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lunes, 18 de noviembre de 2024

Una decepcionada Guatemala tiene a un comediante como nuevo presidente

Los guatemaltecos eligieron al actor Jimmy Morales como nuevo jefe de gobierno de la nación centroamericana...

Clara Lídice Valenzuela García en Exclusivo 27/10/2015
1 comentarios

Con unos dos millones de votos, el candidato por el Frente de Convergencia Nacional, (FNC-Nación), Jimmy Morales, se convirtió este domingo en el nuevo mandatario de Guatemala, a pesar de que su programa de gobierno es de apenas seis páginas y su experiencia política roza la nulidad

La notoria ausencia a las urnas de casi la mitad de los más de siete millones de acreditados  -51,8%- habla de la decepción y el desinterés de la ciudadanía guatemalteca, que asiste a comicios presidenciales en medio de un escándalo oficial de corrupción en que están implicados y detenidos el anterior mandatario Otto Pérez Molina, y su vice, Roxana Baldetti, además de otras decenas de altos funcionarios en un caso de fraude aduanero de millones de dólares.

En un ambiente tranquilo, según indican las autoridades, se efectuó la segunda vuelta de las comicios, en los que se enfrentaron Morales, del derechista Frente de Convergencia Nacional (FCN-Nación), - quien ganó con el 67,43% de los votos- y Sandra Torres, de la Unidad Nacional de la Esperanza, con 32.57%. Torres fue primera dama de la república durante el mandato de su ex esposo Álvaro Colom.

Aunque para muchos Torres representa la partidocracia guatemalteca, miembros de la plataforma Mirada Electoral concuerdan en que el plan de gobierno de la ex mujer de Colom, de 60 años, estaba mejor perfilado y elaborado con rigurosidad y tenía más posibilidades de llevarlo a vías de hecho.

La candidata del UNE  cuenta con una mayor experiencia política y una carrera de éxito como empresaria del sector de las confecciones textiles, de gran arraigo en ese país.

Además del Mandatario y su vice, también estaban en juego 338 cargos municipales (alcaldes, síndicos y concejales),158 diputados al Congreso ( 31 por el listado nacional y 127 diputados distritales), 20 Diputados titulares y 20 suplentes al Parlamento Centroamericano (Parlacen).

Morales, de 46 años de edad, quien ganó notoriedad con el personaje de Nelo en el filme Presidente de a sombrero, es considerado un conservador que llegó a la presidencia gracias a la postulación por un Partido fundado por ex militares compañeros de Molina, con planes ya anunciados de un reforzamiento de las fuerzas castrenses.

Casado y padre de cuatro hijos, el actor devenido presidente se califica de empresario, docente universitario, comunicador, académico, filántropo y político. Como principios personales defiende  “el temor a Dios” y la familia, según proclamó durante su campaña electoral.

Para la mayoría del pueblo de Guatemala, este novel político representa por tanto la continuidad de un modelo impuesto por Pérez Molina –corrupción incluida- detrás del cual se encuentra la casta militar. O sea, el continuismo de una situación política, a pesar de que el actor-comediante prometió acabar con los flagelos que corroen la clase política de ese país.

Los opositores del nuevo presidente —que asumirá en enero del próximo año— le critican sus burlas hacia sectores vulnerables de la sociedad, como los indígenas y la represión que dijo implantaría contra ellos y otros sectores populares, además de su oposición al aborto, a la diversidad sexual y a otros derechos ciudadanos.

Más de la mitad de la población está por debajo de la línea de pobreza y el 15% vive en condiciones de pobreza extrema. La pobreza entre los grupos indígenas, que representan el 38% de la población, promedia el 76% y la extrema pobreza se eleva al 28%. El 43% de los niños menores de cinco años sufre desnutrición crónica, uno de los índices más altos de desnutrición en el mundo, según referencias de Naciones Unidas.

 Con un alto índice de inmigrantes, en especial en Estados Unidos,  Guatemala es el principal receptor de remesas en Centroamérica, con entradas que son la principal fuente de divisas equivalentes a casi dos tercios de las exportaciones o una décima parte del Producto Interno Bruto (PIB), en un 3,5% el pasado año.

Asesorado –según declaró— por militares y empresarios que trabajaron con el corrupto Pérez Molina, (por tanto hay poco nuevo que esperar) el futuro jefe de gobierno de Guatemala también hizo promesas que tratan de congraciarlo con una parte de los pobres de ese país.

Morales afirmó que planteará a su gabinete la implementación de una política de seguridad alimentaria, además de medidas económicas –supuestamente neoliberales- para lograr el crecimiento del PIB a un cuatro por ciento, nada importante dada la significativa desigualdad en la distribución de la riqueza nacional.

Aunque también prometió como parte de su programa de gobierno la garantía del cronograma escolar, el abastecimiento de hospitales y centros de salud con medicamentos, el nuevo Mandatario tiene negativos planes para los programas sociales dirigidos a combatir la extrema pobreza en el país más poblado de Centroamérica.

La agencia Prensa Latina se hizo eco de una entrevista concedida a la revista Contra Poder, y publicada en su edición 121 por José Ramón Lam, uno de los estrategas económicos que colaboran con el joven Mandatario,  quien declaró que si este triunfara en los comicios, como ocurrió, “limitaría los beneficios de los programas sociales dirigidos a las personas en pobreza extrema”.

Otras líneas de su gobierno serán la creación de la llamada Secretaría de Transparencia, reforzamiento de la Fiscalía General y renovación de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), que investigó el caso La Línea, en el que aparecen involucrados altos cargos del gobierno saliente implicados en un robo de 130,3 millones de dólares.

Este es, grosso modo, el panorama al que se enfrenta el comediante Morales, para quien el gobierno que asumirá no es, precisamente, un guión para hacer reir.


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Clara Lídice Valenzuela García

Periodista

Se han publicado 1 comentarios


Arístides
 29/10/15 1:01

Se pudiera pensar que elegir a un comediante como presidente es como tirar a relajo la política, la economía, y los profundos problemas sociales que tiene un país. Sin desdorar de ninguna forma a los que su trabajo es intentar el hacernos reír sanamente.

Y hasta se pudiera asumir que el futuro mandatario es una marioneta que hará lo que lo que le hagan hacer los que tienen sus cordeles en las manos, esos mismos militares que lo han apoyado, no por gusto muy seguramente, productos de la misma “escuela” que el defenestrado ex general presidente y jefe de la pandilla de asaltantes de los bienes del pueblo, hoy sujetos a la justicia.

Y todo eso sin dejar de considerar que el gobernar en muchos casos, se convierte en comedia y farsa, o en una pantomima, con la que con gestos y poses se finge en púbico o para el público, lo que no se siente.

¿Alguien duda que ya le hayan incluído en su agenda al joven presidente el poner en libertad al ex general Pérez Molina y su banda de asaltantes del tesoro público? Yo hasta apostaría a que sí.                           

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