Con Ulyk Anello, en La otra esquina

“Ser Leonardo no fue difícil, pero sí lo es ser padre, y fíjate que eso apenas lo estoy aprendiendo hace dos meses en la vida real. Por ello a este personaje le agradeceré precisamente lo que he aprendido sobre la paternidad, con ese hijo adolescente que aparece al cabo del tiempo y con el que la relación se vuelve bonita. Cuando mi Mauro crezca, ya sabré qué consejos darle y cómo hablarle”.

Habla el actor Ulyk Anello, quien se cuela cada martes, jueves y sábados en las salas de nuestras casas en cada capítulo de la telenovela cubana La otra esquina, de Ernesto Fiallo. A él lo vimos antes en Historias de Fuego, “por lo que mucha gente en la calle aún me ve como Lorenzo, aquel bombero un tanto confundido con sus amores como lo está Leonardo… Parece que esos personajes me persiguen”.

—¿Cuán cómodo te resultó esa historia de amor con tu amiga, la actriz Blanca Rosa Blanco?

—Ni un poquito. Eso sí, a su madre le debo estar en la novela, pues en el momento del casting y de las decisiones relacionadas con el elenco yo estaba en México. Llevaba casi cuatro años alejado del medio y fue ella quien se acordó de mí cuando Fiallo y Blanca Rosa pensaban en quién podría encarnar a Leonardo. Él me mandó un correo electrónico y yo, en México, me alegré mucho y regresé.

“Incómodo porque somos muy amigos en lo personal… Ella es la madrina de mi hijo con Kelvis Ochoa y los besos y las escenas amorosas no parecían creíbles, nos daban risa”.

—Provienes del teatro…

—Mira, creo que mejor te digo que provengo del Guiñol porque ahí viví, me crié y crecí. Mi madre es titiritera y cuando iba a trabajar, sus compañeras de trabajo me cuidaban. Tal vez empezó todo desde entonces porque siempre tuve claro que quería dedicarme a esto. Quise ser payaso, y lo hice muchas veces en el grupo de aficionados que mi mamá creó con los niños del barrio.

“Ella quería que fuera bailarín de ballet, mi papá no quiso. Quise estudiar percusión y por cuestiones de tiempo nunca fui a los exámenes. Mi papá me llevaba a la vaquería donde trabajaba para estimularme y nada. Al final, por obligación, estudié sistema eléctrico industrial en la beca, pero no me gustaba.

”Luego trabajé con Ramón Díaz en el Teatro Nacional de Pantomima. Intenté ingresar a la escuela de arte, hice mis pruebas en el ISA, pero no me aceptaron y volví al inicio, al Guiñol, y empecé a trabajar”.

—Fátima o el Parque de la Fraternidad llegó al cine cubano de la mano de Jorge Perugorría, pero tú fuiste este personaje de Miguel Barnet en las tablas mucho antes…

—En el 2007 me propusieron hacer esta obra y créeme, fue todo un reto. Fátima me dejaba destrozado luego de una hora y cincuenta minutos. Me reía, lloraba, hacía cambios en mi cuerpo… Me costó mucho trabajo, fue muy duro. Había hecho personajes similares en el teatro, pero no con esta fuerza y esta carga de conflictos.

“Visité lugares donde se presentaban transformistas, me entrevisté con algunos. Conversé con el primer transexual operado en el país para que me aportara vivencias y me sugiriera trucos para el vestuario, para mis gestos, para todo.

”La acogida del público fue impresionante y que quede claro que no fue hecho para un público homosexual sino para un público heterosexual, la mayoría del que asistió a cada función desde el estreno en la sala Adolfo Llauradó y luego en la gira que hicimos en distintos teatros capitalinos hasta el Mejunje, en Santa Clara. Siempre el teatro estuvo repleto y la gente nunca se levantó de la sala, a pesar de que duraba casi dos horas”.

—Proyectos de actuación en este año…

—Para el 2016 estaré de nuevo en la televisión. Seré Pedro Pablo, un subgerente de un hotel y proxeneta en la novela Piel de barrio, que antes se llamó Vereda Tropical, dirigida por Consuelo Ramírez y Felo Ruiz.

“Es mi primer personaje negativo. Lo estoy adorando mucho porque me siento a gusto con él, tiene muchos matices.

”Estoy pensando además en dirigir. Me están invitando de Mephisto Teatro a hacer El caballero de Pogolotti, dirigida por otro actor de la compañía y ya les propuse dirigir Fátima. Por razones personales no volveré a hacer el personaje pero sí quiero dirigir la obra, será otra manera de asumir el reto con Fátima”.