Lo que está por verse en la Serie Nacional

Está a punto de darse la voz de ¡A Jugar! en la 53 Serie Nacional de Béisbol y son muchos los comentarios que rondan alrededor de la misma. Que si tiene menos nivel, que si hay muchas ausencias, que si se repiten los mismos clasificados de la campaña anterior, que si este pelotero ya no está aquí para jugar allá. Nada, que son muchos los criterios.

De todo este ambiente algo si está bien claro: Se está hablando mucho de béisbol, situación que sin dudas favorece la contienda y ratifica que el principal espectáculo cultural del país no es otro que la Serie Nacional. La pelota cubana ha pasado por varias estructuras, pero el denominador común entre todas, es el amor que se le profesa a la pelota.

Fíjese si es cierto, que desde ya se habla del enfrentamiento entre Industriales y Santiago de Cuba en el inicio de la temporada. Incluso sé de algunos que aprovechan en estos días para visitar a sus parientes de la zona oriental, coincidiendo justamente con esta puja que se desarrollará en el Estadio Guillermón Moncada, de la Ciudad Héroe.

Con esta estructura, implementada desde la campaña anterior, también se garantiza que la entrega de cada uno de los peloteros sea constante en la competencia, que dividida en dos partes, hace que se juegue prácticamente a ritmo de play off. No hay margen a las dudad, o ganas o te vas.

Pero claro, todas las cosas, como las monedas, tienen dos caras. Para nadie es un secreto que después del paro, al concluir la primera etapa el 29 de diciembre, serán ocho las provincias que tendrán que esperar un total de 10 meses para volver a tomar parte en la Serie Nacional. Por eso siempre abogué porque este segmento de apertura acumulara más partidos.

Pero lo que se aprobó, aprobado está. ¿Entonces qué queda? Que cada uno cumpla con lo que le corresponde para que la lid sea un verdadero espectáculo y no un show humorístico.

Vendrán nuevos retos en esta contienda. Lo primero es ver cómo reaccionan los atletas ante el nuevo sistema de pago, ante los estímulos que se dará al final de la contienda, a la misma posibilidad de ser contratados por ligas foráneas. También habrá que ver cómo es la reacción de atletas y entrenadores cuando sean expulsados de los partidos y como sanción deban pagar el monto de 200 pesos en moneda nacional (CUP).

También tendremos que ver de qué manera actúan los árbitros cuando tengan que ir al video para la justa determinación de una jugada, o si por fin lograrán aplicar la regla de los 12 segundos, o si al concluir el quinto inning no pasan cinco minutos para comenzar el sexto.

Igualmente, será necesario observar el reloj para chequear si las alineaciones llegan a las cabinas de transmisiones con 30 minutos de antelación, o sí, para esta nueva temporada, los partidos logran tener un horario estable que no tenga perdida a la afición.

De esa misma fanaticada se espera que no griten improperios a los peloteros, árbitros o todo aquel que se encuentre en el terreno. Que sean respetuosos.

También está por ver quiénes serán los nuevos héroes en cada equipo, esos que están ocultos, pero que con el pasar de los días irán en aumento.

Es cierto que muchos no están, pero no será a ellos a quienes se le responsabilice por el resultado de la justa. Cuando en esta Cuba se erradicó el profesionalismo y se instauraron las Series Nacionales ninguno de los peloteros eran conocidos, sin embargo a lo largo de 52 campañas sobran los ejemplos de hombres amados por el pueblo.

En fin, que los que están tienen en sus manos el destino y la responsabilidad de mantener en alto el orgullo del pelotero cubano.

Lo que se avecina no de uno, ni de dos, ni de tres, es de todos y si cada uno pone de su parte el resultado final será mucho mejor.

Que no se hable más ¡Play Ball!