Hace tres años, en una reunión anual de Espeleología realizada en el campismo Las Cuevas (provincia Mayabeque), mientras esperábamos el almuerzo, un amigo me señaló a un anciano que desentonaba en aquel entorno de personas jacarandosas. “Ese es el profesor Silva Taboada, una eminencia en el estudio de los murciélagos, reconocido por universidades norteamericanas y todo”. No supe si quedarme impresionado o desconfiar; pero su rostro envejecido no compaginaba con su agilidad física, parecía un anciano rejuvenecido.
En esa ocasión tuve la oportunidad de participar en una conferencia magistral impartida por él sobre los quirópteros, y gracias a eso eché abajo algunos mitos sobre los murciélagos. No volví a ver a Silva hasta hace unos días, en otra reunión anual.
Su mera presencia ya es un motivo para que la Sociedad Espeleológica de Cuba se sienta orgullosa de tenerlo entre sus filas. Tiene 86 años y desde 1942 practica la espeleología. Hoy la entrada a cuevas se le dificulta, por eso ejerce de curador en el Museo de Historia Natural, ubicado en el casco histórico de la Ciudad de La Habana.
¿Y cómo nació esa pasión por los murciélagos?
“En 1945 leí un libro publicado por el director del Museo de Zoología Comparativa de la Universidad de Harvard (Thomas Barbour), titulado Un naturalista en cuba. Durante su vida profesional viajó en más de treinta ocasiones a Cuba. En ese texto hay algunos capítulos dedicados a los murciélagos y a mamíferos vivos y extintos; cuando los leí, decidí dedicar mi vida al estudio de estos.
“En mi primera visita a una cueva me impactó la conducta de casi todos los animales, pero después me enamoré de los murciélagos”. Su primer contacto con ellos fue en el interior de una caverna; verlos colgando del techo en la oscuridad, envueltos en un hálito de misterio fue suficiente para caer seducido.
“En aquel momento había una carrera en la universidad llamada Ciencias Naturales y ahí obtuve un sedimento para mis conocimientos futuros, pero en realidad era demasiado básica. Mi formación ha sido eminentemente autodidáctica, pero con un fuerte apoyo de los científicos norteamericanos. Viajé varias veces a los Estados Unidos e intercambié con los grandes museos de historia natural. Cuando ellos hacía expediciones a Cuba en el verano, me invitaban a participar y siempre les acompañé en sus estudios; así fui adquiriendo otros conocimientos que no se estudiaban en la carrera de aquí.” Por desgracia, Gilberto no concluyó sus estudios en la carrera de Ciencias Naturales.
Según Silva Taboada, su gran escuela de quirópteros fue el taxónomo Karl F. Koopman, quien no solo le conectó con la comunidad científica internacional, sino también le ayudó a obtener gran parte de su conocimiento de murciélagos. Fue este científico norteamericano quien plantó una semilla en el cubano: la necesidad de publicar un libro con sus descubrimientos. Como en nuestro país nadie se había ocupado de estudiar a los murciélagos, la empresa le pareció pertinente. “Me plantee dividir el libro en dos momentos, estudiar los murciélagos q eran la mayor parte de la fauna espeleológica y luego el resto de los mamíferos. Ese plan lo he cumplido cabalmente el resto de mi vida. Publiqué Los murciélagos de Cuba en 1979 y en 2008 el Compendio de los mamíferos terrestres cubanos vivientes y extinguidos, donde describo varias especies, en su mayoría desaparecidas”. También es autor de Sinopsis de la espeleofauna cubana, otro texto indispensable para nuestros espeleólogos.
Para escribir Los murciélagos de Cuba, realizó 45 mil mediciones, analizó el ciclo de vida de cada especie (un total de 26), su taxonomía y muchos otros aspectos relacionados con estos mamíferos; tardó más de cinco años en completar su obra. Si eso no es amor por los quirópteros, entonces nada lo es.
Conocido entre sus colegas y discípulos como “el hombre de los murciélagos”, Silva Taboada es ante todo una persona que emana sencillez y modestia. A mis compañeros del Grupo Espeleológico Guamuhaya siempre nos ha llamado la atención y asombrado su presencia en las reuniones. Otra persona de su rango en la comunidad científica no se molestaría en ir, no pasaría tanto trabajo a su edad y mucho menos conversaría con cualquier extraño que lo abordase. Las personas como él no abundan.
