Desde los inicios de la Revolución, Cuba ha prestado especial atención al desarrollo de la industria biofarmacéutica. Desde el inicio de la biotecnología moderna, el país se insertó en ese sector emergente y estableció un modelo propio de ciencia e innovación con resultados reconocidos en el mundo.
Creada por el Comandante en Jefe Fidel Castro, poco más de tres década reflejan los logros alcanzados en este sector, de gran impacto para la economía y los servicios de salud no solo del país. Fundado en 1965, el Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNIC) se convirtió en fuente de científicos con la responsabilidad de fundar otras instituciones.
Entre los grandes hitos de la biotecnología cubana, sobresale la vacuna contra la meningitis meningocócica tipo B, que detuvo una epidemia de esta enfermedad en la década de 1980. Fue en este período cuando surgieron otras instituciones que conformaron en 1992 el Polo Científico de La Habana, como el Frente Biológico y el Centro de Investigaciones Biológicas en 1982, el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) en 1986, el Centro de Inmunoensayo (CIE) en 1987, entre otras.
Desde el 2012 estas instituciones se fundieron con las empresas de la industria farmacéutica, originando así la organización superior empresarial BioCubaFarma.
LOS RETOS EN EL AÑO DE LA PANDEMIA
El 2020 vuelve a escribir hermosas historias si de evolución y desarrollo se trata, justo cuando una pandemia mundial requiere de los esfuerzos de científicos, instituciones hospitalarias y personal sanitario para su tratamiento y erradicación.
La industria farmacéutica, biotecnológica y las producciones biomédicas, constituyen en la actualidad una de las áreas estratégicas del desafío económico y social cubano en el impulso de su economía y el enfrentamiento a la crisis generada por la COVID-19.
Ante el requerimiento de encontrar vías para hacer financieramente sostenible esta actividad, se aplicarán las siguientes medidas:
LA IMPRONTA CUBANA
Cuando los medios de comunicación reportaban la aparición de un nuevo tipo de coronavirus en la ciudad china de Wuham, Cuba se comenzaba a seguir de cerca la situación. Así, el Ministerio de Salud creó un Grupo Técnico Nacional de enfrentamiento a la COVID-19, que aprobó el Plan de Prevención y Control Nacional en enero de este año.
Según refiere el artículo La industria biofarmacéutica cubana en el combate contra la pandemia de COVID-19, BioCubaFarma, a través de sus representantes en China, obtuvo tempranamente información sobre el brote en Wuhan, y sobre las medidas que se implementaban en ese país. Esta valiosa información, junto con los reportes y recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), activó un intenso proceso de debate científico y elaboración de propuestas de proyectos de investigación-desarrollo en sus empresas y grupos de expertos de su consejo científico-técnico.
La primera tarea fue garantizar la producción de medicamentos incluidos en el Protocolo de Actuación Nacional en Investigación aprobado para la COVID-19. Asimismo, se trabajó de conjunto con otras empresas del país, incluidos trabajadores por cuenta propia, en la confección de nasobucos y productos higienizantes, se fabricaron medios individuales de protección y se repararon los equipos de las unidades de cuidados intensivos.
Entre los medicamentos utilizados en el protocolo se encuentra el antiviral Interferón alfa 2B recombinante (IFNrec), un producto líder de la biotecnología de Cuba. Según explicó a la prensa Marta Ayala, vicedirectora general del CIGB “en los brotes del SARS (síndrome respiratorio agudo severo) en el 2002 y el MERS (Síndrome Respiratorio Grave asociado al Medio Oriente) en 2012, se estuvieron utilizando los interferones también para la prevención y tratamiento de las personas que fueron infectadas. Además de este medicamento, existen 22 productos que forman parte de este protocolo y los tiene que garantizar la industria nacional”.
