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jueves, 31 de octubre de 2024

Proteger la inocencia

Cuba protetege los derechos de los niños y niñas en su diario accionar...

Dailene Dovale de la Cruz en Exclusivo 20/11/2020
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Niños con nosobuco-Cuba
Desde la Constitución cubana se vela por el bienestar de la infancia (Abel Rojas Barallobre / Cubahora)

Caminan hacia el círculo infantil de las manos de sus padres, juegan en los parques o convierten el espacio casero en un lugar de aventuras cuando no se puede salir de casa... ¡Oh, los niños! ¿Recuerdan las muchas frases relacionadas con ellos? ¿La esperanza del mundo? ¿La de la rana en el bolsillo? ¿Los consejos de Martí en la Edad de Oro? Escribir para los niños, hablarles y contarles historias, ayudarles a crecer es otra forma de cuidar y amar al infante que un día fuimos.

20 de noviembre. Hoy será otro día de vuelta a ese intento de nueva normalidad. Esta vez con mascarillas en el rostro y otras de repuesto, pero sin perder su curiosidad y ternura. Aunque muchos quizás no lo sepan, este es el Día Internacional de los Niños y las Niñas, una pequeña marca en el calendario global para recordar cuánto se ha hecho a su favor y lo que falta.

La fecha es en homenaje a la Declaración Universal de los Derechos del Niño (1959) y de la aprobación de la Convención de los Derechos del Niño (1989), dicha convención establece una serie de derechos básicos e imprescindibles para su desarrollo. Derecho a la vida, la salud, la educación y también a jugar, a la protección frente a la violencia y la discriminación; a que sus opiniones tengan valor y sean escuchadas.

La Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), por ejemplo, entró en vigor en Cuba el 20 de septiembre de 1991. Desde entonces, los derechos de la niñez y la adolescencia quedaron refrendados en un cuerpo legal. “El Estado, la sociedad y las familias brindan especial protección a las niñas, niños y adolescentes y garantizan su desarrollo armónico e integral para lo cual tienen en cuenta su interés superior en las decisiones y actos que les conciernan". Así refiere el artículo 86 de la nuestra constitución y sintetiza el enfoque de protección hacia las infancias.

La realidad cubana no es perfecta. Se reconoce que existen sectores poblacionales con más desventajas o con menores ingresos monetarios. No todo a los niños tienen acceso a una vivienda de iguales condiciones. Pueden vivir en lugares de difícil acceso, presentar una discapacidad o convivir en familias con hábitos y conductas de riesgo. "No obstante, existe una atención del Gobierno a las poblaciones infantiles y adolescentes más desfavorecidas", así se reconoce desde la Unicef (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia).

Se resguarda la infancia desde el artículo 84, que defiende el derecho de los menores de edad a que se les garanticen el cumplimiento de sus derechos, protección contra la violencia y crecer en un ambiente propicio para el desarrollo de su personalidad.

Se les protege también en el artículo 68 que plantea que el Estado, mediante el sistema de seguridad social, protege a las personas que por licencia de maternidad, paternidad, u otros familiares como los abuelos, estén al cuidado de menores de edad y no puedan trabajar. Se prohíbe desde el trabajo infantil desde el artículo 66 y se protege a los adolescentes que ingresan a la vida laboral, luego se graduarse de enseñanza técnica y profesional.

En Cuba se presta especial atención a la cobertura educativa y la atención a la salud materno-infantil, derechos humanos universales. Se busca atender desde las primeras infancias a todos los niños y niñas. Existen para el Programa de Atención Materno-Infantil, el Programa “Educa a tu hijo” y la atención en los círculos infantiles. En esa búsqueda de inclusión, el Ministerio de Educación, reconoce la Unicef, aplica otras variantes de inclusión socio-educativa, con la incorporación de niñas, niños y adolescentes con discapacidades a las aulas de enseñanza regular en los niveles preescolar, primario y secundario, así como en el programa “Educa a tu hijo".

Existen muchos retos para cuidar las infancias en nuestro país. Los desafíos van desde el hogar a las escuelas e instituciones públicas. Nos urge cuidarles y protegerles, no solo porque representen al futuro, al mañana como metáfora de progreso o de ilusión. Es casi un acto de justicia para nosotros y la pequeña niña (o niño) que muy dentro nuestro todavía tiene el pelo engreñado y la rana en el bolsillo.


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Dailene Dovale de la Cruz

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