Los cubanos tenemos bien entronizado el himno como uno de los símbolos nacionales. Surgido en el fragor de la lucha contra el poder colonial, ha trascendido como inconfundible y constante llamado al combate por la libertad y hasta a dar la vida por la patria. Curiosamente, más allá de la melodía insurrecta que Cuba canta, la letra en sí tiene su propia novela, que ha suscitado disímiles controversias. Una historia pocas veces contada y menos conocida.
¿Sabía usted que para cuando se popularizó en el Bayamo libre, el himno ya se había escrito meses antes y era canturreado por algunos? ¿Tenía conocimiento de cómo y cuándo llegó a establecerse como símbolo de la nación? ¿Conocía de las peripecias y modificaciones que ha tenido el texto en su representación gráfica, desde la partitura original hasta la actualidad?
Respuestas a estas y otras incógnitas (o curiosidades históricas) podrán hallarse en Lengua, verso e historia en el himno nacional cubano, libro que bajo la firma del ensayista, poeta e investigador Pedro de Jesús, y el sello de la Casa Editora Abril, circula desde la última Feria Internacional del Libro.
“Todo comenzó de manera fortuita: por una letra, la b. No sabía si bayameses llevaba B mayúscula como había visto o si era un error en el programa de televisión donde la vi”, afirma el escritor, quien ha desarrollado una valiosa y multipremiada carrera desde el espirituano municipio de Fomento.
Cuatro años de afanosa indagación dedicó el autor antes de dar a conocer sus hallazgos y apuntes de conclusiones. A juzgar por el tiempo invertido, las fuentes manoseadas, los obstáculos vencidos y pormenores compartidos en su ponencia, Pedro de Jesús ha realizado prácticamente una labor arqueológico-lingüística.
¿OCTAVA O CUARTETOS? PRIMERA CUESTIÓN
La marcha compuesta por Perucho Figueredo y estrenada durante la toma de Bayamo hace 150 años fue modificándose con el tiempo, y en lo fundamental por no contarse con la referencia del documento original. Esto dio pie a la aparición de diferentes variantes gráficas del texto verbal de la pieza.
Cuando surgen dudas sobre algo, en lo primero que se piensa es en acudir a la ley. En Cuba existe la Ley 42/1983, De los Símbolos Nacionales. “Si revisas su anexo notas que es una partitura, quien lo confeccionó no previó que el himno alguna vez debía ser reproducido en versos en una revista o un libro, y, por tanto, el documento legal no indica cuál es la estructura estrófica de la composición”, advierte De Jesús.
Comúnmente se ha difundido el himno escrito en dos estrofas de cuatro versos cada una. Esto, según su percepción, es un error. No solo porque en el manuscrito original esté en una sola estrofa de ocho versos, sino porque de ese modo se escribieron otros himnos y poemas patrióticos de la época.
“La invención de los himnos nacionales precede a la del cubano, y hay que decir que Perucho se inserta en esa tradición. Al examinar su partitura autografiada se ven, inscritos entre los signos musicales, los primeros ocho versos, los que conocemos y cantamos. Debajo, fuera del pentagrama, hay dieciséis más, dispuestos en dos estrofas. Perucho llama segunda a una y tercera a la otra. Ambas son de ocho versos”.
Partiendo de la idea de que Figueredo escribió su himno en tres estrofas de ocho versos, surge la interrogante de cuál es el modelo estrófico empleado. “Se trata de una composición a medio camino entre la llamada octava aguda y la copla de arte mayor. La octava aguda es una combinación de ocho versos de nueve o más sílabas métricas, donde un par de ellos siempre quedan libres, y la rima del cuarto y el octavo versos se establece con palabras agudas”, argumenta el intelectual.
“Por ejemplo, el cuarto verso termina en vivir y el octavo en corred. Son palabras agudas. Si lo comparamos con el Himno del desterrado, de Heredia (uno de los patrones que sigue La bayamesa), se notará que el cuarto verso termina en moral y el octavo en mal; o sea, además de ser versos agudos, riman. En cambio, los versos de Perucho, aunque son agudos, no riman entre sí”, ilustra el investigador.
Mientras la copla de arte mayor es otro tipo de estrofa de amplia ascendencia en la poesía hispánica y los himnos de la época. De ella toma La bayamesa el ritmo dactílico para sus versos de diez sílabas métricas, en los que la acentuación cae en la tercera, sexta y novena sílabas.
Considera De Jesús que el compositor y patriota bayamés se tomó sus licencias y no siguió, canónicamente, los moldes estróficos. “Por eso digo que él tiene una mezcla heterodoxa entre la octava aguda y la copla de arte mayor”.
Sostiene el autor espirituano que excepto el autógrafo y las circulares emitidas por el gobierno provisional tras la toma de Bayamo, la mayoría de los documentos decimonónicos conocidos que reproducen la letra del himno muestran los versos divididos en cuartetos. Sucede así en la edición apócrifa de El Cubano Libre de 1868; en las representaciones que Patria incluyó en sus números 16 y 81; en la antología Los poetas de la guerra, prologada por Martí; y en la Revista de Cayo Hueso.
En los casos de las tres últimas fuentes citadas, la letra del himno está antecedida por el testimonio de Fernando Figueredo Socarrás. Llamativamente, advierte el ensayista, el sobrino de Perucho y también patriota presenta los versos con el nombre genérico de octava, en flagrante divergencia con la integración en cuartetos que enseguida se constata.
