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sábado, 2 de noviembre de 2024

La historia la hacemos todos los días

La victoria de Girón nos hace volver sobre nuestra historia, sobre nuestros triunfos, sobre lo que somos y seremos en el futuro…

Yuniel Labacena Romero en Exclusivo 19/04/2016
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Todavía recuerdo aquel día cuando un grupo de adolescentes de secundaria básica abrazó en sus manos una pequeña bolsa con arena de Playa Girón. Solo habían leído y escrito sobre la gloriosa página de historia, amor y sacrifico que nuestro pueblo —aún en plena efervescencia revolucionaria— escribió en ese sitio de la geografía nacional. Ahora habían llegado hasta ese lugar auténtico y quizás por eso se emocionaban tanto mientras compartían con los lugareños del poblado matancero.

En días como estos, recuerdo aquella imagen de cinco años atrás: sus caras alegres, sus gestos y miradas, y pienso más en la idea de que en escenarios así, donde palpita la historia, se aprende a amar y a defender la patria verdadera. Y es que La victoria de Girón, hace 55 años, nos hace volver sobre nuestra historia. sobre nuestros triunfos, sobre lo que somos y seremos en el futuro. ¿Pensará alguien que podemos olvidar nuestro pasado y mirar con otro sentido el porvenir que estamos construyendo?

Girón se sitúa como un valladar frente a quienes intentan dibujar una Cuba idílica y próspera antes de 1959 para contraponerla al proyecto actual de la Revolución. Los que intentan trastocar la verdad nunca deberían olvidar las razones por las cuales, por ejemplo, la Generación del Centenario se abalanzó sobre los muros de los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, o simplemente corrió al combate cuando el imperialismo pretendió ahogarnos en las áreas matanceras.

Allí chocaron con el valor, el patriotismo y el coraje de combatientes que empuñaron las armas contra la invasión mercenaria y materializaron así la primera gran derrota del imperio yanqui en América Latina. En esa ocasión se demostró la unidad monolítica del pueblo junto a su Revolución y se hizo valedero lo expresado por Antonio Maceo: “…quien intente apoderarse de Cuba, sólo recogerá el polvo de su suelo anegado en sangre, si no perece en la lucha”.

Y son esas convicciones las que nos ha hecho un pueblo invencible. Más de medio siglo, en los cuales la Cuba de Martí y de Fidel ha mantenido inalterable su rumbo socialista, como digno homenaje a los héroes y mártires de Playa Girón, y a quienes en diversos escenarios han ofrendado sus vidas en defensa de una causa justa, pues la historia para nosotros, como aseguró el líder de nuestra Revolución, “…más que minuciosa y pormenorizada crónica de la vida de un pueblo, es base y sostén para la elevación de sus valores morales y culturales, para el desarrollo de su ideología y su conciencia…”.

Hoy más que nunca tenemos que conocer y preservar la historia de la nación, tenemos que extraer del pasado glorioso y de sus diversos escenarios las lecciones que nos hagan crecer, y tenemos que hacerlo en escenarios más complejos y difíciles. En contextos, donde ya no está la invasión mercenaria, sino nuevas formas de lucha; donde un pérfido enemigo ha cambiado sus planes contra la isla, pues “con la vieja política hacia Cuba, no logró lo que deseaba”, es decir, derrotar a la Revolución.

Así lo aseguró en su discurso al pueblo de Cuba el presidente Obama, y añadía que “Estados Unidos no tiene ni la capacidad ni la intención de imponer cambios en Cuba, los cambios dependen del pueblo cubano”. Sin embargo, esas expresiones asociadas con nuestra gobernabilidad fueron solo palabras, pues los fondos de su Congreso, destinados a la subversión interna en la isla, para promover programas contra nuestra independencia y autodeterminación, siguen siendo aprobados.

Ya lo alertaba Fidel, desde el V Congreso del Partido Comunista de Cuba, al aseverar que “…enfrentamos nuevas formas de lucha ideológica cada vez más sutiles y complejas, que entrañan un reto cotidiano para la capacidad de convocatoria de nuestras instituciones”, y agregaba que “…la respuesta debe ser coherente y firme, y apelar al poderoso caudal de argumentos de la Revolución, a la unidad, a nuestras reservas morales, a las fibras patrióticas de cada cubano”.

¿Pensemos entonces por qué en su discurso al pueblo de Cuba el presidente Obama nos llamaba a olvidar el pasado? Lo hacía porque sabe que el conocimiento de nuestra historia nos permite apreciar un grupo de actitudes, conductas, valores y normas morales, que se han heredado en las etapas sucesivas del proceso revolucionario; y es ese amor a la patria, los sentimientos de solidaridad, el internacionalismo, la intransigencia revolucionaria y el heroísmo en el combate… lo que nos hace grandes.

“Es necesario que (…) los méritos de hoy, los triunfos de hoy no nos hagan caer en el injusto y criminal olvido de las raíces de nuestra historia”, dijo Fidel un 10 de octubre de 1968. Y lo hacía convencido de que la memoria y las tradiciones aportan la noción y el sentimiento de nuestra nacionalidad y personalidad, contribuyen a mantener la continuidad histórica y, sobre todo, son acicates para construir el hoy y trazar el mañana.

Ahora bien, lo que tenemos que hacer es llevar esa historia que nos identifica con códigos comunicacionales más actuales, hacerla más cotidiana; acercar a nuestros héroes y no mostrarlos como algo inalcanzable. Este concepto tiene que primar sobre todo a la hora de trasmitir ese pasado a las nuevas generaciones, pues ello debe producirse de manera continua y no limitarse jamás a la simple repetición de la experiencia y su ciega imitación.

Ya lo aconsejaba el General de Ejército Raúl Castro Ruz cuando expresó: “…cada generación necesita de sus propias motivaciones y de sus propios valores (…). El recuerdo y la evocación del triste pasado en que vivieron otras generaciones de jóvenes tiene que ir acompañado por el precepto que les indique a los de hoy qué deben hacer en esta hora y qué les depara el porvenir”.

Girón y sus días gloriosos nos enseña cada día a beber más de nuestra memoria y las tradiciones, a estar alertas y convencidos de que la historia de este país ha sido larga, dura, heroica, y que esa historia ha costado mucha sangre y mucho sacrificio. Esa historia, o parte de ella, fue la que hace cinco años el grupo de adolescentes tuvo el privilegio de vivir y palpar al abrazar en sus manos esa pequeña bolsa con arena de Playa Girón.


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Yuniel Labacena Romero

Se han publicado 1 comentarios


Ana Isabel
 6/5/16 15:01

El mes  de abril , es un mes de victoria para el pueblo cubano.Gran epopeya protagonizada por nuestro lider histórico Fidel Castro Ruz  y milicianos, hombres del pueblo, que en 72 horas aniquilaron al enemigo en Girón, siendo la primera gran derrota del imperialismo en América. Ya hace 55 años y no podemos olvidar las valerosas vidas que se perdieron tras los bombardeos, pero hemos sabido mantener la Revolución cubana con sus valores, principios y dignidad.

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