Esta suerte de Batman, con un currículum tan espectacular a sus espaldas, quizás no le ha sido reconocida en toda su magnitud la obra de toda su vida. Sí, ostenta premios como el Premio Academia 2009 otorgado por la Academia de Ciencias de Cuba y el Premio Internacional Lázaro Spallanzani por la obra de toda la vida en el estudio de los murciélagos cubanos, otorgado por la Asociación Americana de Murciélagos, pero aun así, me deja un mal sabor de boca ver a alguien tan grande en un pedestal tan pequeño, y si considero su pedestal pequeño, es porque quienes debemos elevarlo, nosotros los periodistas, no lo hacemos.
mario
18/2/14 16:21
es un placer contar con tal profesional, me gustaria que se le entrevistara en la tv cubana y asi conocer mas de su vida y obra. pudiera ser en el programa de tarde en casa muy gustado por el publico que llega del trabajo. gracias por el reportaje, deberian hacer otros reportajes de esta indole con otros profesionales de su talla que tenemos.
senelio ceballos
13/2/14 7:05
...Algunos autores dicen...El dia que mueran las avejas y los murcielagos..MAS ATARS IREMOS LOS HOMOSAPIEMS!! Gracias por tan educativo trabajo periodistico.. Guajiro JAVIER!! te salio LINDO!!! Felicidades Prof.Silva Tabohada..TIENES PARIENTES EN ESCAMBRAY/S.S...Tuve muchos Tabohadas en mi brida de construcciones por las provincias centrales..VALIENTES y BRAVOS GUAJIROS!!!
Mirian Martorell desde FB
5/2/14 10:01
He leído el libro Los Murciélagos de Cuba y es formidable el trabajo realizado en este tema. Me gusta mucho.
Tide
4/2/14 20:46
Javier, por lo que nos cuentas del Profesor Silva Taboada, un científico reconocido nacional e internacionalmente, que como dices se aparece en cualquier reunión y no rechaza intercambiar con cualquiera que lo aborde, no debe ser persona que le guste lo encaramen en un pedestal de cualquier alto que sea. Que se reconozca su labor de tantos años, que hayan seguidores de sus estudios, que se publiquen sus trabajos y se divulguen sus descubrimientos para que todos los que les interese los conozcamos, sería mucho mejor que subirlo a un pedestal donde todo parece que no estaría cómodo.
Arturo Chang
4/2/14 14:26
El artículo me revivió el recuerdo de que cuando el dibujante creador de Batman estuvo en Cuba formando parte de un grupo de editores norteamericanos, me dijo que daba un millón de dólares de recompensa al que le diera el primer número de los muñequitos de Batman, pues él no lo tenía, ni estaba en ninguna colección. También me dijo que tenía otro millón para quien encontrara una pared de un bar ubicado en el camino hacia una playa muy famosa cuyo nombre no recordaba, donde él dibujó a Batman. Al llegar al local, el dueño estaba pintando y dijo que no prestaba servicio, pero el amigo del famoso dibujante le dijo: mira, él es el que hace a Batman, ante lo cual el hombre le dio la brocha y la pintura para que lo demostrara. Al comprobarlo, les brindó un trago y los atendió por cortesía del establecimiento. Ni encontré el susodicho bar, que debe ser en elcamino de La Habana a Varadero ni nadie me ha dicho que tiene el primer muñequito de Batman. Pido disculpas por haber desviado el tema, aunque yo también traté aquí sobre muerciélagos, una palabra que tiene las cinco vocales. ¿Me lo perdonan?
Beatriz
4/2/14 12:12
Gracias por este artículo que nos acercó a una personalidad local consagrada al estudio de nuestra naturaleza. A veces solo miramos para afuera con un ¨catalejo¨, pero se impone fijar la vista hacia el talento y la riqueza autóctona. A Silva Taboada le deseo muchísimos años más de vida para que continúe con su gran labor.
Términos y condiciones
Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.