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martes, 19 de noviembre de 2024

Fidel y el Día de los Niños en Cuba

La inteligencia y sinceridad de los más pequeños y la capacidad del Comandante para, en su lenguaje, adaptarse a sus exigencias provocaban admiración...

Aymara Massiel Matos Gil en Exclusivo 16/07/2017
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Día de los niños-festividad
Variadas opciones recreativas estarán a disposición de los más pequeños de casa para festejar su día.

Fidel era un gran orador, un comunicador por excelencia. Cautivaba con sus palabras a toda persona que lo escuchaba, incluso al público más exigente, ese que comprende a niñas y niños. Sus diálogos con los infantes eran siempre conmovedores, sensibilizaban y hasta alguna que otra lágrima nos provocaban; la inteligencia y sinceridad de los más pequeños y la capacidad del Comandante para, en su lenguaje, adaptarse a sus exigencias provocaban admiración.

Por la manera en que dialogaba con ellos, parecía que en esos momentos afloraba el niño que llevaba en su interior. Siempre que tenía la oportunidad conversaba, escuchaba sus criterios, atendía sus opiniones: en actos oficiales, en actividades escolares, o incluso en los momentos más informales, como fue el caso de la primera Noche Buena que celebró Fidel luego del triunfo de la Revolución, junto a los carboneros de la Ciénaga de Zapata; imágenes de esa ocasión testimonian el intercambio sostenido entre el entonces primer ministro y los niños humildes que vivían en aquel lugar.

No sorprende entonces que, para escoger la fecha en que se debía festejar en Cuba el Día de los Niños, Fidel lo consultara con ellos, al ser precisamente los protagonistas. Fue el 6 de julio de 1973 cuando por primera vez se celebró esta fecha, aunque luego se decidió que fuera el tercer domingo del séptimo mes del año.

A propósito de cumplirse un aniversario más de iniciada esta festividad, recordamos cómo surgió la idea, a través de un fragmento del discurso pronunciado por Fidel en el campamento de pioneros del Parque Lenin, un día como hoy pero del año 1974:

 Les voy a explicar: antes, el Día de los Niños era el 6 de enero, ¿lo recuerdan? (Ya ahorita nos habremos olvidado de eso, eran tradiciones viejas) Pero no era la época de vacaciones, los niños estaban en clases; no era el mejor período del año para el Día de los Niños, y para los juguetes, para divertirse.

Entonces la Revolución tomó una decisión: “Vamos a cambiar la fecha, vamos a ponerla en julio. ¿Pero qué día de julio?” Dijimos: “Bueno, como era el 6, vamos a ponerla el 6 de julio”. ¿Pero saben lo que hemos descubierto? Que nos equivocamos al escoger la fecha. ¿Qué les parece? Y ustedes dirán que por qué. Les voy a explicar, les voy a explicar, a ver si ustedes me comprenden. Escogimos el 6 por tradición; hubiéramos podido escoger el 15, el 16, el 20, pero como se parecía a la otra fecha... ¿Pero qué ocurre? Que estas cosas no las tuvimos muy bien en cuenta: las clases empiezan el primer lunes de septiembre y se terminan los primeros días de julio; depende, unas veces el 5, otras el 4, otras el 6, depende del día de la semana. Entonces la distribución de los juguetes empieza muchos días antes, como ustedes saben; y como ustedes saben, muchos muchachos enseguida agarran los juguetes en pleno período de clases, y de exámenes.

¡Fíjense ustedes! cuando más hay que estudiar, cuando hay que prestar más atención y concentrarse en el examen, porque si uno no se concentra en el examen, ya ustedes saben...! (EXCLAMACIONES) ¡Los llevan abajo: un suspenso! ¿Ustedes saben qué cosa más horrible es un suspenso? ¿Ustedes saben qué cosa más horrible no pasar de curso? Y, claro, ustedes saben cómo son las cosas: esos días uno tiene que estar pensando en el examen, ¡pero si a uno le ponen un juguete al lado, se olvida del examen...! (RISAS) Y los pobres profesores se han pasado todo el año enseñando y trabajando, y están llenos de esperanzas para el último día ver las notas que sacan sus alumnos, y después resulta que muchos estudiantes no estudian. Porque también hay muchos padres que en vez de hacer las cosas bien, hacen así y el muchacho les pide el juguete y se lo dan; además, el muchacho sabe que están vendiendo los juguetes y que se acerca el día de los juguetes, todo eso. Tenemos que encontrarle una solución a este problema.

Ahora, hay otra cosa, otro problema —son unos cuantos problemas—: llega el día 6 —¡y hoy tuvimos suerte porque nos cayó sábado! (EXCLAMACIONES), pero puede caer un lunes, un martes, un miércoles, un jueves, o un viernes—, y los padres están en las fábricas, están en las escuelas, están en los hospitales, están trabajando. ¿Y ustedes saben lo duro, lo amargo que es para los padres que el día del niño no puedan estar en la casa, no puedan estar junto con sus hijos? Entonces habrá muchos padres que cuando el día 6 cae un miércoles, no pueden estar disfrutando de la alegría de sus hijos; y ustedes saben que una de las alegrías más grandes de los padres es el día que pueden pasarlo junto con sus hijos. ¿Y por qué? ¡Ah!, porque pusimos un día fijo. ¿Ustedes saben que hay un Día de las Madres, verdad? (EXCLAMACIONES DE: “¡Sí!”), ustedes no se olviden nunca de que hay Día de las Madres (EXCLAMACIONES DE: “¡No!”). ¿Y qué hacen ustedes el Día de las Madres? (EXCLAMACIONES) Van a la casa, son cariñosos con las madres. Y también el Día de los Padres (EXCLAMACIONES DE: “¡Sí!”) ¿Pero qué día cae el Día de las Madres? (EXCLAMACIONES DE: “¡Un domingo!”) ¡Ah!, un domingo. ¡Ustedes no están en clases! ¿A ustedes les gustaría que el Día de las Madres fuera un miércoles? (EXCLAMACIONES DE: “¡No!”) Porque entonces no pueden estar junto con la mamá, porque cayó un miércoles, y la madre está trabajando. Hay muchas madres que son maestras, que son enfermeras, que trabajan en las fábricas, y ellas se alegran de ver a los hijos, porque es domingo. Pero si no cae un domingo el Día de los Niños no va a haber alegría en el hogar.

