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jueves, 15 de mayo de 2025

El Día de las Madres en Cuba: Un Tributo a la Fortaleza y el Corazón de la Familia

El Día de las Madres en Cuba es, en esencia, una fiesta de la vida y del amor...

Miguel Noa Menéndez en Exclusivo 12/05/2025
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Día de las Madres en Cuba
Las calles santiagueras este día se llenan de madres e hijos (Miguel Noa Menéndez / Cubahora)

Cada segundo domingo de mayo, Cuba se viste de un sentimiento especial. No es solo una fecha marcada en el calendario, es una celebración profunda, arraigada en la cultura y el corazón de la nación: el Día de las Madres. Más que un simple intercambio de regalos, esta jornada se convierte en un vibrante homenaje a la figura central de la familia cubana, un pilar de fortaleza, amor incondicional y sacrificio.

Desde tempranas horas de la mañana, el ambiente cambia. Las calles se llenan de personas buscando el detalle perfecto –aunque a veces encontrarlo sea un desafío–, las floristerías improvisadas florecen en cada esquina ofreciendo claveles, rosas o cualquier flor disponible, y el aroma a café recién hecho se mezcla con la expectativa de la reunión familiar. El transporte público se satura con hijos e hijas que viajan para estar junto a sus madres, acortando distancias físicas para abrazar el vínculo emocional.

El hogar cubano se convierte en el epicentro de la celebración. No hay un manual estricto, pero la tradición dicta la reunión. Almuerzos o cenas especiales, preparados con esmero, son la norma. La música cubana, siempre presente, adquiere un matiz más sentimental, con canciones dedicadas a mamá sonando en radios y hogares. Los regalos varían, desde lo más sencillo y artesanal hasta algún objeto deseado, pero lo que realmente importa es el gesto, la intención y el tiempo compartido.

La figura de la madre en Cuba trasciende el rol biológico. Es la administradora del hogar, la consejera sabia, la enfermera, la educadora, la proveedora (en la medida de lo posible) y, sobre todo, la guardiana de la unidad familiar. En un contexto a menudo marcado por desafíos económicos y sociales, la madre cubana encarna la resiliencia y la capacidad de salir adelante, manteniendo a flote el barco familiar con ingenio y afecto. Por eso, el Día de las Madres es también un reconocimiento tácito a esa lucha diaria y silenciosa.

Para quienes viven fuera de la isla, este día despierta una nostalgia particular. Las llamadas telefónicas transatlánticas se multiplican, buscando conectar a través de la distancia y expresar el cariño que el mar separa. Es un recordatorio de las raíces y del irremplazable calor del hogar materno.

Aunque el bullicio comercial existe, el verdadero valor de la jornada reside en lo intangible: en el abrazo apretado, en las palabras de agradecimiento, en el recuerdo de anécdotas compartidas y en la simple presencia. Es un día para pausar, reflexionar sobre el legado recibido y reafirmar los lazos que unen a las familias.

El Día de las Madres en Cuba es, en esencia, una fiesta de la vida y del amor. Un momento en que la nación entera, con sus alegrías y sus pesares, se une para honrar a esas mujeres extraordinarias que, con su entrega y su fuerza inagotable, son el verdadero motor y el corazón de Cuba.

 


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Miguel Noa Menéndez


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