¿Alba para Alba?

“Primera luz del día antes de salir el Sol”. Esa es una de las acepciones que nos dejó el Diccionario cuando, impulsados por otra medalla espectacular de un cubano, fuimos a ver los significados de la palabra Alba. Sí, el de la Real Academia Española. ¿Será aplicable a Rafael Alba y su prometedor taekwondo? ¿Esta luz a inicios de 2020 significará algo más de cara a los Juegos Olímpicos de Tokio (24 de julio-9 de agosto)?

Hemos querido dejar sin demora esas dos preguntas motivadoras en el primer párrafo. No es que pretendamos añadirle más presión de la debida al muchacho (de la división de más de 80 kilogramos). Pero él mismo debe estar haciéndoselas una y otra vez. Recordando todo lo bueno que le ha sucedido en su brillante carrera. Y también lo poco malo...

Algo de eso vamos a escribir después, pues empezaremos, como debe ser, concentrándonos en esa medalla espectacular, lograda en el VII Open de Turquía, categoría G1, donde el ganador se llevaba 10 puntos para el ranking.

A Estambul llegó por todo, apoyado en su calidad, y sus importantes medallas en campeonatos mundiales, incluidas las de oro en los de Puebla 2013 y Manchester 2019.

Entonces… ¿qué sucedió en la mayor ciudad turca?

HABÍA UN VERDUGO

Su entrenador René García, en declaraciones al sitio Jit, explicó antes del primer combate qué propósitos llevaban:

“Nuestro objetivo es sumar puntos en el ranking de la Federación Internacional, para llegar con una mejor posición al clasificatorio en Costa Rica, en el mes de marzo, donde los dos finalistas obtendrán boletos a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020”, indicó.

“Alba se encuentra en lo más alto de la pirámide junto a otros que ganan y pierden entre ellos, pero confiamos en que la preparación que ha tenido le permita conseguir el propósito”, dijo García sin esconderse tras paños tibios en sus declaraciones.

¿Qué camino recorrió nuestro compatriota?

Quedó bye en la primera ronda (o sea: no tuvo que pelear).

Luego le dio una paliza de 24-4 al macedonio Dejan Georgievski (¡20 puntos de ventaja!).

Entonces se las tuvo que ver con su fantasma. O su verdugo. El uzbeko Dmitry Shokin, quien lo había dejado con cara de tristeza en la final del Grand Prix de Manchester 2016 y ese mismo año en los Juegos Olímpicos de Río. Sí, a los que Alba había asistido con posibilidades muy reales de ganar una medalla. Sí, el momento más triste de su vida deportiva.

GOLPE AL VERDUGO

Pero ahora el fantasma no fue un fantasma: ¡Alba le ganó 12-5!

Y ese desenlace es uno de los que hace soñar hacia Tokio 2020…

Bueno, después le tocó otro de anjá en los cuartos de final: el azerí Radik Isayev, oro en Río 2016 en la división de más de 80 kilogramos. Alba consiguió un marcador no apretado de 9-4.

Le faltaba entonces un solo combate, ante el kazajo Ruslan Zhaparov, con etiqueta de finalista en Río 2016, y puesto 13 en el ranking, quien fue superado con holgura: 21-14.

Se impone recordar unos elementos. Alba llegó a Estambul ubicado en el lugar 12 del ranking (213.24 puntos). Ello lo situaba, a nivel de nuestro continente, por detrás del brasileño Maicon Siqueira (9no.-243.12), de quien se dice no está en la estrategia de su país rumbo a Tokio 2020, y el mexicano Carlos Sansores (11no.-217.07).

Quiere decir que Alba, con 223.24, se le fue en este momento por delante a Sansores, quien no se presentó en Estambul, como tampoco el colombiano Walter Saldariaga, un dúo a tener en cuenta, todo lo cual dejó sembradas dudas.

Por todo eso… Ojo: a esta película le falta todavía mucho metraje por correr.

SUSPENSO…

Hay que estar muy atentos a los próximos acontecimientos, y entre ellos invitamos a los lectores a mantenerse atentos a lo que ocurra los días 11 y 12 de marzo en la ciudad costarricense de Heredia.

Allí, en suelo tico, se estará protagonizando una película de suspenso que nos interesará mucho (¡recordemos que solo clasificarán para Tokio 2020 los dos finalistas!).