Fueron casi 18 meses en México de intensa labor de preparación de los futuros expedicionarios y de resolver las condiciones materiales para el viaje: adquisición de armamento, avituallamiento, alimentos para los expedicionarios y el transporte. La pequeña nave, abarrotada hasta más no poder con hombres y pocos armamentos, transportaba a 82 resueltos patriotas cubanos y algunos revolucionarios latinoamericanos...
La travesía por el Golfo de México se llevó a cabo entre el 25 y el 27 de noviembre de 1956. Durante esos días, el yate Granma avanzó lentamente hasta conectar con el Mar Caribe en la madrugada del 28. Para el 30, todo indicaba que estaban en el rumbo correcto hacia Cuba.
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Mientras navegaban, escucharon en la radio sobre el levantamiento en Santiago de Cuba, que contaba con el apoyo del desembarco planeado para ese día por el héroe Frank País. En la madrugada del 1 de diciembre, uno de los expedicionarios, Roberto Roque, cayó al mar tras una violenta sacudida de la embarcación.
Fidel Castro, al darse cuenta de lo sucedido, ordenó detener los motores y se enfocó en rescatar a Roque. Después de una intensa búsqueda que parecía casi desesperada, lograron recuperarlo con éxito.
Esta hazaña que abrió paso a la libertad de la mayor de las Antillas es símbolo de la decisión soberana del Comandante en Jefe y de los combatientes que le acompañaron en aquella gloriosa gesta.
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