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lunes, 24 de noviembre de 2025

La relación entre la salud emocional y las enfermedades físicas

La salud emocional se describe como la capacidad de una persona para manejar sus emociones de manera adecuada y equilibrada y su bienestar psicológico…

Alberto Jesús Quirantes Hernández
en Exclusivo 24/11/2025
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La relación entre la salud emocional y las enfermedades físicas (Psico-Guía)

La salud emocional se describe como la capacidad de una persona para manejar sus emociones de manera adecuada y equilibrada y su bienestar psicológico. Involucra comprender, reconocer y expresar los sentimientos, así como afrontar los desafíos, el estrés y las adversidades de la vida de todos los días sin que estas circunstancias afecten de manera negativa el funcionamiento integral. Conservar una buena salud emocional permite a los individuos tomar decisiones acertadas, desenvolver relaciones saludables y adecuarse a los cambios.

Asimismo, la salud emocional está relacionada estrechamente con la resiliencia, con la autoestima y con la estabilidad mental. Cuando un individuo posee una adecuada situación emocional, pudiera operar mejor la tristeza, la ansiedad o la frustración, y pedir ayuda cuando la necesita. Inversamente, prolongados problemas emocionales pudieran resultar en perturbaciones psicológicas que perturban la calidad de la vida, por lo que atender a esta dimensión es esencial para poseer una bienandanza completa.

Existe una muy estrecha relación entre las enfermedades físicas y la salud emocional, y esta unión ha sido estudiada ampliamente en el terreno de la psicología y de la medicina. El estado mental y las emociones no solamente perturban nuestro bienestar psicológico, sino que además directamente influyen en las tareas del organismo. A modo de ejemplo, el estrés continuado pudiera liberar manifestaciones funcionales que alterarían el sistema inmunológico, acrecentando la debilidad a enfermedades diversas.

Efecto de las emociones negativas

Cuando un individuo advierte prolongadas emociones negativas, como depresión, ansiedad o ira, su cuerpo pudiera manifestar un incremento en la elaboración de hormonas del estrés, como es el cortisol. Estas variabilidades hormonales perturban la presión arterial, el corazón y el sistema inmunitario, favoreciendo el empeoramiento o el desarrollo de diabetes, enfermedades cardiovasculares y trastornos autoinmunes. Luego, conservar una provechosa salud emocional es fundamental para la prevención de molestias físicas afines.

También, los individuos que afrontan problemas emocionales frecuentan acoger costumbres poco saludables, como es el sedentarismo, la mala alimentación, el excesivo consumo de tabaco o alcohol y la carencia de sueño, lo que a su vez aumentan el peligro de padecimientos físicos. Una deteriorada salud emocional pudiera además perturbar la adhesión a procedimientos facultativos, entorpeciendo el control y la recuperación de padecimientos crónicos.

Por otra parte, la práctica de técnicas de relajación, como la meditación o el mindfulness y el adecuado manejo de las emociones, han mostrado tener positivos efectos en la disminución del estrés y la mejoría del sistema inmune. Esto ayuda a una calidad de vida mejor y a prevenir padecimientos físicos, demostrando lo importante que resulta incluir la vigilancia emocional adentro del cuidado médico integral.

La salud emocional y los padecimientos físicos están interiormente interconectados. Atender nuestras emociones no solamente optimiza el bienestar de la mente, sino que igualmente fortalece y protege la salud natural. Por eso, es esencial proporcionar vigilancia a ambas particularidades para conseguir un saludable equilibrio e impedir inconvenientes médicos a un largo plazo.

Optimizar la salud emocional involucra acoger rutinas que susciten la satisfacción psicológica, como es ejercer la autoconciencia para aceptar y reconocer las emociones propias, conservar saludables tratos sociales que brinden comprensión y apoyo, y educarse en métodos de conducción del estrés como la respiración profunda, la meditación o el mindfulness. Además es esencial instituir procedimientos de entrenamiento físico regular, descansar adecuadamente, mantener una equilibrada alimentación y procurar asistencia profesional cuando fuese preciso, pues estas iniciativas ayudan a enfrentar mejor los desafíos de la vida diaria y a fortificar la resiliencia emocional.


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Alberto Jesús Quirantes Hernández

Profesor Consultante y Jefe del Servicio de Endocrinología del Hospital Docente Dr. Salvador Allende en La Habana, Cuba.


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