrealba, estuvo también el dirigente de esa coalición opositora Julio Borges, quienes aceptaron públicamente el inicio de las conversaciones.
“¿Cuál diálogo? En Venezuela no se ha iniciado ningún diálogo”, dijo Capriles , quien precisó: “En Venezuela no se ha iniciado un proceso de diálogo que signifique para el gobierno que aquí no cambia nada”.
El opositor insistió que en Venezuela “se dio un golpe de Estado” tras las acusaciones contra el presidente Maduro de abandono del cargo, omitiendo que el viaje era público y conocido por la población venezolana.
Mientras, el alcalde de Caracas, y dirigente del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Jorge Rodríguez, aseguró a la prensa local: “Tenemos que partir de la buena fe que expresaron (la MUD) dándole una oportunidad a este proceso de diálogo que quiere la inmensa mayoría”.
En entrevista en el canal Venezolana de Televisión, Rodríguez aseguró que pese a lo que calificó de intento de golpe de Estado del pasado domingo por la derecha, la mayoría de los partidos políticos integrantes de la MUD expresaron su acuerdo con las negociaciones.
“El presidente Maduro desde enero propuso diálogo, a pesar de las agresiones, de las situaciones delicadas que hemos vivido, del desencadenamiento de hechos violentos, nosotros nos hemos mantenido bajo la conducción de Maduro firmes en la necesidad de que se instale un diálogo”, refirió el también participante de esta propuesta.
La delicada situación que vive Venezuela, resultado de las guerras a que está sometida por Estados Unidos y sus aliados internos, —económica, mediática, psicológica— se ha agravado en los últimos días por los ataques virulentos de la derecha. De situaciones similares ha salido airosa la Revolución en Venezuela, lo que se espera una vez más.
augusto
27/10/16 8:27
Sigue la MUD de arrogante y prepotente, pasiencia presidente Maduro la union civico -militar junto al pueblo y los hará invensibles.
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