Cuando “los nervios traicionan”

Movemos los brazos y las piernas, masticamos, caminamos, hablamos, volteamos la cabeza, hacemos abdominales, corremos, pestañeamos… podemos hacer esto y mucho más porque, en primer lugar, lo “pensamos”. Sí, porque el sistema nervioso es el rector de todo cuanto hacemos con nuestro cuerpo, y afortunadamente desde la enseñanza primaria, en la asignatura de Biología, nos lo enseñan.

Miles de nervios, diseminados por nuestro organismo, controlan cada movimiento y si por alguna razón, uno de ellos falla, así sucederá con la acción que permitían ejecutar. Con los años también pueden perder sus facultades. “Me traicionan los nervios”, escuchamos decir. Sin embargo, ¿acaso no es posible tratar desde la Medicina las secuelas neurológicas que pueden provocarse a partir de un accidente, por ejemplo, o impedir que enfermedades propias del envejecimiento limiten nuestra vida?

Por fortuna, sí, y en Cuba la mejor evidencia se encuentra en el capitalino Centro Internacional de Restauración Neurológica (CIREN), donde las voluntades se especializan en Neuropediatría, Lesiones Raquimedulares, Lesiones Estáticas del Sistema Nervioso, Trastornos del Movimiento, Enfermedades Neurodegenerativas y Neurocirugía.

Al cumplir un cuarto de siglo de creado hoy, el CIREN ha recibido más de 116 400 personas de 91 países, entre ellos más de 101 900 cubanos, y ha puesto en práctica tecnologías novedosas que se han desarrollado aquí, relacionadas con el tratamiento de las neurodegeneraciones, en especial la enfermedad de Parkinson y el tratamiento neurorestaurativo, multifactorial, intensivo y personalizado. Este último es un programa único de su tipo en el mundo que conecta investigación, clínica, diagnóstico médico, tratamiento, cirugía y rehabilitación.

Rememorando los orígenes de la institución y destacando los resultados más importantes obtenidos hasta la fecha, el doctor Emilio Villa Acosta, presidente del centro, cuenta que su surgimiento tiene que ver con el hecho de que en el CIMEQ, el Hospital Hermanos Ameijeiras, el Instituto de Neurología, entre otras instituciones, crearon un equipo multidisciplinario y fue menester brindarle un tratamiento de rehabilitación a estos pacientes para terminar la recuperación. Esto generó después una institución que a lo largo de todos estos años ha creado sus propias tecnologías y sistemas, ha atendido a pacientes de Cuba y otras latitudes, y ha creado sus propias tecnologías exportables y ha hecho transferencias tecnológicas a otros países con el registro, además, de nuestros productos en la Unión Europea.

El galeno explicó que en la actualidad, luego de 25 años de intenso trabajo, se ponen en práctica novedosos métodos quirúrgicos de mínimo acceso, las técnicas estereotácticas y otras para la comprobación neurofisiológica de la actividad neuronal.

Además, los especialistas que laboran allí realizan estudios de las ataxias hereditarias y la atención de las epilepsias que no pueden tratarse con medicamentos, el autismo y las afectaciones de la médula, entre otros padecimientos. “Hoy no se logra nada en el campo de las neurociencias sin la colaboración y la integración de proyectos”, expresó Villa.

Uno de los propósitos del centro es también asimilar, probar y transferir tecnologías de avanzada en el campo de las neurociencias al Sistema Nacional de Salud, de modo que la población pueda tener acceso a estas.

Las afecciones neurológicas son las que más pueden coartar a una persona, pero estas pueden evitarse, incluso. Para ello, este centro único en el mundo cuenta también con el programa de Restauración Biológica General (Rebioger), en el que “convoca” a personas mayores de 30 años, aparentemente sanas, que estén interesadas en mantenerse en condiciones físicas favorables y, sobre todo, con la posibilidad de tener una larga vida. El Rebioger puede ser una alternativa, además, para quienes ya padecen alguna enfermedad crónica, y deseen mejorar la calidad de vida.

El surgimiento de este programa se justifica con la teoría que en los últimos 13 años se ha desarrollado en el CIREN, la cual asevera que el ser humano puede vivir, potencialmente, 120 años, y que esto solo depende de su calidad de vida y la prevención de factores de riesgo que puedan mantenerlo alejado de enfermedades.

Luchar contra el envejecimiento es prioridad, en la medida en que el CIREN defiende su premisa de entender el comportamiento del cerebro humano y las enfermedades que pueden afectarle, a partir de la convergencia de la investigación básica, la actividad clínica, la quirúrgica y la docencia. De ahí que los investigadores cubanos, liderados por el doctor Villa, desarrollen estrategias para contribuir a que los pacientes recuperen funciones perdidas, pues según han constatado, el origen de los padecimientos del sistema nervioso central no sólo se encuentra en el cerebro.

Se menciona el Parkinson y el Alzheimer y de inmediato se piensa en lo que el CIREN representa para pacientes que presentan estas enfermedades, pero no es lo único que hacen los más de 300 profesionales que dedican días y noches a salvar del ostracismo a quienes les marcó “la traición de sus nervios”.

Orgullo, satisfacción y desafíos son tres palabras que se unen este 26 de febrero cuando se hable del CIREN. Aunque se celebre entre el 5 y el 7 de marzo próximo la cuarta Conferencia Científica Restauración Neurológica 2014, como actividad central dentro de la Jornada conmemorativa de la institución, cada mes habrá algo que celebrar por el fruto de tanto empeño y experiencia científica.