Un bebé de solo un mes de nacido es reportado de grave, otro día se informa que otros menores están en unidades de cuidados intensivos; durante esta tercera ola de la COVID-19 en Cuba son más los pacientes pediátricos que han engrosado la lista de contagiados y llegado a presentar complicaciones.
En nuestro país, el primer caso de población pediátrica detectado ocurrió el 21 de marzo del pasado año, desde ese momento la cifra ha aumentado, pero solo en enero de este año alcanzó alrededor de los 1 600 infantes, lo que representa más pacientes enfermos en ese mes que en todo el 2020 , comunicó el Ministerio de Salud Pública.
Sin embargo, gracias a los protocolos cubanos para el tratamiento de la enfermedad, no se han reportado hasta el momento fallecidos en ese grupo etario. “La incidencia se ha mantenido entre un 10 % y un 12 % con una evolución clínica estable”, informó la jefa del Grupo Nacional de Pediatría, Lissette López González, sin embargo la especialista no dejó de advertir que los menores sí pueden tener formas graves de la enfermedad.
De hecho, recientemente en una reunión sobre el manejo de pacientes con la COVID-19 la doctora señaló que un número significativo de pacientes pediátricos, un total de 51 entre graves y críticos, han requerido cuidados intensivos desde que incrementaran los contagios en el país.
Otra problemática detectada fue la presencia de secuelas en los que ya han rebasado el nuevo coronavirus. Al respecto, López González informó que un niño presentó el Síndrome Inflamatorio Multisistémico y hubo dos casos de Enfermedad de Kawasaki, todos con una evolución favorable, mientras que una adolescente presentó un Síndrome Hemofagocítico con una disfunción orgánica severa, pero ya se encuentra en recuperación.
Asimismo, en septiembre pasado, un estudio en Villa Clara detectó en cinco pacientes menores de edad secuelas cardiovasculares, todas reversibles.
La COVID-19 también ha afectado a niños y adolescentes a nivel psicológico. Por ejemplo, de unos 1 289 pacientes estudiados, alrededor del 32% presentó conductas como el sobreconsumo de tecnologías, exceso de apego, irritabilidad, miedos y pesadillas; y en otro 14,1% aparecieron sicopatologías como la depresión y pánicos; problemas que López González informó que habían sido revertidos.
PROTOCOLO DE ATENCIÓN AL PACIENTE PEDIÁTRICO
En Cuba está diseñado en los protocolos de salud el tratamiento especializado para los pacientes pediátricos. Este inicia desde la atención primaria de salud y después se lleva a centros de aislamiento u hospitales. También incluye un seguimiento en la comunidad para detectar posibles secuelas, el cual incorpora ayuda médica y psicológica.
Además, desde la biotecnología cubana destacan en el tratamiento de ese grupo etario el factor de transferencia, producido por el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) y que beneficia sobre todo a pacientes con una inmunodeficiencia incorporada, y los interferones, a partir de los tres años de edad.
Sin embargo, la mejor opción continúa siendo precaver para salvar la vida de los menores y también de las personas vulnerables que puedan contagiar. Aunque comúnmente niños y adolescentes no presentan formas graves de la enfermedad, esto no significa que el riesgo no esté presente y es responsabilidad de la familia en primera instancia cuidar a los más pequeños de casa.
Recordemos que no debemos bajar la guardia, sobre todo si se trata de proteger a los más vulnerables.
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