Víctor Joaquín… ¡polémico!

Víctor Joaquín Ortega, el veterano periodista y escritor, de casi 72 años de edad, no necesita que le den cuerda. Él mismo se ha ocupado siempre de eso con una energía admirable. Pero, un reconocimiento al trabajo siempre viene bien. Ahora, como es lógico, se encuentra feliz con el otorgamiento que se le hizo del Premio Abelardo Raidi, por la obra de la vida, de la Asociación Internacional de la Prensa Deportiva (AIPS) de América.

Se impone realizar unas precisiones antes de continuar nuestro camino: el Premio Abelardo Raidi se instituyó en homenaje a un destacado colega venezolano, que en 1982, en La Habana, creo la Federación de Periodistas Deportivos de América Latina, semilla inicial de lo que luego derivo en la organización antes mencionada. Hasta ahora, en el plano individual entre los cubanos, solo lo había recibido Elio Menéndez, con quien Ortega escribió el exitoso libro Kid Chocolate: El boxeo soy yo.

Y para redondear la idea: como espacios de trabajo, lo poseen el Noticiero Nacional Deportivo, y la emisora Radio Rebelde.

SEGUIMOS…

Escribir de alguien que fue y es mi profesor, en realidad de muchísimas personas, es muy peligroso. Las posibilidades de no obtener siquiera un “aprobado” son grandes. Voy a correr el riesgo por primera vez, porque en esta ocasión no puedo evitar tal responsabilidad. Sí, por lo del Premio Abelardo Raidi.

Para empezarme a complicar desde el inicio he utilizado un recurso fácil. Un título en el que muchos pueden haber pensado en Víctor Mesa, el director de equipos de béisbol. Bueno, es que Víctor Joaquín Ortega también es polémico, quizás, salvando las distancias, solo un poco menos que el actual manager de la selección nacional. Ya escribimos que salvando las distancias.

Su expediente es muy amplio: miliciano durante la invasión a Playa Girón, y la Crisis de Octubre; Martiano; Marxista-Leninista; Fidelista; poeta; Licenciado en Periodismo, 52 años en la profesión; corresponsal de guerra en Vietnam; recibió la Orden al Mérito Deportivo, otorgada por el INDER; la Distinción por la Cultura Nacional; tiene 17 libros publicados, más de 140 premios o menciones en concursos periodísticos; miembro de jurados en muchísimas ocasiones; fue jefe de información en el diario Juventud Rebelde; subdirector del semanario Tribuna de La Habana…

Ojalá que los suspensivos del párrafo anterior hayan hablado solos: la historia profesional de este “veterano-joven” es tan larga e intensa que obliga a saltarnos no pocos aspectos.

RECORDANDO

Ya dijimos que él se da cuerda solo:

“Le debo muchísimo a mis profesores como Nuria Nuiry y Pelegrín Torras, en la Universidad; Esther Ayala, en la revista Mella; y Guillermo Lagarde, Cano, Núñez Lemus, Orestes Cabrera, Cardet que tanto me enseñaron junto a los trabajadores gráficos en Juventud Rebelde, del que soy fundador, y, en especial, lo dedico a compañeros ya desaparecidos físicamente, los dos valiosísimos como personas y periodistas: Guillermo Cabrera y Manolo González Bello.

“No olvido el apoyo de Eddy Martín, Rubén Rodríguez y Elio Menéndez, sobre todo en el inicio. Y la alegría de contar con el cariño de muchísimos jóvenes y a la mitad de nuestro periodismo. Es, además, un puñetazo a mis pocos enemigos internos sean blandengues o extremistas. Puedes poner ahí que soy un combatiente firme contra el dogmatismo y contra los que intentan regresarnos al capitalismo que, al final, se dan las manos para dañar nuestro proceso”.

OTRO ROUND

Le hice al profesor una pregunta clásica: ¿Qué libro se llevaría a una imaginaria Isla si solo pudiera hacerlo con uno?

“Llevar uno… Son tantos que no me atrevo a decir cuál: La historia me absolverá; los escritos por el Che (El socialismo y el hombre en Cuba es maravilla); Pablo de la Torriente Brau y Rubén Martínez Villena; El Principito, los poemas de Neruda, de Guillén, textos de García Márquez, Ciro Alegría, Hemingway, Salinger, Virgilio Piñera, Lezama Lima, Miguel Barnet, Abel Prieto, Martínez Heredia, Heras León, Nancy Morejón, Julio García Luis… ¡Dios, son tantos y de tantas trincheras! Prefiero llevar miles de cuartillas y miles de bolígrafos —después los paso a la computadora y hacia Internet y todo— para inventar esos mismos libros, fabricarlos desde el recuerdo y hacer los míos”, respondió.

Y enseguida volvió a la carga:

“Este premio me alimenta las ganas de continuar combatiendo y no el ego; es el impulso para seguir dándome entero a mi pueblo y a otros pueblos como escritor y profesor, sobre todo para jóvenes a quienes creo y a quienes amo”.

Es posible que ahora mismo, mientras usted lee este trabajo, Víctor Joaquín Ortega se encuentre escribiendo en otro de sus libros…

¿Y pueden existir dudas de que merece también, por la obra de la vida, el Premio Nacional de Periodismo José Martí?

ALGUNOS DE SUS LIBROS

Ha publicado, entre otros, los siguientes textos:

--Kid Chocolate: El boxeo soy yo (Junto a Elio Menéndez).

--El látigo del jab sobre los rostros. Novela-testimonio.

--Crimen en el ring y otros Momentos. Una selección de su labor periodística sobre el deporte, a partir de su sección Momentos, en el diario Juventud Rebelde.

--Crónica por una crisis. Premio del género testimonio del Concurso 13 de Marzo. Son sus vivencias acerca de su labor como instructor político durante la Crisis de Octubre.

--Rodolfo Trompá. Testimonio acerca de un revolucionario cubano, quien cayó con los grados de Comandante en la guerra del pueblo español contra el fascismo. El texto ganó el Concurso 26 de Julio de la Editora Política.

--El Rusito. Testimonio relacionado con la vida de un combatiente internacionalista ruso-cubano que cayó con los grados de Comandante en la ya mencionada Guerra de España. Premio Memoria del Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau.

--Desde Atenas, las Olimpiadas.

--Técnica periodística para cantar mejor al músculo, por el que han estudiado corresponsales del INDER, periodistas de Cuba y América.