Angola sigue en el corazón cubano

El 11 de noviembre de 1975, apenas pasado un minuto de las 12 de la noche, Agostino Neto proclamó la independencia de la República de Angola. Terminaban así siglos de colonialismo portugués y comenzaba  una nueva época para ese pueblo africano.

Sin embargo, graves peligros  acechaban a la recién constituida nación, apetecida por sus cuantiosos recursos naturales y prácticamente sitiada por fuerzas contrarrevolucionarias internas y mercenarios sudafricanos.

Pareciera que la República angolana moriría antes de nacer, pero en esa complicada circunstancia, Neto pidió ayuda a Cuba, y a su rescate vinieron fuerzas militares internacionalistas cubanas. Daba inicio así la Operación Carlota, que solo culminaría el 7 de diciembre de 1989, con el regreso de los 2 077 caídos en esa honrosa misión.

De esos históricos acontecimientos han transcurrido más de cuatro décadas, y Angola sigue en el corazón de los cubanos, quienes se sienten unidos a ese hermano país africano por entrañables lazos de amistad y solidaridad.

Por allí no solo pasaron más de 300 000 soldados, sino lo han hecho también decenas de miles de otros colaboradores. Entre todos esos trabajadores civiles cubanos, sobresalen los médicos y  los maestros: hombres y mujeres que salvan vidas y curan almas.

El máster en Educación Avanzada Alfredo A. Artiles Rodríguez ha sido uno de esos profesores que han brindado sus conocimientos en Angola, y actualmente está culminando su segunda estancia en ese país. Su primera misión la cumplió entre 1982-84, y la actual, la inició en el 2014, lo que le ha permitido comparar los avances educacionales alcanzados en un lapso de 32 años. Profesor del Departamento de Informática de la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas, he aquí algunas de sus vivencias:

“A partir de septiembre de 1982 cumplo la primera misión con apenas 24 años. Fueron dos años de trabajo en la provincia de Cabinda, en una  época dura por la guerra, pero con la satisfacción del deber de ayudar a la hermana nación de Neto.

“Después de 30 años regreso nuevamente a este hermano país. Esta vez la provincia de Benguela me acoge en su municipio de Balombo, alejado 180 km de la capital de provincial, donde imparto clases de Informática en el Instituto Medio Politécnico de Balombo, a la vez que me desempeño como Jefe de la Brigada Cubana en el Municipio.

“Al regresar a Angola fue una alegría ver los cambios acontecidos y el desarrollo alcanzado después de la paz. Para mí ha sido una gran experiencia vivida en dos épocas diferentes. Esta segunda, por los años de trabajo, por  la madurez como profesor, he trasmitido toda mi experiencia y conocimientos a mis alumnos y colegas de disciplina. Ya este es mi último curso acá, y siento alegría y tristeza por la partida”.

El doctor José Luis Aparicio Suárez es el Coordinador de la Misión Médica en Angola y Asesor de la Ministra de Salud. Excelente hematólogo, durante años fue rector de la Universidad Médica de Villa Clara.

Sobre sus experiencias de la solidaridad médica cubana en ese país africano, refiere: “Sin dudas, el altruismo de Cuba se ha llevado a Angola en estos más de 40 años transcurridos, y se han sembrado auténticos valores para el cuidado de la salud y la vida de millones de ciudadanos, los que ven en nuestros cooperantes a verdaderos guardianes de lo más preciado del ser humano, con abnegación, ética y humanismo.

“El reto será siempre convertir la calidad y la excelencia en patrimonio e identidad de una genuina cooperación. La ética, debe continuar caracterizando la conducta de cada uno y, junto a la sabiduría, se debe continuar cultivando el honor.

“A la par de la gratitud, van las sinceras felicitaciones a los protagonistas de una historia relevante, en la que nos une la ideología de la solidaridad”.

Fidel Castro, artífice principal de esta obra de amistad y amor entre cubanos y angolanos, en el discurso conmemorativo por el aniversario 30 de la Misión Militar cubana en Angola, afirmó:

“La hazaña de Angola (…) fortaleció mucho a nuestro pueblo. Los incontables actos de heroísmo, abnegación y humanismo protagonizados por más de 300.000 combatientes internacionalistas, y cerca de 50.000 colaboradores civiles cubanos que de forma absolutamente voluntaria cumplieron misión en Angola, son un tesoro de extraordinario valor”.