Ya casi se cumple un año desde que se detectó el primer caso positivo a la COVID-19 en Cuba. Fue en marzo de 2020 y por aquel entonces era muy difícil predecir todo lo complejo e intenso de los meses por venir. Las restricciones de movimiento, el aislamiento y distanciamiento físico, el lavado constante de las manos, el uso del nasobuco y la responsabilidad social han demostrado en todo este tiempo ser una combinación efectiva.
Actualmente, Cuba vive la etapa más crítica de la pandemia debido al aumento de casos, sobre todo, a partir de los primeros días de diciembre. Hasta la fecha, el país acumula un total de 48 mil 441 muestras positivas y 43 735 pacientes (90.2%) han recibido el alta epidemiológica luego de haber padecido la enfermedad.
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Ahora bien, ¿qué pasa después de que una persona recibe el alta epidemiológica? ¿Es posible presentar secuelas o manifestaciones tras recuperarse de la COVID-19? ¿Cuál es protocolo que se sigue para pacientes convalecientes y que ensayos clínicos se están desarrollando?
SECUELAS Y MANIFESTACIONES PERSISTENTES POS COVID-19: LO QUE DEBES SABER
De acuerdo al Dr.C. Daniel González Rubio, especialista del IPK, las secuelas son una alteración más permanente, que casi siempre obedece a una alteración anatómica, como es el caso de la fibrosis que deja la neumonía por COVID-19. Esa fibrosis es una secuela, y puede persistir toda la vida. Por otro lado, las manifestaciones persistentes son alteraciones que se prolongan en el tiempo, pero que poco a poco deben ir desapareciendo.
En el caso particular de la COVID-19, tanto las secuelas como las manifestaciones persistentes aparecen en la etapa de convalecencia, independientemente de la severidad de la enfermedad. De hecho, en Cuba se realizan varias investigaciones que intentan arrojar luces sobre el tema.
Los resultados parciales de dichos estudios demuestran que, de las alteraciones psicológicas las más frecuentes son la ansiedad, la depresión y los trastornos de adaptación. Mientras tanto, la astenia, el síndrome de fatiga crónica y los dolores musculares son las manifestaciones somáticas más frecuentes.
Además, resulta que la principal secuela a corto plazo en pacientes graves y críticos es el daño pulmonar seguido de daño renal y cardiovascular. Así mismo, en el paciente convaleciente persiste un estado inflamatorio subclínico relacionado con la gravedad.
PERSONAS CONVALECIENTES: TRATAMIENTOS Y ENSAYOS CLÍNICOS
Precisamente a partir del estudio a 49 personas convalecientes de la COVID-19, el Instituto de Hematología e Inmunología desarrolló diferentes investigaciones, donde resalta el tratamiento de lesiones pulmonares con células madre autólogas. Los resultados arrojaron que ocho de cada diez personas disminuyeron las lesiones pulmonares, además se registró una mejoría respiratoria y también radiológica con una disminución del 47 por ciento de las lesiones pulmonares post-COVID.
Por otro lado, se realiza un ensayo clínico en Fase I con el candidato vacunal Soberana 01 donde intervienen 30 voluntarios convalecientes de COVID-19 entre los 15 y 19 años de edad. El estudio está enfocado en pacientes con muy bajos títulos de anticuerpos luego de la infección y con riesgo de reinfectarse. Los involucrados se dividen en tres grupos: diez pacientes asintomáticos de COVID-19, diez pacientes que presentaron una COVID-19 ligera, y diez pacientes que fueron positivos a los estudios de anticuerpos.
Al aplicárseles una primera dosis de la vacuna, 23 de esos 30 convalecientes, están por encima del 90% de inhibición de la interacción del virus con títulos neutralizantes.
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PROTOCOLO SANITARIO: CLAVE EN LA RECUPERACIÓN POS COVID-19
La última versión del protocolo sanitario pone una vez más como centro a la comunidad para la atención al paciente convaleciente. Las personas enfermas de la COVID-19 reciben alta epidemiológica una vez el PCR resulte negativo. A partir de ahí, se realiza un seguimiento médico que resulta clave en la recuperación.
El tratamiento se inicia en la atención primaria de salud, continúa en las instituciones y luego prosigue en la comunidad, a través del Grupo Básico de Trabajo que incluye psicólogos, pediatras, internistas, geriatras, ginecobstetras, epidemiólogos y especialistas en rehabilitación.
Las consultas más frecuentadas por los convalecientes de la COVID-19 son neumología y fisioterapia, además de nefrología, cardiología, psicología y psiquiatría. En cuanto a la fisiatría, está en primer lugar la rehabilitación neuromuscular; luego, la rehabilitación respiratoria y otros servicios.
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