Tany Pérez y Martín Dihigo: únicos cubanos en el salón de la fama

Apenas conocido en la tierra que lo vio nacer,  el avileño Atanasio “Tany” Pérez ha sido el único cubano elevado al Salón de la Fama del beisbol de Grandes Ligas (año 2000), elegido por decisión de la prensa deportiva especializada estadounidense.

Antes, en 1987, fue exaltado el inmortal Martin Dihigo, pero a diferencia de Tany Pérez, mediante elección de un Comité Especial creado con el propósito de reconocer los méritos de quienes, vetados por el racismo imperante en las Grandes Ligas, brillaron en la pelota negra de Estados Unidos.

En sus 23 años activos en la llamada Gran Carpa, Tany  jugó para 4 equipos, pero sus logros más sobresalientes los alcanzó con el  uniforme de los Rojos del Cincinnati, con el cual debutó el 26 de julio de 1964, alternando en tercera y primera base.

A su paso por las Mayores, el cubano largó 379 batazos de vuelta completa y pegó 2732 hits para promedio ofensivo de 279 y entre los años 1967-77  remolcó 90 o más compañeros hacia la goma; en siete temporadas impulsó 100 o más,  numeritos que ponen de manifiesto su consistencia y oportunidad con el madero en manos.

Hay más: fue integrante del equipo Todos Estrellas de la Liga Nacional entre los años 1967-70 y  1974-76 y elegido el Jugador Más Valioso del Juego de las Estrellas en 1967, el más largo de la historia de estos clásicos, al decidir en el inning 15 con jonrón a las tribunas frente al lanzador Jim “Catfish” Hunter.

Pese a tan rico aval, Tany Pérez  tuvo que esperar pacientemente por su tarja en el templo de los Inmortales del beisbol, la cual le fue conferida  por la prensa especializada norteamericana luego de 9 fallidos intentos anteriores.

Puntal en la “maquinaria roja” que ganó la Serie Mundial de 1975 a los Medias Rojas del Boston, el inicialista nacido en el Central Violeta, hoy Primero de Enero, fue elegido para el Salón de la Fama con el apoyo de 385 boletas, equivalentes al 77.2 por ciento de los periodistas que ejercieron el derecho al voto.

Al retirarse, el avileño, que brilló a gran altura en la década de los años 70,  sumaba a su rica trayectoria un total de 1652 carreras impulsadas, la cifra más alta alcanzada por un jugador no incluido hasta entonces en el Salón de Cooperstown.

LAS REGLAS DEL JUEGO

Les explico.  Para que un jugador cualquiera pueda ser incluido en la lista de los elegibles al Salón de la Fama necesita haber cumplido al menos cinco años desde su retiro activo y, para ser elegido, debe recibir como mínimo el 75 por ciento de los votos de los periodistas.

Fue Tany Pérez uno de los 30 aspirantes con posibilidades de salir elegido en esa, su décima ocasión como elegible. Su más serio oponente se consideraba era, antes de la elección, Carlton Fisk, ex-receptor de los Medias Rojas de Boston y los Medias Blancas del Chicago, quien contaba a su favor con el mayor número de juegos activos en la receptoría.

ME LO CONTÓ “CHANGA”.

Santiago “Changa” Mederos me contó en el Stadium Latinoamericano una tarde dominical que él había coincidido con Tany Pérez en el equipo infantil Los Cubanitos, cuya sede radicaba en Morón. Este equipo era apadrinado por los Cubans Sugar Kings, filial de los Rojos del Cincinnati.  

Entonces –presumo-  ni el pequeño inicialista “Changa” Mederos soñaba con transformarse en el gran lanzador zurdo que más tarde fuera, ni Tany con ser miembro del Hall de la Fama del beisbol de las Grandes Ligas.

Equipos

Como jugador

- Cincinnati Reds (1964-1976, 1984 - 1986)

- Expos de Montreal (1977-1979)

- Boston Red Sox (1980-1982)

- Philadelphia Phillies (1983)

Como Manager

- Cincinnati Reds (1993)

- Florida Marlins (2001)

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  Martín Dihigo fue sin duda uno de los grandes del béisbol, solo que las circunstancias de su tiempo, le impidió brillar en las Grandes Ligas.