VERSIONES Y DISCORDANCIAS
La versión apócrifa divulgada en un suelto que circuló pocos días después de entonado el himno en la plaza de Bayamo, y que presumiblemente fue impreso por emigrados en Nassau, se publicó como La Bayamesa, con el subtítulo de “Himno Patriótico”. Dicho texto salió en la edición suplementaria de El Cubano Libre, el 27 de octubre de 1868.
“Aunque la estrofa aparece dividida en dos cuartetos, si nos fijamos en la letra es diferente a la actual. En el tercer y cuarto verso dice: ‘Hoy romped la cadena ominosa/ A los gritos de Honor, Libertad’. Mientras en el último verso expresa: ‘A las armas valientes volad’, no dice ‘corred’”, aclara el estudioso.
“El verso cuarto termina en libertad y el octavo en volad. Es decir, respeta la distribución de la rima de la octava aguda y los demás cánones de la copla de arte mayor. Por eso puede afirmarse que esta variante del himno muestra una letra perfecta desde el punto de vista métrico y versológico”, señala.
En tal sentido surgen nuevas interrogantes. ¿Será que el autor de esa versión intentó corregir la “mala octava” de Perucho? ¿Se habrá dividido en estrofas de cuatro versos por ser esta una forma más común en la poesía popular cubana?
También ocurre algo poco conocido, y es que la versión que publicó Patria cambió el orden de los sustantivos del sexto verso. En vez de en afrenta y oprobio sumido, decía en oprobio y afrenta sumido.
“Así se copió en muchas partituras y se usó durante el siglo XX. Si se consulta La Historia me Absolverá, publicada en 1954, se puede ver que el orden que le da Fidel Castro cuando cita el himno es ese. Igual cuando declara el carácter socialista de la Revolución. Es probable que Fidel y su generación hubieran aprendido el himno así y no como lo sabemos hoy. Es decir, no solo habrían sido cambiados signos de puntuación, sino algunas partes del texto”, explica.
PROPUESTA NOVEDOSA
A la duda de si bayameses es con mayúscula o minúscula, sumó Pedro de Jesús la p de patria y así sucesivamente, otras discordancias gráficas existentes en versiones de archivo y contemporáneas. La delicada labor investigativa arrojó —solo en las dos estrofas conocidas— treinta posiciones donde se han usado signos ortográficos y de puntuación diferentes.
En cuanto a la partitura legal del himno, la que se anexa a la Ley 42/1983, De los Símbolos Nacionales, Pedro de Jesús precisa que bayameses aparece con mayúscula inicial, así: Bayameses, la escribió Perucho en su partitura. Pero el uso de mayúscula inicial para los gentilicios está proscrito desde hace mucho tiempo en el sistema ortográfico de la lengua española. En consecuencia, la versión legal debería ajustarse a esa pauta, opina.
“Por otra parte, la primera letra de la palabra patria aparece en minúscula en el segundo verso, y con mayúscula en el cuarto. Es decir, en el mismo texto hay dos variantes gráficas sin justificación lingüística. Asimismo, detrás de gloriosa debe ir una coma, tal y como se coloca, correctamente, al final del primer verso, porque los versos segundo y cuarto son oraciones subordinadas del tipo causales-explicativas y deben aislarse con ese signo”.
La mayor complicación, quizás, radica en los versos quinto y sexto: En cadenas vivir, es vivir/ en afrenta y oprobio sumido. Pedro sostiene que “tienen una gran dificultad, por eso a veces la gente los canta, pero no entiende lo que quieren decir”.
Esto se debe a que “hay un hipérbaton, o sea, está trastocado el orden natural de los elementos según el habla oral. A lo que se suma una indebida coma intercalada y que la idea no concluye en el mismo quinto verso, sino va a cerrar en el sexto. El orden natural sería: Vivir en cadenas es vivir sumido en afrenta y oprobio”, especifica.
Teniendo en cuenta la diversidad de elementos encontrados en su exploración, Pedro de Jesús finalmente propone revisar la versión vigente del himno que está contenida en la ley de símbolos patrios. “Debe hacerse una nueva versión legal donde aparezca la letra no solo en partitura, sino escrita en verso, para que sirva de pauta a cualquier texto que se edite y requiera la transcripción del himno”, comenta.
“Es necesario contar con un modelo ajustado a lo más trascendente de la tradición gráfica de esa pieza simbólica y, al mismo tiempo, a las reglas ortográficas de la lengua española contemporánea. Esta sería mi propuesta, en una única estrofa”:
Al combate corred, bayameses,
que la patria os contempla orgullosa.
No temáis una muerte gloriosa,
que morir por la patria es vivir.
En cadenas vivir es vivir
en afrenta y oprobio sumido.
Del clarín escuchad el sonido.
¡A las armas, valientes, corred!
Miguel Ojeda
17/10/21 13:09
ROSAS DESDE EL ACERO. Surge la isla en el mar, la pueblan nobles guerreros, la " descubren" descubiertos quienes queman un misterio en hogueras proyectadas a siglos ya venideros. La historia cantada a manos, niños, hombres y mujeres, feudales con sus centrales, esclavos, santos, ma's muertos, brilla la isla- archipie'lago, los siglos que fundan vientos, brisas ma's que huracanes, rosas desde el acero, un Padre Grande combate, una tierra ma's que cielo, un tocororo -flor blanca, Himno que nace en un fuego, Banderas, Escudo, guajiros que ya no son lo que fueron. Un 20, un Octubre, un pueblo que vuelan barcos celestes y retan al Universo. ¡ Canta la patria en el mar, y un a'ngel sabe el secreto! Miguel Ojeda.
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