El perdón es una herramienta poderosa

Esta es una época de unión familiar, de compartir, de dejar ir viejos rencores. Un consejo que te ofrezco en estas navidades es que no te aferres a emociones negativas y te permitas perdonar. El perdón, después de todo, es una gran fortaleza psicológica del ser humano y tiene incontables beneficios. A continuación mencionaré los cuatro que considero más importantes.

SANA EMOCIONALMENTE

Cuando no somos capaces de perdonar reforzamos la ira, ya que evocamos continuamente una herida del pasado. La ira puede resultar útil en momentos puntuales, sin embargo, cuando se sostiene en el tiempo puede ser dañina. Se ha demostrado que almacenar emociones negativas puede tener efecto sobre la salud física de las personas (causar taquicardias y otras afectaciones coronarias, empeorar la diabetes, afectar la recuperación del cáncer, etc.) 

AYUDA AL CRECIMIENTO PERSONAL

En primer lugar, nos permite tomar responsabilidad por nuestras emociones y problemas en lugar de culpar a los demás. Cuando depositamos la culpa en quienes nos han dañado de forma directa o indirecta, le dedicamos una gran energía y tiempo a criticarlos y condenarlos, en lugar de centrarnos en reparar el daño que nos han causado. 

Perdonar también impide que adoptemos el papel de víctima. Victimizarnos provoca que nos sintamos ineficientes e incapaces para ejercer influencia positiva sobre nuestra vida. Perdonar conlleva confiar en nuestra capacidad para controlar y cambiar nuestras emociones y nuestro presente. 

PERMITE ESTABLECER RELACIONES MEJORES Y MÁS MADURAS

No debemos esperar nada de los demás, pues de lo contrario dedicamos nuestro tiempo a expectativas que probablemente no se cumplirán y dependeremos de cosas fuera de nuestro control. Debemos centrarnos en nosotros, mantener expectativas flexibles y dejar que la vida nos sorprenda.

Además, perdonar es comprender, es potenciar mejores aspectos de nosotros mismos. Esto nos permite en el futuro hacer elecciones más sabias sobre las relaciones que establecemos y elegir mejores personas, acciones o decisiones que ayuden a que no se repita aquello que nos dañó. 

ES LA MEJOR VENGANZA POSIBLE.

Esta razón es irónica, pero no por eso menos cierta. Cuando alguien nos daña a propósito, elegir seguir adelante con nuestra vida y ser felices es la mejor forma de invalidar las acciones de esa persona.