La segunda ocupación norteamericana de Cuba se produjo como consecuencia de la Guerrita de agosto de 1906. Fue solicitada, al amparo de la Enmienda Platt, por el propio presidente Tomás Estrada Palma, cuyo gobierno resultó incapaz de gestionar la crisis interna, llegada al punto de clímax a partir de sus intentos reeleccionistas.
El inicio del segundo periodo de ocupación yanqui se dio, oficialmente, el 29 de septiembre de 1906. Ese día William H. Taft asumió como gobernador de Cuba, si bien desde el 19 de septiembre estaban en la Mayor de las Antillas representantes políticos y fuerzas militares estadounidenses. Con una proclama al “Pueblo de Cuba”, Taft, secretario de Guerra norteamericano, inauguraba el gobierno provisional.
Las funciones del Congreso fueron suspendidas. En poco tiempo quedaron disueltas las fuerzas insurrectas así como las milicias creadas por Estrada Palma contra el alzamiento de agosto.
Estados Unidos, interesado en limpiar ante los pueblos del hemisferio su imagen imperialista, intentó matizar el carácter de la nueva ocupación de Cuba. Fue por ello que Taft inmediatamente realizó declaraciones sobre la vigencia de la Constitución, el servicio exterior, la bandera, el himno y el escudo nacionales.
De acuerdo con la historiadora cubana Teresita Yglesia Martínez, durante la primera semana de ocupación desembarcaron 5 600 hombres, distribuidos por el territorio. No obstante, el presidente estadounidense Theodore Roosevelt orientó “que si ocurre algún derramamiento de sangre que sea entre cubanos y cubanos, no entre americanos y cubanos”. La guardia rural y el ejército de la nación fueron empleados por el gobierno de ocupación en la defensa de los intereses neocoloniales.
Taft no tenía intenciones de hacer, por sus ambiciones presidenciales en la nación norteña, una larga estadía en Cuba. Tras evaluarse varias propuestas, la Casa Blanca escogió como relevo a Charles Magoon, quien había sido gobernador de la zona del canal de Panamá. Cuba seguiría, no obstante, atendida desde de la secretaría de Guerra.
Julio Le Riverend señaló en su libro La república. Dependencia y Revolución que Magoon satisfizo las ambiciones de los políticos deshonestos y burgueses nativos en general. Su periodo se caracterizó “por la corrupción administrativa y despilfarro de los fondos públicos”. De acuerdo con este historiador, Magoon “recibió el Tesoro cubano con unos 20 millones de pesos de reserva y lo dejó con deudas ascendentes a 11 millones”.
El gobierno interventor se enfocó en cuestiones jurídicas y legislativas que complementaran a la Constitución de 1901. Roosevelt creía que, sin ello, no podría haber estabilidad republicana. Por ejemplo, la ausencia, hasta entonces, de leyes sobre el funcionamiento de las provincias y municipios había propiciado la destitución de autoridades no afiliadas al partido gobernante o que no apoyaban la reelección de Estrada Palma.
Entre las disposiciones aprobadas durante el gobierno de Magoon estuvieron la ley municipal, la ley orgánica del poder judicial, la ley del servicio civil y una ley electoral.
Sin embargo, la segunda ocupación norteamericana, concluida el 28 de enero de 1909, no atendió los problemas fundamentales del pueblo cubano. Su legado fue, de acuerdo con varios autores, la malversación, la intensificación de vicios y la corrupción político-administrativa.
Luis Edel
29/9/21 20:22
Felicidades arielito. Un abrazo grande. Luis Edel.
Términos y condiciones
Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.