Cada 19 de noviembre se celebra el Día Mundial del Saneamiento decretado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 2013 para evitar las enfermedades y la contaminación del medio ambiente. Es por eso muy necesario tomar medidas a favor de aquellas personas que no poseen un sistema adecuado de saneamiento residual y alcanzar el reto promovido en el Objetivo 6 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible: saneamiento para todos en 2030.
La Naciones Unidas plantea que el contacto con excrementos puede causar enfermedades graves como el cólera, fiebre tifoidea, hepatitis, poliomielitis, diarrea, infestación verminosa y malnutrición.
De acuerdo con la ONU, casi 4.500 millones de personas, que equivale al 60 por ciento de la población mundial no tienen acceso a inodoros que eliminen los residuos de manera eficiente.
Además, el 80 por ciento de aguas residuales generadas por la población regresan al medio ambiente sin ser tratadas o reutilizadas y se estima que por lo menos 10 por ciento de la población mundial consume alimentos regados con aguas residuales.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo Mundial para la Infancia (Unicef, por su sigla en inglés), la mejora de los sistemas de saneamiento, junto con el agua potable y la buena higiene, podría prevenir unas 842.000 muertes al año.
Por Liz Armas Pedraza/Cubahora
¿QUÉ PASA EN CUBA?
En el caso cubano, el país ha incluido el acceso al agua potable y al saneamiento en sus planes de gobierno desde el triunfo de la Revolución. En concordancia con uno de los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, se han desarrollado en el país diversas acciones para garantizar lo que ya la Constitución reconoce como derecho de los cubanos.
Por Liz Armas Pedraza/Cubahora
En el 2011 se aprobó el Plan Estratégico para la solución de las pérdidas en conducción. Posteriormente, en el 2012, se aprobó la política nacional del agua, con sus cuatro principios: Uso eficiente y racional del agua, uso de la infraestructura existente, prevención de riesgos asociados a la calidad del agua y la prevención de riesgos asociados a los eventos extremos.
En el año 2017 se dio un paso importante con la aprobación de la Ley de las aguas terrestres y su reglamento.
En el año 2018 se aprobó el Plan Hidráulico Nacional, como continuidad de la voluntad hidráulica diseñada por el Comandante en Jefe. Este plan constituye el elemento fundamental en la implementación de la política nacional del agua. Sus fundamentos se basan en los lineamientos de la política económica y social del partido, el plan estratégico para la solución de las pérdidas en conducción de agua y el programa de abasto y saneamiento, que fueron bases programáticas desarrolladas en un momento anterior y que constituyen parte indispensable del plan.
Como estrategia general de este plan, el instituto presupone 2600 millones de pesos hasta el año 2030. De ellos 966 millones corresponden al período 2018-2021; 1064 entre los años 2022-2025 y 638 entre el 2026-2030. La disminución de los valores indica que para ese entonces deben culminarse importantes inversiones y solucionar la calidad del servicio en las distintas provincias del país.
Por Redacción Cubahora
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