La pandemia de COVID-19 ha supuesto un reto sin precedentes para los sistemas de educación en el mundo. Escuelas de todas las enseñanzas fueron obligadas a cerrar, se retomó con más fuerza las clases a distancia y se modificaron obligatoriamente planes de estudios.
Actualmente, permanecen 31 países con cierres de los centros educativos a nivel nacional, con un 12.8% del total de alumnos matriculados, 223 millones 754 mil 596, afectados por esa causa. Ante tal situación, la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, advirtió como problemas causados por la pandemia en el sector la limitación del aprendizaje y el aumento del riesgo de abandono escolar.
Es por ello que, reconoció, ya los gobiernos se esfuerzan para reducir al mínimo los cierres nacionales, que se redujeron de 190 países en abril de 2020 a 31 en este año. Aunque todavía el mundo y en particular el sector educativo sufre las causas de la pandemia.
INICIATIVAS EN EL ÁMBITO CUBANO
Priorizar el aprendizaje en un entorno seguro para alcanzar los objetivos académicos en este curso escolar es objetivo en muchas naciones, entre ellas Cuba.
Sin embargo, como la mayoría de los países, desde un primer momento el cese de clases por el impacto de la COVID-19 no significó el fin del ciclo lectivo, al contrario se realizaron ajustes y se desarrolló la modalidad de aprendizaje a distancia.
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En nuestro caso, fue y es la televisión el principal soporte. Teleclases para niños y adolescentes en edad escolar se transmiten como sustituto a las presenciales. Estas se desarrollan con el objetivo de repasar contenido y orientar el autoestudio con apoyo de la familia, para cuando las condiciones sean óptimas regresar a las escuelas.
Según datos del Ministerio de Educación, durante el cierre nacional en Cuba, realizado a partir del 24 de marzo hasta el primero de septiembre de 2020, más de 11 mil centros educativos de todo el país permanecieron cerrados, un total de 2 millones 012 mil 703 de estudiantes de preescolar, secundaria básica, preuniversitario y enseñanza técnico y profesional (ETP) pasaron a permanecer en sus hogares para evitar el contagio.
Tras la nueva normalidad, regresaron a la aulas, siendo los estudiantes de La Habana los últimos en empezar el curso. Comenzaba así un nuevo ciclo escolar marcado por las medidas higiénico-sanitarias y alta responsabilidad.
No solo se tomaron precauciones para detectar a tiempo posibles sospechosos con el Sars-Cov-2 y evitar riesgos de focos en las escuelas, sino que también estuvo presente entre las iniciativas cubanas la atención socioemocional para niños o adolescentes con necesidad de apoyo tras el estrés de demasiado tiempo en casa.
Actualmente, tras un aumento de los casos del país, los territorios con mayor incidencia regresaron a la educación a distancia hasta que mejoren las condiciones, entre ellos nuevamente la capital, con el mayor número de casos detectados.
A razón del reinicio de vuelos comerciales y el incremento de personas contagiados por viajeros procedentes del exterior se extremaron las medidas en centros educativos en todo el país. En Cuba la seguridad de los menores es lo primero y se crean las condiciones para que ya sea en las aulas o fuera de ellas los alumnos puedan aprender y vencer este curso escolar.
Solange
26/1/21 7:01
Para una correcta educación desde casa, primeramente tiene que haber electricidad en el horario que se vaya a impartir y rebajar el coste en los hogares donde haya escolares para tal actividad.
Segundo. Tiene que implantarse Internet para todos con el objetivo de aprovechar clases online y preguntar a su profesor. Repartir ordenadores portátiles o ebooks de aprendizaje a los casos sociales más necesitados con profesorado incluido. Si tenemos dinero para mandar médicos al extranjero, tenemos que tenerlo para nuestros niños.
Tercero. Servicio de comedor a los ecolares que lo necesiten como viene haciendo en Europa.
Cuarto. Priorizar vacunación en los mayores porque son los que más se contagian en los domicilios. Está comprobado que no hace el mismo efecto en los niños y que estos confinados en sus casas hacen más daño en el aspecto del contagio que yendo a clases presenciales.
Quinto. Material escolar suficiente y actualizado para que puedan aprender correctamente.
Tenemos un buen método pero no tenemos recursos. Las teleclases no sirven de mucho. Hay que priorizar la educación y la sanidad que está muy maltratada. Buscar soluciones al futuro porque eso es lo que son los niños, el futuro. Esta situación va para largo y las teleclases no son la solución. Es un parche que va a costar caro por la mala base que arrastrarán la mayoría de alumnos.
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