La construcción de una sociedad basada en el conocimiento requiere de una implicación creciente de la población en el esfuerzo. En el caso cubano, donde la ciencia y la tecnología han de estar al servicio del bienestar social y la soberanía nacional, y no de intereses opresivos, la participación popular en los procesos de generación y uso del conocimiento deviene entonces en pilar fundamental. ¿Cómo asegurar esa participación? ¿Qué mecanismos son necesarios? Preguntas como estas acerca de la relación entre el sector del conocimiento y el “público general” han guiado el debate académico en torno a la divulgación de la ciencia a nivel internacional por años.
El término “comprensión pública de la ciencia” ha englobado históricamente una serie de campos de discusión que van desde la comunicación de la ciencia en formato académico o en instituciones culturales (por ejemplo, los museos), hasta la presencia de programas divulgativos en medios de difusión masiva. ¿Cómo ha sido esa evolución histórica? ¿Qué temas se tratan ahora y que nos dice esto sobre los debates que aquí en Cuba nos debemos?
Martin Bauer, profesor de Psicología Social e investigador sobre la relación entre la ciencia y el sentido común, realizó una periodización histórica del discurso académico en este apartado. En su artículo [1] identificó tres períodos:
• A partir de la segunda mitad del siglo pasado (década de 1960), comenzó a hablarse de alfabetización científica, bajo el supuesto de que el público se encontraba desprovisto de este tipo de conocimiento. Por tanto, era deber del científico “educar” a la población. Las preguntas en esa época versaban sobre cómo medir el analfabetismo científico para, a partir de esos datos, diseñar políticas educativas que apuntaran a contrarrestarlo. Esta concepción iluminista sobre el conocimiento, contemporánea en el tiempo con la visión lineal del desarrollo, aquella que expusiera Vannevar Bush en su informe “Ciencia, la última frontera” (1945), fue pronto superada por la comunidad científica. De cualquier manera – como veremos luego – se sigue aun discutiendo en esos términos.
• Alrededor de la década de 1980 el paradigma cambió al comprobarse que una falta o exceso de conocimiento no se traducían de forma directa en las actitudes que el público adoptaba ante el saber científico. Conocemos de sobra ejemplos de sociedades con altos grados de instrucción en las cuales pueden observarse manifestaciones pseudocientíficas o fundamentalismos anti-ciencia. Comenzó en ese período a hablarse de comprensión pública de la ciencia y se pretendía lograr un mayor entendimiento de cómo se movía la opinión pública con respecto a la ciencia y las razones que subyacían a dicha opinión.
• Una década después ocurre otro cambio en el foco de discusión, comenzando un período conocido como ciencia en y para la sociedad. Se asume entonces que la opinión pública con respecto a la ciencia está modulada no solo por el nivel de conocimiento alcanzado por las poblaciones, sino que el factor de la desconfianza en la institución “ciencia” entra a jugar un papel fundamental. La teoría coloca entonces al científico en un lugar equidistante, de mediador entre el público general y una serie de instituciones científicas, culturales, industriales y políticas que no le inspiran confianza.
En 2021, los investigadores Luciano Levin y Daniela de Filippo, publicaron un artículo [2] donde realizan una revisión crítica de la periodización de Bauer. Para ello utilizan datos empíricos obtenidos a partir del análisis bibliométrico de las dos más importantes revistas científicas del ramo en períodos que abracan desde la década de 1990 hasta la actualidad. Los resultados, que comento brevemente a continuación, son muy interesantes.
Los artículos estudiados fueron organizados en clústeres temáticos, lo cual resultó de mucha utilidad para ofrecer una perspectiva histórica de la evolución de los focos de discusión. Los cinco tópicos que han recibido más interés desde la década de 1990 han sido:
• Compromiso, que se refiere al proceso de participación pública en la gobernanza de la ciencia
• Noticias climáticas, enfocado en el análisis de artículos en la prensa, principalmente sobre el cambio climático
• Actitud ante las nuevas tecnologías, que analiza el posicionamiento, la percepción de riesgo y la confianza del público hacia las tecnologías emergentes como la biotecnología, la nanotecnología o la clonación de células madre
• Alfabetización, donde se trabaja el enfoque de la comprensión pública de la ciencia, así como las estrategias y modelos de divulgación científica
• Científicos, que versa sobre la implicación del personal científico en prácticas de divulgación de la ciencia, especialmente en los medios de comunicación masiva
Singularizando el análisis para cada revista, se observan diferencias en cuanto a los clústeres temáticos que se pueden identificar y sus evoluciones en el tiempo. Pero el que es probablemente el resultado más importante de este estudio es la adición de una nueva etapa en la periodización propuesta por Bauer. Este nuevo período, cuyo inicio puede ubicarse relativamente en el año 2010, encuentra al asunto de la democratización del conocimiento como un eje primordial. La discusión sobre qué tan democrático es el sistema de comunicación de la ciencia, así como las miradas críticas a los propios procesos de generación y uso del conocimiento, ganan terreno ante otras cuestiones.
De igual manera, emerge – en el sentido de que ahora es más visible que en otros períodos, donde de cualquier manera siempre estuvo – un nuevo tópico, que es el del rol que juegan los científicos en estos procesos de democratización. Enfoques innovadores que superan las construcciones del científico como educador o mediador, encuentran mayor cabida en el debate académico contenido en las revistas analizadas. Otro elemento importante que caracteriza a este período es el aumento drástico en el número de países que publican en esos medios.
A pesar de que los resultados de este estudio sugieren que existe una preocupación creciente en el sector académico por hacer más democrático el proceso de generación y uso del conocimiento, esto no suele traducirse en sucesos y políticas significativas en las sociedades capitalistas modernas. Los sistemas científicos de varios países se encuentran cada vez más subordinados al mercado, el acceso a ellos no deja de ser antidemocrático. Grandes masas poblaciones se encuentran hoy excluidas del uso de los frutos del conocimiento, pero también incluso de la participación en ese sector. Las desigualdades por género, color de la piel, clase social, país de procedencia, etc. persisten en un sector del conocimiento que, más que anidarlas, termina reproduciéndolas e incrementando las brechas que ellas generan.
En nuestro país, el reciente Decreto-Ley 7/2020 “Del Sistema de Ciencia, Tecnología e Innovación” refrenda – en su Artículo 4 – que este sistema “abarca a toda la sociedad, tiene vocación inclusiva” y está compuesto desde los órganos del Estado hasta las personas naturales. Dicha letra ha de acompañarse de acciones concretas que tiendan consistentemente a la democratización del sector del conocimiento, bajo el entendido que la democracia no es un estadio, sino que conviene hablar mejor en términos de proceso. Es por eso que la crítica y la discusión constantes sobre estos temas deben encontrar un espacio cada vez mayor en la agenda pública.
La mirada internacional al movimiento del discurso académico sobre comunicación de la ciencia nos lleva a la siguiente interrogante. ¿Es hoy la democratización de los procesos de generación y uso del conocimiento nuestro paradigma cuando abordamos debates sobre ciencia, tecnología, innovación y comunicación? Pregunta para pensar.
1. Bauer, Martin W. (2009) The evolution of public understanding of science - discourse and comparative evidence. Science, Technology and Society, 14 (2). pp. 221-240. (https://doi.org/10.1177%2F097172180901400202)
2. Levin, Luciano & De Filippo, Daniela. (2021) Evolution of the public understanding of science field based on a bibliometric analysis of two major journals, Tapuya: Latin American Science, Technology and Society, 4:1. (https://doi.org/10.1080/25729861.2021.1954381)
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