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lunes, 18 de noviembre de 2024

Mi Cataluña

Rajoy asume la política de la rigidez contra la voluntad de Puigdemont y sus consejeros...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 23/10/2017
2 comentarios
Mariano Rajoy y Pedro Sánchez
Rajoy junto a Pedro Sánchez en Madrid.

Como muchos esperaban, el jefe del gobierno español, el derechista Mariano Rajoy, tan celoso él de aplicar la “democracia” en ciertos patios ajenos, terminó por intentar imponer a Cataluña una larga sarta de medidas absolutistas aludiendo a la interpretación oficial del artículo 155 de la Carta Magna nacional.

En efecto, con al respaldo (posiblemente costoso en términos políticos) del Partido Socialista Obrero Español, PSOE, y del movimiento Ciudadanos, el también jefe del conservador Partido Popular, PP, decidió solicitar en breve a un parlamento, mayoritariamente de derecha, terminar con la autonomía catalana, destituir al gobierno y el legislativo, convocar a elecciones adelantadas, e instaurar el control de Madrid sobre la actividad pública en aquella región.

En otras palabras, hacer pagar bien caro el atrevimiento de muchísimos catalanes de expresarse libremente acerca de si estimaban o no factible la independencia de su zona de origen con respecto a España.

Así, los pronunciamientos de La Moncloa promueven, según citas textuales de notas de prensa, “el cese del presidente catalán, Carlos Puigdemont, y de todos sus consejeros”, y la “instauración de la autoridad nacional sobre los Mossos d’Esquadra (la Policía regional catalana), los medios de comunicación públicos y el Parlamento local”.

Las reacciones no se hicieron esperar, y en un comunicado el poder legislativo regional calificó de “golpe de facto” las decisiones de Rajoy y quienes le apoyan, y recordó que los parlamentarios ocupan sus cargo a partir del voto ciudadano, y por tanto, sus responsabilidades no pueden ser eliminadas mediante un arbitrario plumazo.

 Al decir de Carme Forcadell, presidenta del Congreso regional, los ciento treinta y cinco legisladores catalanes se mantendrán firmes en defensa de sus derechos”, porque cuentan “con toda la legitimidad” para hacerlo.

 La decisión de Madrid, precisó, constituye un “ataque a las instituciones, a los representantes electos, y a la ciudadanía de este país”.

 Desde luego, Rajoy sabe que cuando presente en pocos días su “paquete interventor” ante las Cortes, de seguro recibirá apoyo mayoritario, en tanto en el frente externo cuenta con el respaldo de la Europa Comunitaria, que reconoce en una posible independencia catalana el impulso a otros cismas separatistas latentes en la región.

 En poca palabras, Rajoy y sus aliados externos son ahora adalides de la “integridad nacional”, en una posición que contrasta, sin embargo, con el oportunista apego al secesionismo global que más de una vez han alentado y practicado para complacencia de los intereses hegemonistas liderados por Washington.

 De manera que si hoy se niega la independencia a Cataluña, e incluso ni se admite la posibilidad de un diálogo político sobre el tema, hace unos pocos años atrás, un gobierno, también del PP, y liderado entonces por José María Aznar, consagró el “derecho imperial” de atacar y fragmentar a Iraq, y sumó gustoso sus tropas a tan brutal conflicto.

 Tampoco la “integridad nacional” fue un obstáculo para que la OTAN desmembrara a Yugoslavia, incluidas abrumadoras operaciones bélicas, o se apostase a atizar “conflictos internos” en Rusia como el que afectó a la región del Cáucaso.

 En fin, que estamos nuevamente ante otra representación de esa “obra maestra reaccionaria” que hace de la simulación, la doblez y la prepotencia los “dones” preponderantes en la trama.

 De todas formas, si con estas airadas decisiones de Rajoy en el tema de Cataluña puede haber momentáneo contento entre las fuerzas que se oponen a la expresión diáfana de la voluntad ciudadana en esa región española, lo cierto es que todavía la última y decisiva palabra no está dicha, con más razón cuando en las calles catalanas las movilizaciones de rechazo ya se hacen sentir.


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista

Se han publicado 2 comentarios


osmany
 27/10/17 12:17

Por una Cataluña independiente si asó lo desean los catalanes..como mismo Cuba se independizó del dominio de Madrid hace más de un siglo.

Eloisa
 28/10/17 15:15

Disculpa Osmany: Pero creo que la situación no es igual. Según mi modesta opinión aquí se trata de cuidar la itnegridad territorial de un Estado. Una cosa es defender la nacionalidad, la cultura e identidad del catalán y  otra porque sí vamos a degajarnos de España. Creo que de ambas partes ha habido obtusismo e intransigencia política y las cosas han llegado a donde están, ojalá la cordura y la negociación encuentren el camino correcto por el bien dell pueblo español. Ojalá también España reconozca de una vez que es un Estado plurinacional, pero es una monarquía. En fin, pero cada país debe resolver sus problemas. Pero en nada esto tiene que ver con el independentismo de Cuba que España colonizó de manera feroz.

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