Luego tenemos dos problemas, dos: uno, los exámenes, que son los primeros días de julio; y otro, los días de la semana, que no cae domingo el Día de los Niños. ¿No sería mejor que nosotros buscáramos otra fecha? (EXCLAMACIONES DE: “¡Sí!”) Pero, ¿cuál fecha? (RESPONDEN A CORO: “¡El 26 de Julio!”)

Bueno, me alegra mucho que ustedes digan el 26 de Julio, pero el día 26 de Julio hay tremendas movilizaciones, actos de masa, y entonces no resulta un buen día. Debiéramos buscar un día que se acerque al 26 de Julio. Pero vamos a buscar una fórmula, a ver (EXCLAMACIONES DE: “¡El 25!”). Pero, si el 25 nos cae un miércoles, estamos “fritos”.

Solución, a ver. Tiene que ser un domingo, ¿eh? (EXCLAMACIONES DE: “¡El segundo domingo!”)

¡Ah! Algunos me proponen una cosa muy inteligente, dicen que el segundo domingo (EXCLAMACIONES DE: “¡Sí!”). Pero estoy pensando ahora lo siguiente, estoy pensando lo siguiente, porque siempre hay un problema. Si el primer domingo nos cae el día primero y el segundo domingo nos cae un día 8, y se nos acaban las clases un día 6, tenemos el mismo problema que ahora (EXCLAMACIONES DE: “¡El tercero!”) ¿Cuál solución podría ser mejor? (EXCLAMACIONES DE: “¡El tercero!”)

¡Ah!, ¿qué me están diciendo por ahí? Una cosa muy inteligente (EXCLAMACIONES DE: “¡El tercero!”).

iAh!, ¿el tercer domingo? (EXCLAMACIONES DE: “¡Sí!”)

Vamos a ver: el día que el primero nos caiga domingo, y el día 8 domingo, entonces el tercero nos cae un 15. Sería buena cosa. Y si no nos cae un 15, vamos a suponer que el primero nos caiga un 7, el segundo nos cae un 14, y el tercero, ¿cuándo nos cae? (EXCLAMACIONES DE: “¡El 21!”) ¿Un 21? Pues, no hay problema. ¡Esa sí que es una buena solución! (APLAUSOS) ¡Cuando yo decía que estos muchachos son muy inteligentes!

Entonces, ustedes están proponiendo un tercer domingo de julio que sea el “Día de los Niños”, que sea un domingo, y caerá en plenas vacaciones. Las madres estarán con los hijos (EXCLAMACIONES DE: “Sí!”), los exámenes habrán pasado (EXCLAMACIONES DE: “¡Sí!”), estaremos en plenas vacaciones (EXCLAMACIONES DE: “¡Sí!”). ¡Esa sí que es una buena solución! Si nosotros lo hubiéramos discutido con ustedes antes, habríamos encontrado la mejor solución (APLAUSOS). ¡De verdad!

Como ustedes aquí están representando a todos los pioneros de Cuba, si ustedes están de acuerdo, nosotros les proponemos al Partido y al Gobierno revolucionario que seamos valientes y hagamos este cambio, ¿verdad? (EXCLAMACIONES DE: “¡Sí!”) Porque para hacer cambios hay que tener valor de hacer cambios, ¿no? (EXCLAMACIONES DE: “¡Sí!”) No tenemos por qué seguir con las cosas cuando estén equivocadas, ¡hay que rectificarlas y arreglarlas! (EXCLAMACIONES DE: “¡Sí!”)

Y estoy seguro de que todas las madres se van a poner muy contentas. Esa va a ser una buena noticia para ellas. Y todos los maestros se van a poner muy contentos. Y los padres se van a poner contentos. ¡Y todo el mundo se va a poner contento!

Entonces, como regalo a los maestros y como regalo a los padres, los pioneros vamos a proponer que el “Día del Niño” —igual que es el de las madres, el de los padres—, en vez de ponerlo en una fecha fija, sea el tercer domingo de cada mes de julio (EXCLAMACIONES y APLAUSOS).

Entonces, los que estén de acuerdo, que levanten la mano (LEVANTAN LAS MANOS). ¡Correcto! Por unanimidad vamos a proponerles al Partido y al Gobierno revolucionario el cambio: en vez del 6, el tercer domingo de cada mes de julio (EXCLAMACIONES y APLAUSOS). Y con eso, el “Día del Niño” se acerca al 26. Estará todo el mundo alegre, todo el mundo feliz, todo el mundo de fiesta.

La verdad es que estoy muy agradecido y muy contento de que ustedes hayan encontrado la mejor solución para este problema.

Desde entonces, cada tercer domingo de julio se convierte en una fiesta, porque son muchos los motivos para celebrar este día en Cuba, donde niñas y niños tienen garantizada una infancia feliz.


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Aymara Massiel Matos Gil

Optimista, comprometida con mi profesión y, sobre todo, orgullosa de ser cubana.


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