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martes, 5 de noviembre de 2024

Cuba y el uso sostenible de los suelos

El Programa de Manejo Sostenible de la Tierra tiene como metas la recuperación y rehabilitación del suelo, y sobre todo ayudar a que los agricultores cubanos empleen métodos de cultivo no agresivos para el medio ambiente…

Laydis Soler Milanés en Exclusivo 31/01/2022
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Suelos Cuba
En 2021 el MTS se había extendido hacia 13 provincias y 34 municipios del país

Los suelos son fundamentales para el bienestar de los ecosistemas, constituyen la base para el desarrollo sostenible de la agricultura y también de la seguridad alimentaria. Su pérdida tiene graves consecuencias para el medio ambiente y para la vida humana.

Según datos de la Organización de Naciones Unidas, en el mundo el 33% de la tierra está altamente degradada debido a la erosión, la salinización, la compactación y la contaminación química. Se estima que se pierden 12 millones de hectáreas cada año (23 hectáreas por minuto). Esto causa que la calidad del terreno fértil disminuya considerablemente, lo que afecta a la agricultura y los campesinos. De hecho, la ONU informa que alrededor de 2.600 millones de personas dependen directamente de esa actividad económica para subsistir.

Por su importancia, iniciativas medioambientales apoyan en todo el planeta la restauración de suelos degradados. Estas han demostrado ser eficientes para revertir los efectos del cambio climático y pérdida de la biodiversidad. Concretamente, la protección de los suelos aparece como prioridad de la agenda global en el número 15 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Organización de Naciones Unidas (ODS) para 2030. Este se enfoca en la lucha contra la desertificación, rehabilitar las tierras y los suelos degradados, y procurar la Neutralidad de la Degradación de la Tierra (NDT), tareas a las que también se suma nuestro país a partir de diversos programas medioambientales.

Acciones en Cuba contra la desertificación, la sequía y la degradación de los suelos 

La pérdida de suelo cultivable es también un problema medioambiental en Cuba. Del alrededor de seis millones de hectáreas de superficie agrícola que tiene el país, aproximadamente el 70% tiene un factor limitante asociado a la erosión, salinización, compactación y otros factores. Además, la baja cantidad de lluvias y largos períodos de sequía se incluyen dentro de las dificultades para mantener suelos sanos y productivos.Asimismo, la acción humana y el calentamiento global agravan aún más esta situación. Es por ello que, con el objetivo de proteger la tierra como recurso no renovable, el Plan de Estado para el enfrentamiento al cambio climático, conocido como Tarea Vida, incluye acciones para minimizar el impacto de este en los suelos.

Cuba cuenta además con un programa específico para la contra la desertificación y la sequía cuya misión fundamental es la gestión de riesgos y mitigar los efectos de ese problema. Por otra parte, existen las Metas Nacionales de Neutralidad de Degradación de la Tierra, para ajustarse al objetivo 15 de los ODS, que incluyen el incremento de la superficie agrícola y el rendimiento productivo de áreas beneficiadas; y extender las áreas de Manejo Sostenible de Tierras.

Además, según declaraciones de la ministra de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, Elba Rosa Pérez Montoya,en el Diálogo de alto nivel en la ONU sobre desertificación, degradación de las tierras y sequía del pasado año, el Plan Nacional de Seguridad Alimentaria y Educación Nutricional en Cuba tiene entre sus propósitos “incrementar la producción de alimentos, a partir de lograr sistemas agroalimantarios sostenibles y resilientes a los efectos de la sequía y del cambio climático”.

Manejo Sostenible de Tierras (MST) y sus incentivos

Dentro de las acciones a nivel nacional para impedir la degradación de los suelos destaca el Programa de Asociación de País (CPP- OP15) sobre Manejo Sostenible de Tierras (MST), el cual se realiza en apoyo al Programa Nacional de Lucha contra la Desertificación y la Sequía.

El MST tiene como metas la recuperación y rehabilitación de las tierras y sobre todo educar y ayudar a que los agricultores cubanos empleen métodos de cultivo no agresivos para el suelo ni el medio ambiente en general, lo que contribuye a mantener tierras cultivables en buen estado y por ende a garantizar la seguridad alimentaria en el país.

Este cuenta con el apoyo del Fondo Mundial para el Medio Ambiente, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, el Programa de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), y por la parte cubana con el ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), la Agencia de Medio Ambiente y otras instituciones.

Entre las prácticas de manejo sostenible de tierras utilizadas en el país se encuentran el uso del abono orgánico, la reforestación con especies nativas, el menor movimiento o perturbación del suelo y tener en cuenta la información meteorológica en los procesos productivos, comentaba a la prensa nacional el director del Programa de Asociación de País en Cuba, Alfredo Martínez Arteaga.

Una de las esencias del Programa consiste en no emplear tecnologías ultramodernas ni métodos poco asequibles para los productores sino, más bien, combinar el desarrollo científico, tecnológico e innovador con las prácticas utilizadas por nuestros abuelos, como el uso de sistemas de captación de la lluvia, como los tinajones o canaletas en los techos, explicaba el especialista.

En total el programa establece tres categorías para el uso de la tierra: iniciado, de avanzado y con MST. A los productores que alcancen alguna de esas categorías se le brindan incentivos financieros apoyados por la Empresa de Seguros Nacionales y el Banco de Crédito y Comercio.

Por ejemplo, el 2 de junio de 2021 comenzó a implementarse en Cuba la primera póliza combinada, denominada Reverdesen. Esta estuvo concebida por la Empresa de Seguros Nacionales (ESEN) y la Agencia de Medio Ambiente (AMA) con el objetivo de apoyar al programa de MST. Al respecto, la directora de Operaciones de la ESEN, Ariadna Suárez Peña, declaró a la ACN que esta comprende el desarrollo de seguros en aras de la evaluación de riesgos en la agricultura y los seguros combinados para productores agroecológicos y de avanzada.

“Constituye la combinación perfecta, pues rompe los esquemas de los seguros tradicionales y abarca objetos tan amplios como los bienes agrícolas y pecuarios, los inmuebles y su contenido, los vehículos, lo relacionado con la vida de los productores y sus familiares, y cubre riesgos asociados a fenómenos climatológicos, la muerte o accidente del asegurado y otros, precisó la especialista”, destacó.

En 2021 el MST se había extendido hacia 13 provincias y 34 municipios del país, y en alrededor de 19 mil hectáreas se aplican prácticas de ese tipo.


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Laydis Soler Milanés

Periodista, amante de la literatura y de la buena música.


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