De Olimpia a Sochi, con detalles intermedios

El nombre de la ciudad rusa de Sochi le ha dado la vuelta al mundo en disímiles ocasiones. Preferentemente por su esplendor como balneario, ubicado entre las montañas del Cáucaso y a las orillas del Mar Negro, hoy día gana celebridad, por celebrarse del 7 al 23 de febrero las Olimpiadas de Invierno.

Fuera de este marco deportivo, rondan otros elementos que se salen del contexto, por la explosiva situación internacional de discrepancias políticas, que llevan a algunos sectores extremistas al uso de acciones fanáticas que pudieran empañar tan sano evento.

El pasado verano, el cabecilla del grupo terrorista islámico del Cáucaso, el checheno Doku Umárov, hizo un llamamiento a sus muyahidines (es una palabra que designa, en un contexto islámico, a la persona que hace la yihad, morir por la causa de Allah), con el fin de que emplearan todos los medios a su alcance para entorpecer las actividades deportivas en Sochi yenlutar el espectáculo competitivo. Cruel manera de intentar ganar poder, a costa de la vida de inocentes.

Desde antes ya estaban rumiando sus maquiavélicos planes, pues en octubre pasado una de las denominadas viuda negra utilizó su cuerpo como contenedor de explosivos, detonándolo enun área pública, en Volgogrado, antigua Stalingrado, lo que provocó la muerte a varias personas.  Este fue el primer atentado tras la siniestra advertencia de su líder. Dos meses después los milicianos del Cáucaso Norte repitieron otro crimen en la misma ciudad, el 29 y el 30 de diciembre, con más crímenes de personas que se encontraban en el lugar donde hubo los estallidos.

Por supuesto que el gobierno ruso ha tomado medidas fuertes para evitar cualquier hecho de sangre que pueda empañar estas Olimpiadas de Invierno.

Es obvio que el mundo sigue turbio, por los conflictos bélicos que se desarrollan en varios escenarios, algunos sustentados por apoyos de pensamientos foráneos que tratan de crear desestabilización y confusión alegando defensa de derechos humanos, que la mayor parte de las veces ni las cumplen los propios abanderados.

Rusia ha tenido triunfos en la arena internacional en los últimos tiempos que molestan a algunas potencias. Entre sus victorias están dar asilo a Edward Snowden, también  evitar una intervención aliada en Siria, y ganar el pulso a la Unión Europea en la pugna por Ucrania, país que se encuentra en estos momentos en una situación volátil.  Opinan los observadores de la escena política internacional y los propios ciudadanos ucranianos, que todo es promovido por fuerzas exteriores, para quitar al gobierno electo que no se acopló con la UE, como querían esas potencias.

En este ambiente se mueven los Juegos Olímpicos de Sochi, aunque hay declaraciones de diversas personalidades como el presidente del Comité Olímpico de Rusia, Alexánder Zhúkov, quien aseguró que se tomaron todas las medidas de seguridad posibles para preservar los Juegos.

Para enfatizar un clima de paz, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon instó el 31 de enero a todas las partes de los conflictos actuales en el mundo a acatar la tregua olímpica durante los Juegos. Acción  aprobada por los 193 estados miembros de la ONU. Según describió, la pausa permite que los países y las personas dejen de lado sus diferencias al menos por un breve tiempo. De este modo-indicó Ban Ki-moon-  es posible encontrar el camino hacia la paz, la prosperidad y el respeto de los derechos humanos. La tregua olímpica es una costumbre oriunda de la Grecia antigua por el año 778 (antes de Cristo). En 1992, el Comité Olímpico Internacional renovó esta tradición, y al siguiente año la ONU instó a los Estados miembros a respetarla. Este llamamiento fue reiterado en la Declaración del Milenio en el 2000.

El secretario general de la ONU ha precisado que al hacer este llamamiento lo hace pensando en "la gente de Siria, República Centroafricana, Sudán del Sur y todos aquellos que sufren de la violencia sin sentido, incluidas las familias que perdieron a sus seres queridos en los recientes atentados en Volgogrado, no lejos de Sochi" “Espero que los Juegos de Sochi traigan la paz a todas las personas del mundo aunque sea por un tiempo, pero sería maravilloso si durase siete días, quince días, un mes, uno o varios años”.

Esperemos que la tregua olímpica llegue a la consciencia de los promotores guerreristas, para que el mundo pueda ser de paz y disfrutar de un evento significativo en la agenda deportiva universal.