Hace un mes que llegamos a Mozambique. Ayer en la tarde fuimos convocados por la brigada para un acto. Al estar fuera de casa como que vas olvidando las fechas; no es que te lo propongas, sencillamente estás en otra latitud y la vida corre a un ritmo diferente. Fue bueno recordar, volver del “ostracismo”.
Como de costumbre, los himnos nacionales de cada país inauguraron la jornada. El nuestro, ese grito de guerra redentor, inundó el recinto. Cantarlo es una necesidad, una obligación; quizás por la distancia se siente un poco más, quizás. Luego se escucharía el mozambiqueño. Lo que pude interpretar con mi pobre portugués me resultó hermoso.
Poemas declamados por varios cooperantes, así como las palabras de la representante del Partido Comunista de Cuba y del embajador nos remontaron al pasado y presente de nuestro país.
Un documental robusto ilustró la conmemoración. Sesenta años después de Girón: una historia del antes y el porqué. Nemesia y sus zapatos blancos inmortalizados en los versos del Indio Naborí (Jesús Orta Ruiz).
El maestro, el líder, el discípulo. Un sabotaje luctuoso, los preludios, la invasión. Bloqueo férreo, enemigo desafiado que no perdona, epidemia desoladora, histórico congreso y, en fin… una Cuba que resiste.
Buena Fe y su canción “La fuerza de un país”, aplausos, fotos, fin del acto.
Llegamos al cuarto y esos ojos precisos, los exactos, me leen lo que escribió un cooperante que enfermó de COVID-19 y, ya recuperado, agradece a todos por la atención recibida. Lo conozco y me he identificado cuando ha dicho: “Soy un hombre dichoso”.
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Alfredo nos recoge bien temprano en el hotel, se presenta de forma jovial, trata de repetir nuestros nombres (Foto de los autores)
Lazaaariita
Alfredo nos recoge bien temprano en el hotel, se presenta de forma jovial, trata de repetir nuestros nombres. El mío aún llevará para él otros viajes de ida y vuelta.
Lo llevo a la religión para que tenga algún recurso nemotécnico. Ya logra el “Lazaaariita” con una entonación que recuerda que estoy en Mozambique. Ahora nos enseña, camino al hospital, palabras portuguesas. Se disculpa por los baches de la zona baixa, desconociendo que nuestro lada, allá en la lejana Cuba, ya es experto en evitarlos.
Orgulloso de su país, de su himno y su bandera, quiere googlearlos rápidamente, en el corto tiempo de espera, bajo otro edificio, donde recogerá a otra cooperante. No le da tiempo y me mira desilusionado. Hoy no pudo mostrarme sus símbolos, no advierte que los encontré en sus gestos, su mirada brillosa y su diáfana cordialidad de hombre común de este pueblo.
Ellos llevan sus símbolos en la piel. Mis hijos quieren escuchar cómo suena mi nombre en su lengua. Se lo pediré y viajará su Laazaaarita medio mundo como testigo de que estoy aquí, ahora y con ellos.
Felicidades colegas éxitos fieles....
25/4/21 10:49
Exitos fieles a Cuba
Roberto
20/4/21 22:31
Que sigan sus historias hnos. Éso lindo que hacen y lo lindo de cómo lo comunican. Abrazos
Jhanes
19/4/21 0:01
No solo llevan salud, tambien portan la historia y el presente de nuestra nacion. Nuestra Patria les contempla orgullosa. Un abrazo
Lucy
18/4/21 23:26
Muchos éxitos Dr. Almeida y para su esposa que Dios los bendiga por tan noble labor , como no recordarlo a Ud cuando salvó la vida de mi madre aquí en Perú ojalá Dios permita que nos vuelva a visitar. Muchas bendiciones.
Lucy Ruiz Gordillo
Perú
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