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martes, 5 de noviembre de 2024

De Palacio Presidencial a Museo de la Revolución

Lugar de obligada visita para cubanos y extranjeros donde se puede conocer parte de la historia nacional...

Maya Ivonne Quiroga Paneque en Exclusivo 21/01/2018
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Palacio Presidencial
El Palacio Presidencial, obra de los arquitectos Carlos Maruri y Paul Belau, surge cuando la burguesía nacional trataba de atemperarse a las nuevas condiciones sociopolíticas cubanas. (Fernando Medina Fernández / Cubahora)

En la calle Refugio, entre Zulueta y Avenida de las Misiones, de la Habana Vieja, se alza un edificio en cuya fachada asoma su rostro, desde un escudo, La Dama de la República. La edificación fue inaugurada, después de un período constructivo de siete años, el 31 de enero de 1920, durante el gobierno de Mario García Menocal.

El Palacio Presidencial, obra de los arquitectos Carlos Maruri y Paul Belau, surge cuando la burguesía nacional trataba de atemperarse a las nuevas condiciones sociopolíticas cubanas luego de que la isla pasara de ser una colonia española a una neocolonia de los Estados Unidos, expone la museóloga Lianet Zayas Salas.

La especialista agrega que el inmueble define un concepto muy distinto al clásico ambiente español que había predominado en las distintas ciudades del país. El estilo ecléctico del edificio evidenció una tendencia elitista que se preocupó por mostrar lo mejor y más selecto en cuanto al tema arquitectónico y constructivo de la época.

Para erigirlo se asumieron los mejores materiales que se empleaban en las primeras décadas del siglo veinte. Tuvo un costo altísimo de más de un millón y medio de pesos. La Tiffany Studios, de Nueva York, fue la encargada de la decoración del Palacio. Para los fondos y adornos de paredes y techos se utilizaron materiales como el oro y el bronce.

En el edificio están presentes pinturas y esculturas de representantes de la vanguardia artística del momento: Leopoldo Romañach, Emilio Hernández Giró, Enrique Cabrera, Esteban Valderrama, Esteban Betancourt y Armando Menocal. “Fue la manera de reconocer que el arte cubano de esa época era de excelente factura”, afirma la museóloga.

Palacio

NUEVOS TIEMPOS, NUEVOS USOS DEL INMUEBLE

Después del triunfo de enero de 1959 se establece en el otrora Palacio Presidencial el primer Gobierno Provisional Revolucionario. Desde allí el Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, asumió el cargo de Primer Ministro y llevó a cabo el gran proceso de Nacionalización de todas las empresas privadas que existían en Cuba hasta ese momento.

Con el paso del tiempo, el inmueble se convirtió en el Museo de la Revolución que actualmente abre sus puertas todos los días de diez de la mañana a cuatro de la tarde. En él se exhibe gran parte de la historia nacional, desde la etapa de la Colonia hasta nuestros días, a través de objetos que se mantienen en muy buen estado de preservación.

UNA VISITA AL MUSEO DE LA REVOLUCIÓN

Justo frente a la entrada del Museo se emplazó el cañón autopropulsado Sau-100, calibre 100 milímetros, con el que el Fidel Castro Ruz hundió el buque norteamericano Houston, durante la invasión por Playa Girón, en abril de 1961.

Dentro del Museo resulta muy llamativo, por su estilo hiperrealista, el Conjunto Escultórico dedicado a los Comandantes Ernesto Che Guevara y Camilo Cienfuegos, que se ubica en la tercera planta del edificio. Fue elaborado con resina de poliéster y fibra de vidrio.

En el segundo piso está situado el despacho presidencial que se conserva como detenido en el tiempo, luego de haber sido utilizado por una veintena de gobernantes durante 25 mandatos.

El despacho contiene objetos de bronce y elementos originales que datan de la década de los 40 del siglo XX, cuando el dictador Fulgencio Batista fue elegido presidente de la República de Cuba. Entre esos elementos sobresalen los muebles estilo imperio o los estantes construidos con caobas cubanas, donde el dictador guardaba información clasificada y algo de licorería.

Sobre el antiguo buró de Batista se mantienen intactos el portatintas, el portacartas y el portadocumentos. Muy cerca se observa la máquina de escribir del oficial que comenzó su carrera como un simple Sargento taquígrafo.

“Elaboraba su propia tinta para que nadie pudiera falsificar su firma”, asegura la museóloga del departamento de servicios culturales Soraya Casamayor Carbonell quien, además, resalta que en la segunda parte del filme El Padrino se hace referencia al teléfono laminado en oro que Batista recibió como regalo.

“Como se puede ver en la película, Batista tuvo relaciones no solo con la mafia de Estados Unidos sino también con la de República Dominicana”, dice la especialista del departamento de servicios culturales.

