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sábado, 16 de noviembre de 2024

Un puntal científico de la economía cubana

A propósito de la cercanía del Día de la ciencia cubana, Cubahora comparte textos ya publicados en nuestro sitio sobre esa temática. Esta vez, los acercamos al Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de Cuba...

Cubahora en Exclusivo 14/01/2014
5 comentarios
CIGB
El Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de Cuba es uno de los más importantes del país.

A más de dos décadas de inaugurado, el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de Cuba (CIGB) se ha convertido no sólo en un puntal de la salud pública de Cuba, sino en un importante renglón económico con un millonario aporte a las arcas estatales.

Desde que el entonces presidente Fidel Castro la inauguró el primero de julio de 1986, la moderna institución del oeste de La Habana ha desarrollado una treintena de productos de ingeniería genética y biotecnología.

"El futuro de Cuba tiene que ser de hombres de ciencia", dijo previsoramente Fidel hace un cuarto de siglo, cuando el Polo Científico del oeste de La Habana, que ahora concentra a 27 instituciones, entre ellas el CIGB, comenzó a recibir una inversión cercana a mil millones de dólares y dos mil millones de pesos.

Aunque desde el inicio esa concepción del líder cubano comenzó a dar frutos como el Interferón, primer producto desarrollado por el CIGB, las inversiones iniciales fueron saldadas ya con creces, especialmente en los últimos años cuando la producción se consolidó con la elaboración de 20 nuevos productos.

En mayo de 1981, los científicos cubanos lograron producir Interferón en un laboratorio improvisado también a toda velocidad, para aplicarlo con éxito en el enfrentamiento a una epidemia de dengue hemorrágico, que tuvo un sospechoso origen y cobró varias vidas de niños.

Unos años antes, el Comandante en Jefe se había reunido en La Habana con el profesor Random Lee Clark, del Hospital Anderson, en Houston, Texas, quien vino a la isla en compañía del congresista afro-estadounidense, Mickey Lever, ya fallecido.

Fidel, quien estaba al tanto de los últimos avances de las ciencias médicas, intercambió con los visitantes sobre el Interferón y del encuentro salió la idea de que Cuba adquiriera algunas dosis para aplicarlas en la lucha contra el cáncer.

Tras el diálogo entre Fidel, Lever y Clark, dos científicos cubanos viajaron a Texas para adquirir el medicamento, pero no pudieron hacerlo por hallarse en fase de ensayo clínico, por lo que quedó entonces cómo única alternativa aprender a producirlo localmente, pero para eso había que contactar con el profesor finés Kari Cantell, único en el mundo que hasta esa fecha había conseguido el preparado.

Cantell aceptó entrenar a investigadores cubanos y, aunque el profesor finés esperaba a sólo dos aprendices, aparecieron seis en Helsinki, lo que levantó dudas en el ánimo del investigador europeo.

Después del curso en la capital finesa, los cubanos regresaron a La Habana con la idea de producir concentrados leucocitarios a partir de donaciones de sangre y para eso en una semana se habilitó una casa como laboratorio.

Apenas seis semanas después de comenzar a trabajar en aquel lugar se obtuvo el primer lote para asombro de Cantell, quien lo calificó como un verdadero record.

Sin embargo, como no podían garantizarse las cantidades necesarias de sangre hubo que recurrir a la ingeniería genética y aumentar el número de científicos dedicados a la producción del Interferón, lo que ahora se considera como el primer paso de la biotecnología en la isla, cuyo estilo de trabajo está regido por la máxima de que "Cada hora perdida puede costar vidas humanas".

En la actualidad, más de medio millar de científicos trabajan en los 70000 metros cuadrados del CIGB, instalación que ha logrado un alto reconocimiento internacional con productos como la vacuna contra la Hepatitis B, aprobada y certificada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Otros éxitos resonantes han sido la inmunización contra el Haemophilus influenzae, primera vacuna sintética del mundo; la estreptoquinasa recombinante contra infartos y un interferón contra la cirrosis hepática y el cáncer del hígado.

Las vacunas Heberpenta, una pentavalente contra la difteria, tétanos, tos ferina, hepatitis B y Haemophilus influenzae tipo B, y Heberprot-P, único medicamento en el mundo que acelera la curación de las úlceras del pie diabético y reduce el riesgo de amputación de las extremidades, son los más recientes triunfos de los investigadores cubanos.

El reto actual del Centro es abrirse camino en el complejo y competitivo mercado del Primer Mundo y para eso tienen actualmente varias vacunas en desarrollo y otras en proyecto, las que deben ver la luz en plazos relativamente breves y que, según los directivos de la institución, tienen perspectivas comerciales muy similares a las anteriores.

En la medida que el CIGB logre ese objetivo se consolidará como el primer renglón exportable no tradicional de la economía cubana y su aporte a las arcas estatales será de una magnitud creciente, tan creciente como nunca se ha sido visto en una nación del llamado Tercer Mundo.


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Se han publicado 5 comentarios


Pedro Angel Herrera López desde FB
 16/1/14 12:50

Importante institución a favor de todas las tecnologías de punta para la Salud y el bienestar de la humanidad

Daniel Signorelli desde FB
 15/1/14 10:07

ejemplo mundial

Jose Rodriguez Marquez desde FB
 15/1/14 10:06

A pesar del Nobel de la Paz yanki y de su bloqueo. ¡ CUBA P'ALANTE !

Yanni Solano desde FB
 15/1/14 10:04

Es un orgullo para cuba tener un centro cómo el cigb. Su gente son geniales. Un abrazo para todos

Roberto Andrada desde FB
 15/1/14 10:03

Hay países que sin medio siglo de bloqueo noerteamericano no son capaces de hacer esto.

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