Por su parte, los laboratorios Medsol son los encargados de la producción de antivirales. En esta empresa se tomaron un grupo de medidas para asegurar la producción de estos medicamentos, y se trabajó desde el inicio en el incremento de las capacidades productivas de otros, según declaraciones a la prensa de su director Luis Armando Alarcón Camejo.
Otra de las entidades implicadas son los Laboratorios Aica, los cuales producen 170 medicamentos inyectables y colirios estériles para el sistema de salud. A decir de su director Antonio Emilio Vallín García, dentro del protocolo establecido por el MINSAP y BioCubaFarma para el tratamiento de la COVID-19, hay cinco medicamentos incluidos que se producen aquí.
Adicionalmente a esos cinco productos Aica ha venido trabajando desde hace unos meses en el desarrollo de productos naturales que pudiesen ayudar al sistema inmune en su capacidad de respuesta frente a cualquier tipo de virus.
A su vez, el Centro Nacional de Biopreparados produce Biomodulina-T, un producto natural que cuenta con Registro Sanitario y está incluido en el cuadro básico de medicamentos, bajo la indicación de afecciones respiratorias en el adulto mayor.
El producto aumenta las defensas de los pacientes, y está comprobado que aumenta células de defensa y la producción de las células de interferones. Es un producto inyectable, con pocas reacciones adversas y amplias posibilidades de uso en otras inmunodeficiencias o inmunopatologías, por lo cual pudiese formar también parte del arsenal de tratamiento para los posibles contagiados.
De acuerdo con la doctora Mary Carmen Reyes Zamora, especialista en Inmunología de dicha institución, el producto aumenta las defensas de los pacientes, y está comprobado que aumenta células de defensa y la producción de las células de interferones. Es un medicamento inyectable, con pocas reacciones adversas y amplias posibilidades de uso en otras inmunodeficiencias o inmunopatologías, por lo cual pudiese formar también parte del arsenal de tratamiento para los posibles contagiados.
Seis meses después de los inicios de la pandemia en la Mayor de las Antillas, existen 30 candidatos vacunales contra la COVID- 19 aprobados por la OMS. El último en sumarse al listado fue Soberana 01, un fármaco profiláctico desarrollado por el Instituto Finlay de Vacunas que recientemente inició sus ensayos clínicos.
Justo cuando este 25 de septiembre se celebra el Día Mundial del Farmacéutico, Cubahora reconoce la labor de estos especialistas, especialmente a los cubanos, en la prevención de enfermedades, la promoción de la salud y seguimiento de tratamientos, fundamentalmente en tiempos de pandemia.
Yisel
6/10/20 20:30
Me parece muy interesante el artículo, instructivo y didáctico, gracias.
AlejoGV
25/9/20 14:39
Claudia Yilén:
intersante el articulo pero la foto del operario hecho por tierra todo el articulo. A lo mejor no conoces de Buenas Práctias de Producción. Esa foto desprestigia a todas las instituciones que mencionas.
Primero el operario se encuentra en un equipo al perecer de donde se realiza los blíster de algún tipo de capsula. Tiene el pecho al descubierto lo que puede generar caída de vellos en los blíster. El nasobuco lo tiene suelto en la parte inferior por lo que vuelve a exponer a contaminación las capsulas. Los guantes le quedan grandes por lo que pudiera traer como consecuencia accidente laboral si este se le enreda en el equipo en movimiento.
le recomiendo que antes de publicar alguna foto revise y consulte con algún especialista para que no ridiculice la industria farmacéutica.
Equipo de Cubahora
26/9/20 12:30
Estimado AleloGV, desde Cubahora agradecemos las observaciones que usted nos hace. Lo valoraremos. Si usted como conocedor del tema tiene alguna sugerencia nos las puede hacer llegar. Saludos.
Equipo de Cubahora
26/9/20 18:54
Estimado AleloGV atendiendo a su sugerencia hemos cambiado la foto. Saludos y muchas gracias por comentar
Términos y condiciones
Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.