Al General le gustaba usar una doble puerta, que hace coincidir el despacho presidencial con el Salón de los Espejos, para hacer su entrada triunfal en las grandes actividades que allí tenían lugar.

Por una puerta secreta, cercana al despacho, se presume huyó Batista cuando lo fueron a ajusticiar los jóvenes universitarios del Directorio Revolucionario 13 de marzo. Ellos conocían el Palacio a través de planos pero no tenían noticia de la existencia de esa puerta secreta. Casamayor Carbonell certifica que el dictador, en su huida, se trasladó hacia la cuarta planta del inmueble donde permanecía la guarnición que custodiaba el edificio.

El Palacio Presidencial está presente en la memoria colectiva por los sucesos ocurridos el 13 de marzo de 1957. “Pero no fue esa la única acción armada que se realizó en Palacio. Están documentadas 15 acciones de ese tipo. La primera de ellas organizada y dirigida por Rubén Martínez Villena”, advierte Melay García Ley, jefa del grupo de Servicios Culturales.

Aclara García Ley que los jóvenes universitarios del Directorio Revolucionario 13 de marzo no arribaron al Palacio por la entrada principal —que solo abría cuando se recibían a visitantes muy importantes—, sino por la puerta sur, que siempre permanecía abierta y era por donde llegaba el personal a Palacio.

La jefa del grupo de Servicios Culturales señala que la puerta de acceso a Palacio daba a la calle Colón, en aquel entonces una arteria transitada por donde circulaban ómnibus de transporte público. “Justamente ese día, en medio de la acción del 13 de marzo, murió el chofer y un pasajero de la ruta 14”.

Más de 300 impactos de balas se han descubierto en las paredes y el patio interior del Palacio. Todos fueron tapados con premura por orden de Batista. “En el proceso de restauración e intervención múltiple que se realiza en el museo, hace algunos años, se encontraron impactos de bala y algunos proyectiles. Los orificios se muestran como una parte importante de la historia nacional y otros se estudian todavía para ganar más información sobre lo ocurrido en esa heroica acción”, explica Melay.

FRENTE AL MEMORIAL

Entre las áreas más visitadas del Museo se encuentra el Memorial Granma, fundado en ocasión del vigésimo aniversario del desembarco del yate Granma. Ocupa los terrenos del antiguo Parque Zayas, que el presidente Alfredo Zayas había mandado a construir durante los últimos años de su mandato, en honor a sí mismo, frente a la puerta sur que divide el Palacio del Memorial. El parque tuvo muy poco uso por la propia seguridad del Palacio Presidencial.

Un grupo, encabezado por el arquitecto Eduardo Losada, se encargó de ejecutar el proyecto del Memorial Granma. Las columnas que soportan el techo imitan el tronco de las palmas reales y los hexágonos que conforman toda la cubierta se inspiran en los penachos del árbol nacional cubano.

Museo

El 14 de noviembre de 1976 se deposita el yate Granma original en una urna de cristal. El 1.o de diciembre de ese mismo año queda inaugurado el Memorial. El yate se encuentra en perfecto estado de conservación. Como un dato curioso, la especialista apunta que la embarcación había visitado Cuba en dos ocasiones antes de 1956.

Acompañan al yate otras 14 piezas de gran tamaño vinculadas al ataque mercenario por Playa Girón o a los sucesos relacionados con la Crisis de los Misiles o Crisis de Octubre.

En 1989 se incorpora el Monumento a los Héroes de la Patria Nueva, más conocido en Cuba como la Llama Eterna, que fue encendida por Fidel el 19 de abril de ese año durante un acto de masas que tuvo por sede el Memorial.

Melay concluye su explicación con la siguiente frase: “La llama eterna implica la continuidad de nuestra Revolución. Está dedicada a rendir tributo a todos los héroes y mártires que cayeron en la última etapa del proceso revolucionario y durante todo el proceso de construcción del socialismo”.


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Maya Ivonne Quiroga Paneque

Periodista, locutora, guionista y directora de radio y televisión

Se han publicado 1 comentarios


Bárbara O. Argüelles Almenares
 25/3/20 9:45

El edificio fue decorado en dos etapas. La primera durante el gobierno de Menocal, y la segunda, durante el gobierno de Batista. Los artistas que cumplieron los encargos no pertenecieron a la vanguardia artística, de hecho, la vanguardia artística cubana no existía en los años correspondientes a la década de 1910. Estos pintores fueron académicos, maestros del estilo y los principales cultivadores del género histórico en nuestra pintura, que tuvo vínculos raigales con la política, de ahí su fuerte presencia en la decoración de los centros representativos del poder republicano, como lo fue el Palacio Presidencial. 

 

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