Si olvida fácilmente lo que hizo el día anterior, si apenas recuerda el nombre de la vecina que la saludó hace dos horas o quien le habla ahora mismo se le desdibuja en la memoria… Si por casualidad no reconoce como suyo su espacio habitual, su casa, sus adornos o si permanece unos minutos de pie sin saber hacia qué lado de la calle dirigirse rumbo a su casa, por ejemplo, no se burle de sí mismo. No crea que es cosa de los años, o que está muy estresado y su mente está muy ocupada…Tome en serio esas señales de alarma porque es probable que su cerebro le esté avisando.
Claro que es más común que estos sucesos ocurran en la tercera edad porque el proceso natural del envejecimiento repercute en cada una de nuestras células, pero no se ignora que la demencia de inicio temprano, es decir, mucho antes de los 65 años, representa hasta un 9 por ciento de los casos. De hecho, no pocas investigaciones revelan una relación entre la aparición del deterioro cognitivo y factores de riesgo relacionados con el modo de vida que también son comunes a otras enfermedades no transmisibles. No solo es un problema de la edad, sino del grado de actividad física que tengamos, las dietas desequilibradas, el consumo de tabaco y alcohol, la diabetes, la hipertensión, si se padece de depresión o inactividad cognitiva en general.
¿Demente yo? Se preguntará. No sería la primera persona si las demencias, entre ellas el conocido Alzheimer, forman parte de las diez enfermedades que causan más muertes en el mundo, según ha publicado la Organización Mundial de la Salud.
En Cuba suman alrededor de 130 000 las personas diagnosticadas con alguna demencia y se estima que para el 2030 la cifra se duplique, en la medida en la que la población cubana continúa envejeciendo.
Lo lamentable no es solamente que usted o sus allegados se percaten de esa pérdida de memoria progresiva, de su desorientación, de sus dificultades para comunicarse y hasta del deterioro de su juicio. Lo más triste es que quienes más le quieren sufrirán igual o quizás más, porque cuando apenas usted se percate de lo le está pasando a diario, a ellos les parecerá tener delante a otra persona ocupando el puesto de la que conocieron antes.
La vida cambia en el hogar. Debe cambiar. En muchas ocasiones cambia mucho más para un miembro de la familia que para los otros, y la preparación para cuidar de usted si tiene Alzheimer se va adquiriendo paulatinamente.
Paciencia, dosis elevadas de paciencia se necesitan porque usted necesitará ayuda hasta para bañarse, y no podrá ser regañada todo el tiempo si pasa trabajo para vestirse, o si demora en responder una pregunta o si se le olvida si ya comió. Puede incluso accidentarse en su andar por la casa o afuera, si sale bajo ninguna supervisión.
¿Cura? No existe hasta el momento un medicamento o tratamiento que impida la evolución progresiva de las demencias. El Centro de Inmunología Molecular dio los primeros pasos con el NeuroEpo con el objetivo de retrasar el avance del Alzheimer en particular y mejorar la calidad de vida de las personas que la padecen. Sin embargo, es la detección precoz y el conocimiento de las personas cercanas al aquejado la clave para una convivencia saludable.
¿Evitar? Cabe preguntarse si sería posible evitar una enfermedad neurodegenerativa que no tiene cura, y en ese sentido algunos investigadores refieren que la buena salud de la función cognitiva se asocia a un ejercicio físico regular y que, a su vez, mantener conexiones sociales, fomentar sentimientos de autoeficacia y de autoestima y llevar a cabo otro tipo de actividades de corte social se relacionan también con el mantenimiento de la función cerebral.
Leer libros, asistir a conferencias, participar en juegos de mesa, entre otras, suponen un menor riesgo de deterioro cognitivo y de demencia, si se realizan con frecuencia, y prevenir el riesgo cardiovascular con hábitos de vida saludables está comprobado que disminuye el riesgo de padecer Alzheimer.
Alimentarse bien, con la inclusión de antioxidantes, vitamina C y E y omega 3, pescado y la reducción de grasas saturadas y de cobre disminuiría el deterioro cognitivo así como favorecería una salud emocional satisfactoria.
Si usted no había siquiera pensado en las demencias, asuma estas líneas como el incentivo necesario. Puede que aún esté a tiempo de retardar un poco su evolución, en caso de que pudiera padecer algún tipo de ellas… Ante todo, puede que aún esté a tiempo de cuidar mejor a quien en su hogar ya su cerebro le esté avisando.
ma. del carmen
22/9/17 14:26
MUY BUENO EL ESCRITO, ES UNA ENFERMEDAD QUE ME ASUSTA, PRO CONFIO QUE LLEGUE EL DIA QUE LA CIENCIA ENCUENTRE SI NO LA CURA ALGO EFICAZ PARA DETENERLA CUANDO LA DETECTEN EN UN PACIENTE.
GRACIAS
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