Nadie duda que habitemos una era dominada por lo visual. El politólogo italiano Geovanny Sartory decía que el impacto del video en nuestras sociedades había sido de tal magnitud, que había transformado al “homo sapiens” en un “homo videns”: el hombre, debido a su interacción con imágenes desde niño, devenía otro tipo de ser humano, en una “sociedad teledirigida”.
En tiempos marcados por el desarrollo de Internet y el impacto de la Sociedad del conocimiento, los imperativos para la llamada “caja mágica” son aún mayores. En Cuba, donde el mayor por ciento de la población se informa de su realidad desde la televisión, constituye tema de debate la búsqueda de una programación cada vez más atractiva, y que dialogue con las verdaderas necesidades de sus públicos. En su último día de sesiones, el Festival de la Televisión Cuba 2012 dejó innumerables retos para los profesionales de este medio en el país.
La reflexión sobre qué puede hacer Cuba para aprovechar las posibilidades de Internet en diálogo con los medios televisivos tradicionales, así como el análisis de la importancia de rediseñar el periodismo audiovisual, ocupó parte de las preocupaciones de uno de los paneles realizados en la jornada de clausura, el de Televisión y redes sociales- entendidas como formas de interacción propias de la web 2.0, no solo posibles a través de espacios como Twitter o Facebook-.
“Más allá de que tengamos un porcentaje de penetración de Internet de un 14 por ciento solamente, nuestra desconexión física no implica desconexión a una circunstancia ideológica, cultural, hay muchas maneras de estar conectado. Más allá de los que tienen acceso a Internet, hay un por ciento mucho mayor que conoce la topografía del mundo cibercultural”, de este criterio partió una de las integrantes de ese panel, la Msc. Milena Recio, periodista y profesora del Instituto de Periodismo José Martí, para explicar de qué presupuestos debía partir la reflexión sobre los medios cubanos y las redes sociales.
De acuerdo con Recio, la radio y la televisión ya no funcionan per se, sino que requieren acercarse a los espacios más íntimos, auxiliándose de las nuevas tecnologías de la información; solo así es posible existir hoy para el mundo y competir con los grandes medios de comunicación. La profesora consideró que el reto estará en “tomar el concepto de televisión social y proyectar políticas de comunicación pensadas en los intereses de los individuos, a partir del uso inteligente de las tecnologías”.
Junto al desafío de lograr una televisión que piense más allá de sus fronteras, no faltó el llamado a que el periodismo televisivo se acercara cada vez más a las historias individuales de las personas, y a la necesidad de revisar los conceptos de valores noticias, en función de lograr una mayor comunicación con las audiencias.
Otras de las temáticas debatidas en el último día de sesiones fueron las de “Tecnología y TV digital”, así como “Televisión y comunidad, experiencias de la TV local”. Este último panel, coordinado por la periodista y profesora Dagmar Herrera, contó con la presencia de experiencias de televisoras locales como CNC Granma y Telecristal.
Por la importancia del desarrollo de las televisoras de alcance municipal para nuestro país, Cubahora conversó con Herrera sobre algunos de los principales retos de Cuba, en materia de acercamiento a las localidades.
Hacia una “TELEVISIÓN ESPEJO”
-¿Qué podemos entender por televisión local y qué distingue a la que se realiza en Cuba?
Como su nombre lo indica, es una televisión que va dirigida a espacios más pequeños que una televisión que puede ser estatal, nacional o transnacional. Son centros de producción y transmisión de señales televisivas originadas en una localidad, y dirigidas a ese espacio comunicacional, las temáticas van a ser de corte local e incluso de facilitación social. El hecho de circunscribirse a un espacio pequeño va a permitir que los mensajes que se transmitan sean más cercanos al público de esa localidad, y que se establezcan mecanismos para que el público participe en la concepción de la programación y se sienta reflejado en ella.
En el caso cubano, la experiencia va a hallar su correlación en el caso de los telecentros municipales y las corresponsalías municipales que existen en el país. Casi todas estas corresponsalías tienen una programación de quince minutos semanales que se transmite en la localidad. Son canales que llevan apenas seis o siete años de existencia y que, por tanto, tienen mucho que hacer para perfeccionarse. Por ejemplo, necesitan desprenderse un poco de los modelos de la televisión provincial y nacional. No obstante, existen experiencias muy interesantes como la de CNC TV de Granma, Telecristal, Primada Visión, en Baracoa, entre otras.
Un teórico francés plantea que el espacio local puede tener dos formas fundamentales, una que es “televisión espejo”, y otra, “televisión ventana”. La televisión ventana hace referencia a una televisora enclavada en el espacio local, pero que no necesariamente tiene que reflejar esa realidad, es más bien una ventana a través de la cual se observa el mundo. Mientras, la televisión espejo es una televisión ubicada en la propia localidad, y que pretende que el público de ese sitio se vea reflejado. Es eso lo que queremos en los municipios cubanos. De nada vale que se invierta en tecnología, recursos y personal por todo el país, si luego se copia a la televisión nacional. Si existen esos canales de televisión, hay que aprovechar todas las herramientas que nos permiten hacer una televisión mucho más cercana.
En estos momentos existen en el país un grupo de corresponsalías que están cerradas por dificultades tecnológicas; sin embrago, cuando directivos del ICRT han ido por esos lugares, se topan con personas que les preguntan: “¿cuándo me vas a poner mi televisión, aunque sean quince minutos semanales, son quince minutos en los que yo me veo reflejado, en los que se debaten asuntos que me tocan bien de cerca?”
-¿Qué principales retos tiene la televisión local que se hace en el país?
Aún hay mucho por hacer. En los inicios no todo el personal que trabajaba en estas televisoras tenía que ver con el Periodismo o con el mundo del audiovisual. Esto es una necesidad hoy, pues estos canales tienen un corte marcadamente informativo. Se hizo una capacitación para esas personas, pero esa capacitación aun debe continuar.
Es también un imperativo visibilizar la televisión local en la televisión nacional, esto se ve, sobre todo, en momentos de una inclemencia meteorológica; pero no debería ocurrir solamente en ese instante. Se deberían crear los mecanismos para fortalecerlo, hay que convertir en práctica el hecho de que semanalmente lleguen informaciones desde los municipios cubanos. Es muy difícil, pero hay que lograrlo.
Creo que el reto será siempre lograr que estas televisoras se acerquen más a sus públicos, sostener una programación hecha por los telecentros, innovar, crear nuevas formas de creación, aun cuando todo puede estar dicho o pensado. El reto constante es no desligarnos de esa comunidad, del contexto social que nos está marcando, interactuar con los públicos, rescatar la memoria.
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